PEPE SORIANO

Abocado exclusivamente a su gran pasión -el teatro-, Pepe Soriano pasa sus días entre la intimidad y la calidez de una sala pequeña, despuntando el vicio con su unipersonal "El loro calabrés" y la suntuosidad y el despliegue de la superproducción de Alejandro Romay "Mi Bella dama".
Dice amar los escenarios por sobre todas las cosas y, aunque participó recientemente en cine -en "Angel, la diva y yo", una película de Pablo Nisenson que no le convenció demasiado-, este excelso de la actuación se siente a gusto destinando sus horas sólo a la esfera teatral.

"Yo soy un actor sobre todo de teatro. Me gusta todo, pero adoro el teatro", dijo y optó por elegir la sencillez que le transmite la puesta que viene haciendo desde hace 25 años que el glamour del gran escenario.
"Me quedo con 'El loro calabrés' que va a cumplir sus 25 años", sostiene del unipersonal que llevó al escenario los lunes del mes de octubre, en el teatro independiente que preside el actor Norberto Gonsalo, "La Máscara".
"Digo esto porque 'El loro...' es un acontecimiento. Yo no podría decir que es una obra teatral porque no lo es: es un acontecimiento y es una ceremonia entre la gente y yo. Son vivencias y esas vivencias creo que después se reproducen en la platea, porque, en definitiva yo vengo del mismo lugar que el resto", explicó Soriano.
Al término de esa "ceremonia" teatral que denomina, reparte un gran pan de campo entre la platea; símbolo de la solidaridad que tanto pregona. "En la medida en que todo el mundo se toca y se mira empieza el acto de solidaridad" y contó que apelando a este gesto participó, cantando el tema "Balada para un loco", del trabajo discográfico en homenaje a Astor Piazzolla a beneficio de entidades infantiles. "Si no hay solidaridad no hay nada, es la base".
Envuelto en las funciones del musical "Mi bella dama" en el teatro El Nacional, junto a Víctor Laplace y Paola Krum, entre otros, Pepe Soriano analiza espontáneamente el momento social y económico que atraviesan los argentinos, subrayando, nuevamente, la palabra solidaridad. "Creo que hay mucha generosidad pero poca solidaridad. La solidaridad es otra cosa".
"Yo soy un escéptico esperanzado, no transmito demasiada alegría. Tengo muchos años y siempre vi traición, siempre vi el doble discurso, siempre vi el atraso ideológico. Esto no significa que no sigamos peleando por la obtención de una llamita de luz porque creo que la Argentina lo merece porque somos muchos millones los que trabajamos", sostuvo.
Y es contundente cuando expresa: "Estoy totalmente convencido de que la cultura en la Argentina es un hecho totalmente ilegal. Es marginal, ilegal, como la poesía. No hay sustento, no hay lugar para el pensamiento, para el análisis, ni siquiera creo que seamos bien vistos para los gobernantes. No hay conciencia del teatro, los actores molestamos para este sistema".
Así y todo, Soriano, nunca se iría del país. Vivió seis años en España y tiene a sus hijos allá, pero no avala la posibilidad de instalarse. "Me fui y hay varios amigos y colegas míos que están viviendo allí -Héctor Alterio, Federico Luppi, Leo Sbaraglia, Miguel Angel Solá-. Yo estoy agradecido a todo lo que ocurrió en España, pero yo ya tengo muy claro que mi lugar está aquí, como sea como venga la mano, me quedo", confirmó.
"Yo puedo ir a trabajar a España -de hecho el año que viene iría a hacer 'Mi bella dama' junto a José Sacristán-. Mi lugar está acá, está mi gente acá y me quedo...", dijo con sencillez.
En lo particular siente que en este país hay buena memoria, ¿se respeta realmente la trayectoria?
"Yo creo que sí hay buena memoria, en mi caso hay respeto. Pero creo que también hay una necesidad permanente, sobre todo por los medios, de cresta de la ola. Hay que estar en la cresta de la ola, lo cual es un engaño porque la historia de un actor, como la historia de un médico, se hace con el trabajo cotidiano. Pero yo, en lo particular, no tengo por qué quejarme, el público y el periodismo siempre me apoyó. Cuanta gente aspira al reconocimiento y no le llega nunca. A mí me llegó, trabajé mucho, pero me llegó. Entonces, ¿qué más puedo pedir?"
Con la sencillez y la humildad de los grandes y la sabiduría de los largos tiempos del trabajo, Soriano lleva al frente una frase: "Como decía Fidel Pintos, un actor es un señor que hoy como faisán y mañana se come las plumas. Hay que acostumbrarse a eso¯ y sostiene que siempre tuvo trabajo porque lo ha sabido generar también: "Yo hago 'El loro calabrés' por todos lados y no aspiro a ser un bacán, me las rebusco con mi trabajo".
Por último, Soriano dijo que no tiene convocatoria televisiva -sólo la de Tiempo Final, que no pudo aceptar por su actividad teatral- y que, en junio del año entrante, participará en otra obra teatral que no quiere adelantar. Y, por sobre todas las cosas, que es feliz con su vida y con su familia.