Mujeres y astronomía, un romance que se fortalece

En marzo de este año siete nuevos profesionales terminaron la carrera de astronomía en la facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad local. Con una particularidad. Fueron todas mujeres. Es un dato que, si suena sorprendente en La Plata y en la Argentina, más asombra en el mundo. Es que la Argentina es actualmente el país con mayor proporción de astrónomas, sólo igualado por Francia, según los datos que maneja la Unión Astronómica Internacional.
Las cifras del Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE) indican que el 35% de la investigación astronómica en el país está hecha por mujeres y eso representa el triple del promedio mundial. Una realidad que se refleja en la Universidad local, donde son mujeres el 40% de los astrónomos recibidos en toda la historia del Observatorio.
Pero si para los astrónomos platenses esa fuerte presencia femenina es una tradición bien arraigada, también reconocen que en los últimos años, la presencia de mujeres interesadas en el cielo creció en proporción a la de los hombres. Así, mientras en el año 2001 se inscribieron en la carrera 31 mujeres frente a 39 varones y en el 2002 lo hicieron 19 mujeres y 23 varones, las mujeres tomaron la delantera este año, en el que se anotaron 35 estudiantes del sexo femenino y 20 del masculino.
La sorpresa ante la atípica cantidad de mujeres que estudian el cielo en la Argentina se observa en cada congreso internacional. Así lo indican Virpi Niemela, titular de Astronomía Observacional; Lydia Cidale, profesora de Atósferas Estelares; Cristina Cappa, especialista en radioastronomía y Andrea Torres becaria del CONICET, todas profesionales del Observatorio Astronómico local, puestas a analizar el fenómeno.
Y a la hora de explicar las razones que favorecen esta fuerte presencia femenina, las astrónomas platenses enumeran varias. Hablan de que la carrera tiene horarios manejables, capaces de ser compatibilizados con la vida familiar mejor que los de otras disciplinas. Dicen que en Argentina es más fácil que en otros países contratar ayuda para las tareas domésticas. Y subrayan que la fuerte presencia femenina también puede vincularse a que los ingresos de la carrera científica son bajos y "muchos varones tienden a valorar las carreras por el nivel de ingresos".
Con todo y a pesar de estas ventajas, estudiar el cielo y llevar adelante la vida familiar a la vez suele convertirse en una empresa exigente, según revelan las entrevistadas.
La huella de ese esfuerzo se nota en la comparación de la carrera de astrónomos y astrónomas. La de los primeros suele ser más regular y constante. La de las segundas, reconocer fluctuaciones que se vinculan al nacimiento y crianza de los hijos.
Es por eso que, aunque las investigadoras reconocen que no existe discriminación alguna para las astrónomas -ni en el acceso a cargos rentados ni en el acceso a la investigación- entienden que deberían reverse las reglas de la carrera del investigador "pensadas para un hombre joven, que tenga alguien que se ocupe por él de los problemas de la casa. Con esas reglas, hoy las mujeres se atrasan un año o dos con respecto a los varones".

EL DIA A DIA DE UNA ASTRONOMA
La carrera de un investigador en astronomía -que exige una constante capacitación y que se ha vuelto muy competitiva en los últimos años, dicen los especialistas- incluye periódicos viajes al exterior para hacer observaciones en los principales telescopios del mundo o para participar en congresos. Actividades todas que cuesta conciliar con las obligaciones familiares cotidianas en el caso de las mujeres y que obligan a incrementar los esfuerzos, según indican Niemela, Cidale, Cappa y Torres.
"Hasta el día de hoy no sé como hice para dedicarme a la investigación a pesar de las obligaciones de todos los días. Recuerdo que hubo momentos en que me levantaba a las seis de la mañana y me acostaba a las dos", dice Virpi Niemela, madre de dos hijos y una de las dos únicas mujeres que integran la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Llevándose el trabajo a casa, recurriendo a familiares dispuestos a cuidar de los chicos y aprendiendo a ser previsoras y no dejar nada pendiente en fechas próximas a un viaje de trabajo, las astrónomas platenses se las arreglan para conciliar profesión y familia.
"Cada vez que voy a hacer observaciones o tengo que viajar cuento con abuelos y tíos. Para irse al exterior hay que negociar", dice por caso Lydia Cidale.
"Y cuando uno se va a fuera a hacer observación en algún telescopio del mundo se adelanta en 15 días el trabajo de tres años porque estando lejos se puede desconectar del problema doméstico", asegura por su parte Cappa.