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Eloy Colombano: "Quiero recuperar terreno"

El joven delantero intenta volver a jugar en Primera

Eloy Colombano: "Quiero recuperar terreno"
23 de Septiembre de 2003 | 00:00
POR ADRIAN D'AMELIO

Justamente hoy hace dos años debutaba en la Primera de Estudiantes un pibe rubio, que llegó de General Villegas (ahí reside su familia, a pesar que nació en Pehuajó) y que por su apariencia se asemejaba a Claudio Paul Cannigia. No era otro que Eloy Colombano (20 años) en quien por ese entonces quien era el técnico albirrojo, Néstor Craviotto había depositado una gran confianza.

Colombamo había llegado a Estudiantes en el año '99 desde su pueblo cargando en su bolso un montó de ilusiones. Vino a probarse como "enganche", pero el entrenador que le tomó la prueba, el Chueco Daniel Marchioni lo aconsejó que por su velocidad y otras virtudes juegue en la función de atacante. "Quizás sino habría tomado ese consejo hoy no estaría en Estudiantes", comenta risueñamente el propio Eloy.

Claro después vino todo muy rápido. La convocatoria a los preseleccionados Sub-20, el debut en Primera y además ser uno de los 14 pibes que conformaron el equipo "sparring" que Marcelo Bielsa llevó para el Mundial. Esos fueron los momentos felices para Eloy Colombano, porque después todo se trastocó con un bajón en el rendimiento físico y futbolístico y una fractura en el pie.

Ahora, el rubio Colombano, que bajó a jugar en cuarta división, está recuperando la sonrisa y de a poco quiere recuperar el terreno perdido. "Me propuse algún día volver a Primera esa es mi meta y estoy convencido de que lo voy a hacer", comentó el jugador que por delante tiene otro desafío, ya que en junio del año que viene tiene la posibilidad de firmar el primer contrato al pertenecer a la categoría '83.

UNA ESTRELLA FUGAZ
-Se puede decir que hace dos años atrás tuviste una aparición fulminante en Primera y ahora desapareciste de escena. ¿Qué pasó con Colombano?

-Cuando en junio del año pasado retorno del Mundial (formó parte del equipo "sparring" del seleccionado mayor que dirigió por Bielsa en Corea-Japón), Oscar Craviotto que en ese momento era el director técnico de Estudiantes me aconsejó que pare una semana para recuperarme de la parte física, ya que venía de un mes y medio ininterrumpido trabajando con la Selección. Yo hice oídos sordos y por querer seguir al ritmo de mis compañeros, que ya estaban en plena pretemporada, a mediados de setiembre el cuerpo me dijo basta. Desde ahí comencé a decaer en forma marcada lo que casualmente coincidió con la ida del entrenador y la llegada de Cacho Malbernat. Yo estaba en un bajísimo nivel y de a poquito empecé a recobrar las fuerzas y tomar confianza conmigo mismo.

-¿Se puede decir que pecaste un poco de inexperiencia por no seguir los consejos de Craviotto?

-Sí. Ese fue mi gran error y por querer demostrar que podía seguir dando cada vez más llegó un momento que no podía ni con mi alma. No daba más al no tener ningún tipo de receso, ni tampoco un descanso adecuado durante todo el año. Ahora con la mente más fría y pensando con mayor tranquilidad me doy cuenta de la falla en que incurrí, pero buscando el lado positivo de las cosas me servirá de experiencia para que el día de mañana no hacer lo contrario de lo que me había dicho el técnico.

-El torneo terminó y después, ¿qué sucedió?

-Cada uno regresó a sus casas y cuando retorno Cacho me informa que había decido no llevarme a la pretemporada de Necochea y me tenía que quedar acá, en el Country Club, con un grupo de jugadores entre los que se encontraban Osorio, Unali y Xamo y tras cartón volví a entrenar con las inferiores. Empecé a lucharla desde abajo, pero tuve la mala suerte de fracturarme el quinto metatarsiano del pie derecho. Eso me sucedió el 25 de enero durante un partido amistoso que jugamos con la cuarta frente a Temperley, en el Country.

SALIR DEL AGUJERO INTERIOR
-En el momento que Cacho Malbernat te dice que no ibas a ir a la pretemporada y después cuando te lesionaste, ¿no te pasó por la cabeza largar todo?

-No, para nada. En ningún momento se me cruzó ese pensamiento. Yo acá vine a los 15 años y cada día estoy luchando para mañana hacer algo en el fútbol. En medio de ese sacrificio dejé de lado a mi familia y a toda la gente que me quiere y por el hecho de no estar jugando no iba a tirar todo por la borda. En realidad yo sabía que no estaba para jugar, porque me sentía mal y entraba en la reserva sin la más mínima confianza y motivación. Igualmente me mentalice para empezar a salir de a poquito de ese pozo y cuando más o menos lo estaba logrando concluyó torneo.

-También Cacho te ofreció la oportunidad de ir a Defensa y Justicia, ¿no?

-Sí, Cacho me lo propuso, porque quería repatriar a Pablo Lugüercio, pero no acepté la propuesta debido a que la consideraba una jugada demasiado arriesgada, ya que tenía que bajar una categoría y hacía mucho tiempo que no estaba en el candelero. Por eso preferí jugármela al quedarme entrenando en el Country y pelearla desde aquí. Con el técnico no hubo ningún problema, ya que supo entender mi explicación.

-El martes 23 se cumplen dos años de tu debut en Primera. ¿Todavía recordás las sensaciones que viviste aquel día?

-Sí por supuesto, eso no se olvida jamás. Fue un partido contra Central, acá en La Plata, que le ganamos uno a cero con un gol de Maggiolo. Yo estaba precalentando atrás del arco de 55 y por ahí veo que sale corriendo Pocho, el utilero, que lo utilizaba Oscar (Craviotto) para llamar a los suplentes y cuando me señaló a mí no lo podía creer. Faltaban casi 15 minutos y en los 30 metros que recorrí hasta llegar al banco se me cruzaron los cuatro años que luché para llegar a jugar en Primera.

-A pesar que volviste a las inferiores quedó claro que nunca bajaste los brazos...

-Después de la lesión que me costó seis meses volver a jugar, ya que se insumieron muchos días de yeso y rehabilitación me propuse volver a jugar y retornar algún día a Primera. Aunque de a poco, porque a uno la ansiedad se lo come por el hecho de no ver otra vez la oportunidad de jugar, ya que afuera de la cancha llegué a sentirme muy mal y como dije ahora estoy intentando volver de nuevo a lo que era antes.

-En el día de hoy, ¿cómo está anímicamente?

-Bien. Yo sé muy bien que hace poco volví a jugar y el año que viene tengo por delante el desafío de firmar el primer contrato como jugador profesional. Si bien falta mucho, porque recién es el 30 de junio a uno no se puede quitar esa ansiedad, pero voy a tratar de hacer las cosas lo mejor posible para cumplir un sueño.

-¿La lesión es un tema superado?

-Gracias a Dios no me quedó ninguna secuela física y psicológica debido a la colaboración de mucha gente como el doctor Zamponi a quien siempre le voy a tener una agradecimiento muy especial como a toda la gente de la institución que me venía con las muletas y el yeso andar por el Country o en la misma calle se paraba para saludarme. A todos ellos no hay palabras para agradecerle y de a poquito voy a intentar devolverle ese cariño jugando otra vez en Primera.

-¿La gente se olvidó de Colombano, que cuando debutó lo comparaba un poco con Caniggia por ser rubio y veloz?

-No, todos no se olvidaron. Hay gente que cuando paso por el club todavía me saluda como lo hacía cuando estaba más en el tapete. Fue una etapa que fue linda y ahora de a poco tengo que tratar de recuperar el terreno perdido.

UNA ATENTA MIRADA
-Hoy por hoy, ¿te sentís lejos de la Primera?

-No, porque a nosotros nos miran continuamente y entrenamos casi todos los días con el plantel superior. Bilardo y Trama siempre están en contacto al igual que Coco Pascuttini. Claro que ellos deciden cuando es el momento de llegar arriba.

-En las oportunidades que te tocó entrenar con Bilardo, ¿cómo lo viste?

-A pesar de las pocas chances que me tocó practicar con él, me pareció un técnico muy trabajador que sabe muchísimo y por lo que comentan es extremadamente respetuoso con todos. Además, le ha dado un respaldo importante a un grupo de jugadores jóvenes como es el caso de Angeleri, José Sosa y Carrusca. Eso es muy bueno para los juveniles, porque una persona como Bilardo que sabe muchísimo de fútbol y que salga a bancar a los pibes del modo que ha hecho hace que uno se encuentre respaldo y le permite tener más confianza para poder jugar.

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