Estudiantes construyen una plaza en calle Nueva York

Unos veinte profesionales y estudiantes de arquitectura de diferentes universidades latinoamericanas se encuentran trabajando en la calle Nueva York de Berisso, en una experiencia que definen como "Universidad Vivencial" y que -en el caso puntual de este barrio- tiene como objetivo la construcción de un espacio público para los chicos.

El grupo Epsylon (así se denominan) nació en el año 1999 en la ciudad de Santos, Brasil. Esta primera Universidad abierta de verano se proponía, por entonces, "construir una red de confrontación y participación, intercambiar acciones socio culturales, proyectar una sociedad más autónoma y operar transformaciones en la sociedad".

Karen Stanley es una estudiante paraguaya que llegó "asustada" a la ciudad de Berisso: "primero me preocuparon los rumores de que ésta era una zona muy insegura, pero luego descubrí que los vecinos son totalmente abiertos, solidarios, nos dan agua, materiales...", aseguró la joven mientras dejaba a un costado la pala con la que estaba limpiando el terreno ubicado en Nueva York -cerca del Hogar Social- donde próximamente habrá una plaza.

Alexandre Ferraz vive en San Pablo, Brasil, y si bien ya había participado de otros proyectos similares, estar en Berisso lo llevó a "descubrir el color de la gente y revalorar la importancia del trabajo en conjunto". Tanto él como los otros integrantes del grupo, se perfeccionaron en tareas colectivas, conocieron en detalle la historia de la calle Nueva York y pudieron, según dicen, "integrarnos con la gente y tener una percepción diferente del lugar y sus necesidades".

Todo es distribución de tareas, entusiasmo y trabajo. María Eugenia Roig, arquitecta, y Alejandro Spinardi, estudiante avanzado de la carrera, son los coordinadores de la Universidad Vivencial 2004. "Para nosotros lo más importante es que la comunidad tome parte del proyecto, que entienda que es algo que hacemos con ellos, ya que en pocos días sólo seremos una anécdota, pero la obra perdurará", señaló Eugenia. El grupo se irá el 30 de enero y sostiene que espera terminar con el espacio público especialmente destinado a los niños: "si no lo logramos la idea es que los vecinos lo continúen, pues otro de los objetivos es que la gente se comprometa con su barrio".

Mientras un vecino acerca un pan dulce y un rubio bebé de dos años sueña con una hamaca roja, estos jóvenes que viajaron por toda Latinoamérica mencionan que ya han trabajado en otros lugares como en tres islas de Santos, Brasil. Según señalaron, "la gente de esos lugares quería que construyéramos juegos para los chicos, que arregláramos cloacas, que reparáramos los muelles y que levantemos un comedor comunitario que junto a ellos hicimos".

En la calle Nueva York el grupo Epsylon descubrió, luego de charlar largas horas con los vecinos, que casi todos tenían necesidad de disponer de un espacio público para los chicos, "después conseguimos que el Municipio done los materiales y el apoyo de varias empresas de la zona fue fundamental para la concreción del proyecto".

Según Eugenia, la gente del barrio colabora, "está entusiasmada, aunque muchos no trabajen en forma directa nos apoyan dándonos agua, comida o simplemente acompañándonos", contó. El grupo también cuenta con un biólogo, Cristian Beri, que ha realizado la elección de los árboles que se plantaron en el lugar: "esta experiencia en el campo social, es muy enriquecedora", aseguró.

Guillermo, estudiante paraguayo de arquitectura aprendió a "hacer muchísimo con nada o muy poco" y evalúa que lo más importante para ellos es el testimonio que les queda luego de haber convivido casi un mes con los vecinos. "Creamos vínculos para establecer redes y ésto, como futuros profesionales, hace que más allá de representar un lindo desafío nos haga variar el enfoque de nuestras carreras", concluyó.