¿La tenían? Bilardo hizo entrenar a tres pibes... ¡Pasada la medianoche!

Delantero se busca en Estudiantes. ¿En Europa? ¿En Colombia? No, nada de eso... Se busca en City Bell. "No hay, no hay", había dicho Carlos Salvador Bilardo luego de haber recorrido los distintos mapas del mundo futbolístico. Entonces, ¿qué mejor que ahorrarse unos cuantos dólares, mirar para adentro y foguear a los pibes de la cantera del club para contar con ellos en un futuro inmediato?

Eso hizo el entrenador albirrojo pasada la medianoche de ayer. A las 0:30, el Narigón sorprendió cuando mandó a entrenar a Eloy Colombano, Dante Senger y Gonzalo Klusener a una de las canchas del Country Club. Sí, el Doctor estuvo de guardia como si estuviera trabajando de doctor en un hospital, se calzó el imaginario ambo y por espacio de una hora y cuarto "atendió" a estos tres chicos que no podían creer que a esa hora iban a estar practicando a las órdenes de Bilardo.

"Chicos, cambiense que vamos a la cancha", les dijo el Narigón a los tres delanteros, que los hizo quedar en el predio para esta práctica nocturna tras cumplirse una nueva jornada de entrenamiento en el marco de la pretemporada que está realizando el plantel pincha.


¿UN OBSESIVO, YO?

Sí Carlos, usted. ¡Vaya novedad! Que Bilardo es un obsesivo de su trabajo nadie lo discute, pero para el DT no hay descanso que valga y las veinticuatro horas del día tiene el fútbol en la cabeza. Ya había dicho el Narigón en este regreso al banco albirrojo, que ahora sí iba a poder estar a full, "al cien por ciento" como él quería. Y a partir de su reasunción como técnico, esto se puede comprobar a cada instante.

Desde el miércoles al mediodía, el Doctor se dedicó especialmente a estar encima de este trío de juveniles. Pero no le bastó con verlos entrenar a la par del resto, sino que necesitó tenerlos bien cerca y compartir una noche con ellos, más allá de que los tres futbolistas formaron parte del grupo que viajó a Mar del Plata para realizar el trabajo fuerte de pretemporada.


FUTBOL POR TV

Esta "guardia" nocturna se inició en la concentración albirroja con los tres chicos mirando el partido entre Racing y River por el Pentagonal de verano. Aunque éste no fue un simple pasatiempo, sino que por pedido del Narigón ellos debía observar detenidamente cómo se movían los delanteros millonarios y académicos (Cavenaghi, Cuevas, la Gata Fernández y Lisandro López) para luego trasladas esas imágenes al campo de juego.

Algo parecido -aunque en un grado menor- había hecho Bilardo con Ariel Zapata y Rodolfo Aquino en Bahía Blanca, antes de jugar con Olimpo (2-2) en el Clausura 2003. En aquella oportunidad, el Pepi y el Chino debían "estudiar" a los volantes rivales. Ahora, la tarea para Colombano, Senger y Klusener consistía en no perderse el más mínimo detalle de como moverse cerca del arco rival, con o sin pelota.


VER PARA CREER

En el entretiempo del partido, Bilardo mandó a los tres juveniles a calzarse los botines para que ni bien Sergio Pezzotta marcara el final del amistoso veraniego, llevárselos a una de las canchas del Country para empezar con el entrenamiento.

Pasó media hora de la medianoche y algunos vecinos del predio albirrojo dieron cuenta de lo que estaban viendo: "Mirá, prendieron las luces del Country, ¿a esta hora está entrenando Estudiantes?", se preguntó una señora que rápidamente confirmó su sospecha.

¿Qué cosas les hizo practicar Bilardo a estos tres juveniles? Sobre todo, como moverse en todo el frente del ataque, ya sea por por los costados como por adentro, cómo pegarle a la pelota en los centros, mirar a dónde va a el balón. Todas cuestiones que los pibes venían ensayando con los entrenadores de las inferiores o con el mismo José Luis Brown en el plantel superior. Pero nunca se imaginaron que iban a tener que profundizar estos conceptos con el propio Narigón, menos aún a la una de la mañana.

El chaqueño Dante Senger, el misionero Gonzalo Klusener y el pehuajense Eloy Colombano recién quedaron liberados hoy al mediodía. ¿Tendrán que someterse a otra guardia del Doctor? Con Bilardo nunca se sabe. Mientras tanto, los pibes sueñan con convertirse en el delantero que tanto busca el Narigón.