Renunció el titular del BID

WASHINGTON.- El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el uruguayo Enrique Iglesias, formalizó la renuncia a su cargo, que se hará efectiva el 30 de setiembre próximo.

Iglesias está al mando del BID desde marzo de 1988 y ahora los países miembros tienen 45 días para proponer candidatos para sucederlo. Luego de ese período, se realizará dentro de un plazo de quince días una reunión especial de la Asamblea de Gobernadores de la entidad multilateral de crédito.

Iglesias hizo el anuncio luego de enviarle una carta al presidente de la Asamblea de Gobernadores de la entidad y ministro de Finanzas de Japón, Sadakazu Tanigaki.

En la carta señaló que, "luego de trabajar en este Banco por más de 17 años, ha llegado el momento de pasar la dirección a nuevas manos para que nuevas generaciones sigan contribuyendo con ideas renovadas a los ideales del BID de cooperar con el desarrollo económico y social de América latina y el Caribe".

El candidato que aspire a la presidencia del organismo multilateral deberá conseguir el respaldo de países que representen la mayoría del capital del BID y el apoyo de una mayoría absoluta de los gobernadores de los 28 países miembros de las Américas (los 26 prestatarios más Canadá y Estados Unidos).

El BID sólo tuvo tres presidentes desde su fundación en 1959. Iglesias fue elegido por primera vez como titular del BID en marzo de 1988 y a partir de allí reelecto en 1993, 1998 y 2003, mandato que vencía en abril del 2008.

El saliente jefe del BID fue invitado formalmente el sábado a ocupar la secretaría general de las cumbres iberoamericanas durante la reunión de ministros de Asuntos Exteriores iberoamericanos realizada en la ciudad portuguesa de Guimaraes.

El Banco destacó que Iglesias "condujo al BID en dos rondas de reposición de recursos que aumentaron el capital ordinario autorizado de 34.500 millones de dólares a 101.000 millones de dólares".

Iglesias, nacido en España y nacionalizado uruguayo, fue electo presidente al final de la llamada "década perdida" de los ochenta, cuando los países latinoamericanos sufrieron la crisis de la deuda que disparó altos índices de inflación y deterioro económico.