Multitudinaria expresión de fe ante la Rosa Mística

La parroquia Nuestra Señora de la Victoria recibió ayer, como todos los 13 de julio, la visita de miles de fieles que se acercaron al templo de 54 a 23 a expresar su fe, cumplir promesas y pedir la protección de María Rosa Mística, la virgen que según cuenta la leyenda apareció por primera vez hace casi 60 años en un pueblo italiano, y cuya veneración adquiere año tras año mayor importancia por la gran cantidad de devotos que suma. La jornada fue significativa además porque en la misa celebrada en el horario central el arzobispo de La Plata, Héctor Aguer, elevó a ese templo a la categoría de santuario, es decir, de lugar de peregrinación.

"Vengo todos los días 13, pero éste es especial, porque es el día más importante. Le pido a la virgen por el país, para que recupere la esperanza y también por mi familia y por mí. Es milagrosa. Me enfermé hace dos años y medio y parecía que tenía que operarme. Y acá estoy, bien y sin operarme", contó Carlos Gosella, del barrio Norte, que visita a Rosa Mística desde hace diez años.

Nuestra Señora de la Victoria se colmó de gente. Muchos platenses fieles a la Rosa Mística rezaron frente a alguna de las imágenes que hay en esa iglesia, en el Patio del Peregrino, el templo o el camarín, después de una paciente cola de varios minutos; le llevaron flores, encendieron velas y se acercaron al padre Jorge para recibir la bendición. También dieron muestras de su veneración creyentes de otras ciudades, algunos llegados después de recorrer largos kilómetros, incluso caminando, como un padre con su hijo que vinieron desde Pergamino a agradecer la recuperación del joven después de haber pasado por terapia intensiva, o la de un grupo de vecinos de Villa Elisa, que salió a paso lento de esa localidad el martes a las siete de la tarde y llegó a 54 y 23 en la medianoche de ayer.

Salud, trabajo y bienestar. Eso es, en resumen, lo que suelen pedir quienes se sienten protegidos por esa virgen de mantilla blanca con tres rosas en el pecho a la que todos los 13 de cada mes se venera en el ahora oficialmente santuario de la calle 54. Y también muchos, como Carlos, suman a sus ruegos personales el deseo de que el país, y con él todos los argentinos, tenga paz y consiga prosperidad.

No sólo la iglesia estuvo durante todo el día repleta de gente, el barrio también se transformó en un desfile incesante de peregrinos, que antes de ingresar al templo compraba estatuillas de la virgen, estampitas, flores, velas, medallas, rosarios o algún souvenir alegórico a la Rosa Mística que se vendían a largo de la calle 54, en puestos o de la mano de quien los ofrecía parado frente al templo.

"UN DIA MUY ESPECIAL"

"Es un día muy especial -dijo el padre Jorge Masuelli, capellán externo de Nuestra Señora de la Victoria-, porque además de esta fiesta de fe, hoy (por ayer) el obispo declara santuario a esta parroquia". Con esa proclamación por parte de monseñor Aguer se cumple un viejo anhelo de los feligreses, ya que hace muchos años que esa iglesia recibe a peregrinos de todas partes de la provincia de Buenos Aires, de la capital federal, e incluso de otros lugares del país.

La iglesia estuvo abierta durante todo el día. En la medianoche de ayer se celebró la primera misa y luego el oficio religioso se repitió cada una hora y media durante la jornada completa. El padre Jorge tuvo a su cargo las bendiciones, que se sucedieron cada diez minutos en el Patio de los Peregrinos. A las seis de la tarde se ofreció la ceremonia principal, que brindó monseñor Aguer.

El culto a María Rosa Mística nació en Montichiari, Italia, en 1947. La enfermera Pierina Guilli contó que se le había aparecido la figura de una hermosa mujer doliente, que vestía túnica morada, velo blanco y tenía, en lugar de corazón, tres espadas clavadas en el pecho. La aparición, según Guilli, se repitió el 13 de julio de ese año, en un hospital de ese pueblo. Entonces, la mujer mostró en lugar de las espadas, tres rosas en el pecho: una blanca, una roja y una dorada.