Gimnasia sigue sumando con la fuerza de un "Tornado"

CORDOBA (Enviado Especial).- Gimnasia, de la mano del contundente Gonzalo Vargas, se sigue abriendo camino en este torneo Apertura. El uruguayo, con su sexto gol en el campeonato, ahora de cabeza, le dio la victoria (1-0) ante Instituto, en el difícil reducto de Alta Córdoba en donde La Gloria no había recibido goles en contra, y llegó a los 16 puntos, que no es poca cosa si se tiene en cuenta las vicisitudes por las que atravesó hasta aquí el equipo de Pedro Troglio.

Lo que sembró la visita en el primer tiempo, en el complemento pudo recoger los frutos, aunque resultó vital para eso el ingreso de Juan Ernesto Casado (relevó a un opacado Lucas Lobos) que le dio mejor fútbol y un mayor atrevimiento de mitad de cancha hacia adelante, y fue entonces cuando pudo marcar el desnivel, por rara paradoja cuando Gimnasia se había replegado en el campo para manejarse de contragolpe.

A 15' del final del partido, Casado construyó una muy buena jugada por derecha, alargó para Nicolás Cabrera que mandó un buen centro al área, por el punto del penal apareció el Tornado Vargas y con un cabezazo de pique al suelo puso la pelota contra el palo de la mano derecha de Pezzutti, y a cobrar. Tercera victoria al hilo.

El triunfo, es cierto, tuvo un costo muy caro, ya que fue expulsado Diego Herner, por doble amonestación, y Marcelo Goux sumó la quinta amarilla, y los dos defensores serán baja ante San Lorenzo.

Claro que el volver a superar la línea de Lanús en la tabla de los promedios, en cierta manera soslaya estas bajas que obligarán a Troglio a aguzar el ingenio para poder minimizarlas cuando retorne la competencia oficial.

Fue un poco más Gimnasia en el primer tiempo a despecho que Lobos entró poco en escena y eso le quitó la posibilidad que su buen arranque se prolongara en el tiempo.

El planteo del equipo de Troglio fue más audaz que el de Theiler. El local se plantó con un 4-4-1-1, mientras que la visita propuso su ya conocido 3-4-1-2 que le permitió marcar diferencias en el juego en los primeros 20 minutos.

Después, por esas cosas del juego, fue cediendo el conjunto albiazul, se fue recostando contra su propio campo, y le cedió la pelota a los cordobeses que entonces pudieron generar algunas situaciones de riesgo.

La ambición del conjunto platense mereció una mejor recompensa, ya que un cabezazo de Vargas se fue por arriba del travesaño luego de un buen centro que levantó Delorte desde la derecha.

Hubo también una gran jugada de Matías Escobar que guapeando llegó hasta el área de enfrente. Pezzutti, con dos agónicas intervenciones, le frustró la posibilidad de mover el tanteador al volante central visitante.

A once del cierre también se contabilizó un remate largo de Escobar que se fue por sobre el horizontal.

Existió también un buen tiro libre de San Esteban que pasó cerca y un par de remates de media y larga distancia de Licht y Lobos que inquietaron al golero Pezzutti.

Instituto asomó la cabeza entre el minuto 20 y 30 y también apoyándose en los remates largos, vía Pilipauskas y Castro, que pusieron en serios aprietos a un Navarro Montoya que no siempre salió en forma atinada de su valla.

Al regresar del descanso varió la postura táctica de los mens sana, que adoptaron algunos recaudos de mitad de cancha hacia atrás y se pararon también de contragolpe, jugando en cierta manera con las urgencias y también las imperfecciones del conjunto cordobés.

Esto hizo que el nivel técnico decayera notoriamente. Comenzaron a escasear las llegadas, y un par de remates de Escobar lo mantenían en partido a Gimnasia que, agazapado, esperaba su oportunidad.

Theiler, en su debut como técnico de Instituto, fue el primero en mover el banco. La respuesta de Troglio no se hizo esperar, e introdujo una movida ganadora.

El ingreso de Casado por Lobos le cambió la cara al equipo. El volante se encendió y le dio a Gimnasia el fútbol y el atrevimiento que necesitaba. Y de sus pies nació la jugada que definió Vargas con un estupendo cabezazo tras un centro que levantó Cabrera desde la derecha.

Después vendría la expulsión de Herner, por doble amonestación, la quinta amarilla de Goux y la desesperación de Instituto (por juego brusco se quedó sin Capria) que murió irremediablemente en la férrea y atenta retaguardia gimnasista.