21 de Noviembre de 2005 | 00:00
No llegó a la marca aquella del Lobo del '62 de
nueve triunfos al hilo, pero igualmente lo de ayer del Gimnasia
de Troglio, aún con claroscuros, tuvo mucho de hazaña con una carga
altísima de tensión, nerviosismo y suspenso.
Otra vez, como ante Quilmes, apareció la solvencia de Lucas Lobos,
para transformar un penal en gol, claro que no para convertir un
empate en una victoria, como aquella vez, sino ahora para empardar
un partido que parecía ya irremediablemente perdido.
La pasó mal Gimnasia ayer en el Bosque. Porque el rival le planteó
bien el partido, pero también porque el local no hizo las cosas
como debía. No golpeó de entrada (a los 4' un cabezazo de Vargas,
tras centro de Cabrera, cruzó todo el arco y se fue afuera) y después
se dejó complicar por el equipo rosarino que le puso nueve hombres
bien escalonados del medio hacia Vivaldo (Campora se quedó solo
arriba) y no lo dejó pensar, ni hacer.
Gimnasia dispuso casi permanentemente de la pelota. Trató de progresar
como lo hace habitualmente por los laterales, pero sin conseguir
un desborde claro. Tuvo dificultades para llegar tocando por abajo
y, al final, terminó con el centro al área, fácil para Vivaldo y
los centrales.
El local disponía de la pelota pero no llegaba y Tiro Federal en
cambio, con mucho menos, tenía mejor calidad de llegada, y que obligaron
a Navarro Montoya a extremar recursos ante envíos largos de Aquino
y Buján, por ejemplo.
Recién en los últimos quince minutos aventajó Gimnasia a la visita
en cantidad de llegadas. Con un cabezazo de Lobos en palomita que
se fue cerca del palo derecho, con otro de Vargas que Vivaldo salvó
contra su poste derecho, y otro a quemarropa de Escobar, tras centro
de Cabrera, que fue a estrellarse contra el travesaño, ya sobre
el final de la etapa.
Todo esto no hizo más que envalentonar a Tiro Federal que se notaba
bien parado y que poco a poco fue manejando conceptos de marca y
relevos atinados que le complicaban al local todo intento de organizar
una ofensiva punzante.
Crecía entonces anímicamente los rosarinos, ahora parados de contragolpe
con Aquino por derecha y Buján por izquierda, y se le complicaba
el panorama a los platenses a los que apuraba una hinchada ansiosa,
y también el reloj.
Tiro nunca se fue en bloque, y por eso a Gimnasia se le hizo muy
difícil encontrar los espacios. Solo avanzaba soltando algún volante
para que se juntara con el solitario Cámpora.
Con el ingreso de Cervera por Fredrich buscó Troglio el juego que
le posibilitara abrir esa cerrada defensa, pero resultó en vano.
Gimnasia iba casi sin solución de continuidad y la gente rival sacaba
todo, aún sin preocuparse por el destino de la pelota. Y los minutos
se consumían.
Un cabezazo de Gentiletti que pasó cerca, un par de agarrones a
Delorte dentro del área que Sánchez no vio, y los minutos corrían.
La ansiedad consumía tanto como la alta temperatura le quitaba piernas
a los jugadores. Para colmo, San Esteban sintió una molestia y tuvo
que salir reemplazado por Alderete, por lo que el fondo pasó a conformarse
con Herner, Gentiletti y Cabrera. Y cuando nadie lo esperaba, aunque
cada vez las replicas rosarinas llegaban hasta el área, Aquino metió
una pelota al medio, Campora paró el balón de espaldas al arco,
giró hacia afuera, burló a Herner y con un zurdazo bajo puso la
pelota contra el palo derecho de Navarro Montoya.
Faltaban trece minutos para el cierre y a Gimnasia parecían volatilizársele
la ilusión de seguir solo arriba. Encima volvió a sentirse Cervera
de su rodilla izquierda y le cedió el lugar a Casado. Gimnasia se
transformó en una tromba, y en una de las tantas pelotas cruzadas
dentro del área, Iuvale tomó del cuerpo a Vargas, no lo dejó correr
tras ese balón, y a la vista de Sánchez, que no dudó en sancionar
el penal.
Lobos se paró a tres pasos de la pelota. Llegó, le pegó de derecha
y la puso abajo, contra el palo derecho de Vivaldo que se jugó hacia
su izquierda. Y allí comenzó a respirar todo Gimnasia que se jugó
por la hazaña, pero Tiro Federal siguió defendiéndose con uñas y
dientes.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE
Para comentar suscribite haciendo click aquí