Tecnopibes: ventajas y desventajas de crecer con las nuevas tecnologías

Celulares, mensajes de texto, Internet, videojuegos, reproductores de MP3. Un estudio reciente indica que buena parte de los adolescentes pasa más de seis horas diarias expuesto a las nuevas tecnologías. Y que el tiempo de exposición a ellas sigue aumentando en directa relación al grado de sofisticación que alcanzan los aparatos. A la luz del fenómeno, padres, docentes y especialistas se preguntan si es bueno poner límites al uso de los nuevos aparatos. Y crecen las advertencias sobre los riesgos vinculados al abuso, tales como la obesidad infantil, determinados trastornos neurológicos o la tendencia al aislamiento.

Videojuegos, mensajes de texto, reproductores de MP3. Si alguna vez la aparición de la televisión alcanzó para cambiar los hábitos, los chicos y adolescentes de la actualidad asisten a una avalancha de adelantos que instalan nuevas costumbres entre ellos y llevan preocupación a padres, docentes y especialistas, que se preguntan si es conveniente limitar las horas de exposición a las nuevas manifestaciones tecnológicas.

Mientras crece el debate en torno a cuál debe ser el rol paterno en estos aspectos, estudios realizados recientemente muestran que en los últimos años se produjo un fuerte crecimiento en el número de horas que los chicos pasan frente a computadoras, celulares y reproductores de MP3.

El crecimiento vino acompañado de una oleada de advertencias de los especialistas, que asocian el auge de las nuevas tecnologías a un mayor riesgo de que los chicos desarrollaran males como la obesidad infantil, algunos trastornos neurológicos o el aislamiento.

Puestos a analizar el tema, psicólogos especializados en adolescentes, docentes y especialistas en nuevas tecnologías dividen opiniones. Mientras algunos creen que es bueno limitar el tiempo de exposición a los adelantos, equilibrando esas actividades con otras que propongan un contacto real con otras personas, otros entienden, avalados por estudios, que elementos como los videojuegos favorecen la coordinación y la agilidad mental de los chicos. En el medio están quienes opinan que las tecnologías no son buenas ni malas. Que se puede hacer un uso bueno o un uso malo de ellas y que, en todo caso, lo que hay que evitar es el abuso.

Para Cecilia, una mamá platense que ya pasó los 40, el problema es bien concreto. Entiende que cada vez le cuesta más captar la atención de su hijo Pedro (12), siempre dispersa entre los videojuegos, Internet y el moderno aparato donde reproduce archivos de MP3. A veces hasta se sorprende de ver a su hijo chateando con compañeros con los que se verá en unas pocas horas. ¿Es para preocuparse o es apenas una nueva forma de relacionarse con la tecnología que tienen los chicos?

La preocupación de Cecilia se multiplica por millones alrededor del mundo. Tanto, que cada vez hay más estudios específicos destinados a analizar el tema, sobre todo en Estados Unidos.

En ese marco, un reciente estudio sobre adolescentes y tecnología realizado por Pew Internet and American Life Project determinó que el uso de las computadoras aumentó significativamente entre los adolescentes en los últimos años.

Del informe se desprende que más de la mitad de los chicos norteamericanos se conecta a diario cuando en el año 2000 la cifra llegaba al 43 por ciento.

El trabajo arroja otro dato relevante: el 81 por ciento de esos chicos usan videojuegos, cuando en 2000 era el 52 por ciento. Y determina que a medida que los aparatos evolucionan demandan más tiempo de los chicos.

Otros estudios arrojan más luz sobre las actuales características del vínculo entre adolescentes y nuevas tecnologías: uno de ellos dice que el 75% de los adolescentes conectados usa servicios de mensajes instantáneos.

Una encuesta realizada por la Kaiser Family Foundation en la franja de 8 a 18 años determinó que la cantidad diaria total de contenidos a los que se exponen los jóvenes a través de los medios aumentó de más de una hora en los últimos cinco años, a ocho horas y media.

Pero como realizan tareas múltiples, los jóvenes compactan ese contenido en un promedio de seis horas y media diarias, que incluyen tres horas de televisión, casi dos horas escuchando música, más de una hora en la computadora además del tiempo de tareas (más del doble del promedio de 27 minutos de 1999) y poco menos de una hora con los video juegos.

Aún ante la contundencia de estos datos, ni el informe Kaiser ni el Pew encontraron catastrófico ese nivel de exposición: el informe Pew reveló que a pesar del apego de los adolescentes a la tecnología, estos siguen pasando más tiempo junto a amigos que hablando por teléfono o mandándose mails o mensajes de texto. Y a medida que los adolescentes crecen disminuye su interés por diversiones tales como juegos online y tienden más a recurrir a la Web en busca de información.

Los adolescentes por su parte admiten que es una actividad sedentaria y que si se convierte en obsesión es un problema. Pero también añaden que los padres no comprenden que se trata de un medio diferente.

Muchos padres dicen limitar el tiempo de pantalla e instalar filtros para bloquear material objetable.

Algunos especialistas, como David Levy, profesor de la Universidad de Washington especializado en comunicaciones de alta tecnología y calidad de vida, reconoce que los jóvenes logran manejar múltiples fuentes de información simultáneamente

Pero también se interroga, acerca de si esta habilidad disminuyó la capacitada de los chicos para "concentrarse en una sola cosa, la capacidad de estar callados y concentrados, básicamente la capacidad de desenchufarse y estar satisfechos."

Y cree que la pregunta es válida para toda la cultura: "A la mayoría de los adultos les resulta difícil, también. Lo que estamos perdiendo es la dimensión contemplativa de la vida. Debemos cultivar eso, por nuestra cordura", sostiene.

Los especialistas, en tanto, se inclinan por promover un equilibrio entre consumo de tecnología, actividad física y encuentros cara a cara para los chicos y adolescentes.

Esto sucede mientras las opiniones están divididas en torno a las ventajas y las desventajas derivadas de las nuevas tecnologías.

Algunos neurólogos argentinos comenzaron a poner el acento en los últimos tiempos en que la necesidad de procesar demasiada información se pueden registrar dificultades en su correcto procesamiento. El aspecto más visible de esto es la posibilidad de que se presenten déficits de atención que a su vez puedan derivar en ansiedad, estrés y depresión. El uso abusivo de videojuegos puede afectar también las relaciones de amistad y familiares.

Para la psicóloga platense María Stoika, que es especialista en niños adolescentes y familia y fue una de las fundadoras de la Escuela para Padres que funcionó en la ciudad en los años '90, "todos estos nuevos elementos son muy útiles siempre y cuando se los sepa utilizar. Si se los usa de una forma abusiva pueden ser absolutamente perjudiciales para la salud física, psíquica, emocional y afectiva".

Stoika opina que "cada adelanto tiene que tener su tiempo y su espacio y ser utilizado con una finalidad específica para evitar que se transforme en un escapismo. Es cierto que estos aparatos son grandes adelantos y que generan más cantidad de conexiones. Pero esas conexiones se caracterizan por ser superficiales, sin compromiso ni exposición. Entonces el riesgo es que la vida afectiva se vaya encapsulando y que se inhiba la posibilidad de construir vínculos con otros".

La especialista cree que los padres tienen que tener un rol muy activo en la elección de los medios que utilicen los hijos y en su control. Propone evitar que la computadora se transforme en "ese elemento frente al que se depositan los chicos cuando no se sabe qué hacer con ellos". Y dice que no existen recetas que indiquen la cantidad de tiempo que conviene que un chico pase utilizando las nuevas tecnologías. En todo caso, el secreto es lograr un equilibrio entre el uso de celulares, computadoras y videojuegos y el juego y el encuentro real con los pares.

Con todo, los videojuegos tienen también entre los especialistas su tribuna a favor: así, hay estudios que dicen que aumentan la rapidez para leer y ver imágenes en espacios tridimensionales y para seguir varias situaciones a la vez. Del mismo modo, se afirma que muchos de ellos estimulan los procesos de pensamiento, toma de decisiones y funciones ejecutivas y que pueden incentivar la creatividad. Algunos psicólogos no dudan de estas ventajas pero plantean que hasta esos elementos positivos se tornan negativos cuando hay abuso.