Muy buenos pejerreyes en la cercana laguna de Chis Chis

Como lo veníamos anticipando en diversos informes, la pesca en la laguna de Chis Chis había repuntado bastante, cuestión que confirmamos plenamente al realizar un relevamiento en ese cercano espejo de agua ubicado sobre la Autovía 2, en el partido de Chascomús.

Salimos el lunes con Néstor Sosa y en el kilómetro 92 de la Autovía nos esperaba Juan Bravi con su lancha, listo para salir hacia la laguna.

Para ingresar a la laguna debemos ir hasta el Km. 144 donde se encuentra la entrada del Complejo de pesca El Faro Monasterio, que cuenta con excelentes comodidades para el pescador y si vamos con la familia no hay inconvenientes ya que posee excelente sanitarios, proveeduría, quinchos y parrillas al lado de la misma laguna; el día que nosotros fuimos se encontraban muchos aficionados pescando de costa.

German, el encargado del pesquero, nos contó que en la laguna cuentan hoy con una trakker con motor para auxilio y retirar redes clandestinas, cosa que pasó la semana anterior cuando secuestraron, junto a la policía de Lezama, cien metros de trasmallo.

EN EL AGUA

Bajamos la lancha cerca de la proveeduría donde existe una bajada natural que no es demasiado cómoda pero tampoco imposible, aunque se podría mejorar.

Como el viento soplaba del sector sur, cruzamos la laguna en dirección del canal que une Chis Chis con Tablillas para realizar el primer garete sobre la costa donde está el viejo ombú del campo de enfrente al embarcadero.

Al llegar fondeamos la embarcación para armar los elementos de pesca; éstos estaban conformados por cañas de 4,20 metros, reeles frontales cargados con multifilamento del 0.12 y líneas de tres boyas de distintos colores y formas: chapetonas rojas, lágrimas verdes de poliuretano; Néstor usó unas plásticas de color amarillo con rayas rojas, verdes y negras. Los anzuelos utilizados fueron del número 1 ó 2, encarnados con mojarras medianas, según Juan, ideales para la pesca de esta laguna.

Salimos casi paralelo a la costa de la vieja tapera o del ombú. Las brazoladas las corregimos como para que estuvieran en distintas profundidades y encontrar donde comería el pejerrey que, por lo visto cuando navegábamos, hay muchísimos pero chicos.

PIQUES

Apenas lanzamos las líneas los juveniles de pejerrey tomaban nuestras carnadas saliendo las boyas con corridas rápidas hacia los costados, típico de este tamaño de ejemplar. Los aparejos no navegaban mucho más de 15 metros y teníamos que recogerlos para encarnan nuevamente. Sólo pudimos capturar algunos que apenas superaban la medida.

El problema era buscar la forma de ver cómo pasar las líneas para poder pescar algo más lejos de la embarcación y que trabajasen de otra manera con la velocidad de la lancha. Mientras tanto los piques se multiplicaban incluso con algunos dobletes.

La pesca estaba por demás de entretenida pero el tamaño no era el buscado, sabíamos que Chis Chis rendía con portes muchos más grandes. Sólo se escapaban de las críticas dos o tres de 30 centímetros.

CARNADA MAS GRANDE

Se nos ocurrió aumentarle el volumen a la carnada ya que al tener estos peces la boca chica seguramente no "robarían" nuestras carnadas, y de esta manera podríamos pasar esa barrera de pejerreyes chicos. También subimos las brazoladas a 10 cms.

En un anzuelo N° 1 pusimos dos o tres mojarras por anzuelos y hasta un filete de dientudo.

Levantamos el ancla para que subiera la velocidad de gareteo y tiramos las líneas; la idea dio resultado porque los juveniles tomaban el filete al cual no podían desprender del anzuelo.

Las líneas llegaban más lejos, ahora faltaba ver si estaban los grandes allá adelante nuestro. De repente una línea fue llevada lentamente hacia la derecha. después de la clavada lo subimos con el copo; era un excelente pejerrey de 40 centímetros de longitud y se motaba que estaba muy bien alimentado ya que por ser de un tamaño bueno su cuerpo era bastante robusto, con un lomo muy verdoso característico de estas lagunas.

De esta misma manera capturamos varios más que estaban entre los 30 a 35 cms., y a pesar del tamaño tenían muy buen grosor, todos combativos a la hora de ser pescados, por momentos no teníamos control de la línea ya que se cruzaban de un lado al otro.

Pero la buena suerte duró poco porque cerca del mediodía el viento se calmó dejando la laguna planchada por completo, actuando solamente de esta forma los dientudos. Probamos en diferentes sectores para ver si estaban en algún lugar pero fue inútil; sin oxigenación del agua el pejerrey no se mueve, ni siquiera los juveniles.

A LA TARDE

Nos cansamos de tanta búsqueda en vano y de haber dejado en boca de los dientudos una bolsa de mojarras, y recién a las tres de la tarde cambió el viento al sector oeste y volvió a oxigenar el agua, pero esta vez nos llevaba hacia el centro de la laguna, donde encontraríamos mayor profundidad; el desafió estaba planteado y el frío también ya que la tarde se cerró con nubes negras.

En esta oportunidad los tamaños eran mucho mejores; los juveniles no molestaban tanto; cerca de la embarcación Néstor clavó uno de 37 cms.

En este gareteo anduvo mejor la mojarra sola con piques más francos, aunque había que mover la línea cuando veíamos bulos cerca para que comieran mejor.

Sinceramente nos llevamos una grata sorpresa en Chis Chis; ver infinidad de juveniles atacando a nuestras carnadas, a pesar de ser molestos, fue divertido y es seguro que con algunas heladas se aletargarán dejando espacio para los más grandes.

Lo recomendable es utilizar anzuelos grandes para que si los pejerreyes chicos toman la carnada no se la traguen y puedan ser devueltos al agua sin sufrir daños severos.

Hay muchos pejerreyes, pero no nos olvidemos que tuvimos unos cuantos años de "sequía" de esta especie en estas lagunas, y si no la cuidamos nosotros lo padeceremos en el futuro.

Servicios: (02241) 15-549966. Guía: (02241) 15-507389.