Azpiazu, reelecto en inédita asamblea en medio del campo

Dentro de un salón ubicado a casi 300 kilómetros de la Ciudad, en el medio del campo, finalmente ayer pudo sesionar la asamblea universitaria de la UNLP y tal como estaba previsto reeligió al actual presidente, Gustavo Azpiazu. La reunión se desarrolló en la escuela Agraria Inchausti de la zona rural de 25 de Mayo, a escondidas de los militantes de las agrupaciones estudiantiles de ultraizquierda que nuevamente intentaron, aunque sin éxito, impedir la votación.

Después del intento fallido del sábado en el Colegio Nacional, cuando los mencionados grupos formaron un cordón humano en los accesos e impidieron el ingreso a los asambleístas, las autoridades de la UNLP jugaron a fondo por la sesión y sin aviso previo cambiaron el ámbito de la votación. Eso desorientó a los militantes que se habían movilizado en cinco colectivos. Cuando llegaron a la Escuela a las 7.30, media hora antes del inicio formal de la reunión, no encontraron a nadie. Al final, lograron dar con el improvisado recinto, un salón de festejos del colegio ubicado a unos 20 kilómetros de la sede principal, pero la asamblea ya había finalizado. Entonces, se fueron al centro de 25 de Mayo y cortaron calles durante un poco más de una hora.

Con el objetivo de evitar a los militantes, la sesión no se extendió más allá de lo estrictamente necesario. Luego de que se entonara el Himno nacional, el asambleísta graduado de Bellas Artes, Horacio Bouchoux, pidió que se establezca un cronograma para trabajar en la reforma del Estatuto. La profesora Patricia Arnera, de Ingeniería, pidió que se integre a representantes de los colegios en las comisiones de debate y rápido se aprobó un plan que prevé la convocatoria a una nueva asamblea, el 13 de octubre, para aplicar los cambios.

Luego un profesor de Periodismo, Carlos Giordano, planteó una moción de orden para pasar a la votación y pidió a la asamblea que autorice a los representantes ausentes ayer o a quienes no pudieran sufragar en caso de que los militantes lo impidieran, a que lo hagan en La Plata ante un escribano público hasta última hora de hoy jueves.

121 REPRESENTANTES

Luego se pasó a la votación según establecía el punto uno de la convocatoria: reelección del presidente. El cuerpo estaba constituido con 121 representantes. No asistieron estudiantes que forman parte de la protesta y profesores y graduados que acompañan algunos de sus planteos. También estuvieron ausentes algunos profesores que no pudieron llegar a tiempo (minoría docente de Medicina) o no quisieron viajar a 25 de Mayo. Todos podrán ejercer el derecho a voto hasta esta tarde, presentándose ante cualquier escribanía. La Universidad no definió aún cuándo se abrirá la urna para hacer oficial el resultado.

Cerca del mediodía, 11 asambleístas del Observatorio, que llegaron tarde porque se rompió la combi que los llevaba, votaron en una escribanía de 25 de Mayo. Igual que ocurrió antes con el lugar de la asamblea, las autoridades de la UNLP guardaron en estricto secreto la ubicación de esa oficina. Se temía entonces que los militantes de las agrupaciones de ultraizquierda se acercaran allí e hicieran fracasar ese trámite. También sufragaron ante un escribano dos profesores de Medicina. Así, hasta anoche había 134 votos.

"La asamblea está a favor de que la mayor parte de sus integrantes pueda votar. Por eso se va a dar una plazo de 24 horas", indicó el vicepresidente Raúl Perdomo. En un escenario sin candidatos opositores, en la presidencia dan por descontado que Azpiazu ya tiene más de los 128 votos (dos tercios de la asamblea conformada por 192 alumnos, profesores y graduados que integran el consejo académico de su facultad) que exige el Estatuto para obtener la reelección. Entonces, el ex decano de Arquitectura continuará en el gobierno de la UNLP hasta 2010. Otra de las particularidades de este proceso es que hay 8 estudiantes excluidos por haber perdido la banca como consecuencia de inasistencias reiteradas (así buscaban detener la elección de decano en Ingeniería, Periodismo y Medicina).

ESTADO DE ALERTA

La tensión que generaron los militantes en la UNLP puso en estado de alerta a la Universidad, al municipio de 25 de Mayo y a la policía. Desde el martes por la noche se aplicó un fuerte operativo de seguridad que hasta llevó efectivos a las inmediaciones del predio universitario de Inchausti. Esa presencia alteró a varios asambleístas. Algunos advirtieron que se irían si la policía no se retiraba de la zona.

Así y todo, desde la madrugada abundaban los patrulleros en la ruta que lleva a Inchausti y cuando los militantes intentaron acceder al predio "Santa Ursula" se encontraron con varios micros con efectivos esperándolos. Luego, el presidente de la Fulp, Pablo Maciel, denunció que "la policía nos impidió entrar y nos estuvo siguiendo por todos lados", mientras buscaban la sesión. Cerca del mediodía, cuando se retiraban de la ciudad fueron escoltados por patrulleros.

El dispositivo, que sumó 150 hombres (infantería, caballería, bomberos) y también tenía previsto el uso de camiones celulares para traslado de detenidos y comunicaciones, se vio en toda su dimensión cuando los militantes fueron a manifestarse a la ciudad. Varios cordones de efectivos seguían de cerca sus movimientos y cortaron calles que conducían a un hotel en el que se alojaron autoridades de la UNLP. Todos los movimientos fueron seguidos por la autoridad máxima de la Bonaerense, Daniel Rago.

El presidente Azpiazu dijo que la Universidad pidió un operativo de custodia para que los asambleístas pudieran llegar al predio. Esa inquietud se conjugó con la del Municipio. El intendente local, Mariano Grau, dijo ante la prensa que realizó una gestión con la Policía porque "los vecinos iban a ver alterado su ritmo". Una fuente confiable del ministerio de Seguridad indicó por la tarde que "recibimos una nota dirigida al ministro donde el presidente de la Universidad pedía colaboración para darles seguridad a los asambleístas".

El capítulo final de la elección de autoridades (el mes pasado se realizaron las de decanos y está pendiente resolverla en Humanidades) fue agotador para los asambleístas. A los que habían pasado la noche en las habitaciones de Inchausti (algunos se habían acostado vestidos y otros llevaron ropa de cama) les cortaron el sueño a las cinco con la noticia de que la sesión se correría a otro campo que integra la propiedad, pero está ubicado a varios kilómetros de allí.

Luego, cuando finalizó la breve reunión y se acercaban los militantes estudiantiles, debieron irse velozmente de "Santa Ursula". Una larga caravana de autos recorrió entonces el camino arenoso a alta velocidad y tomó por la ruta. Luego, desde el centro de 25 de Mayo empezó la desconcentración. Se subieron allí a las combis que los habían llevado por la madrugada o la tarde anterior. Los militantes, que masticaban bronca por no poder impedir que se hiciera la reunión, los siguieron pero estacionaron frente a la plaza de la ciudad. Allí identificaron a los asambleístas de Medicina e Ingeniería y los hostigaron durante unos minutos, pero al final pudieron irse.

Lo que al principio amagaba con plantearse como una especie de "cacería" de consejeros y funcionarios del rectorado, al final quedó en una manifestación en una esquina, con cánticos y el tradicional corte de calle. El rector Azpiazu dijo que en ese contexto se produjo la rotura de una vidriera y anunció que la UNLP se hará cargo de reponer el vidrio.