De regreso a La Plata, los recuerdos de Monte Longdon

El Monte Longdon no es uno más para los ocho ex combatientes platenses de Malvinas que en su regreso a la isla, a 25 años de la guerra, decidieron acampar allí, en el mismo lugar que lucharon por sobrevivir y donde sufrieron por sus compañeros caídos.

Es que allí los platenses se sintieron por primera vez, hace 25 años, combatientes en la guerra, nada menos que luego de una noche helada en la que los británicos lanzaron una avanzada terminante que dejó demasiadas bajas.

Ese ataque dio lugar a la institución que hoy es el CECIM (Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas) y que nuclea a los ocho platenses que acaban de regresar de la isla: Fernando Magno y Hugo Robert de 45 años; Germán Bonanni, Fernando Terminiello, Carlos Mercante y Carlos Connell (44); Rodolfo Carrizo (52) y Guillermo Bianchi (50).

Ya de regreso en nuestra ciudad, Carrizo contó que "quedarnos una noche entera en el Longdon fue especial. Allí nació el CECIM, que primero sirvió para unirnos y luego se transformó en necesidad y reclamo. Pero en general el viaje nos abrió la cabeza para mejorar el compromiso con los que quedaron allí. Los argentinos tenemos que ir a las islas y hablar con sus habitantes, son pequeños gestos que sirven".

"Siempre supimos que nos necesitaban y pensamos en volver -agregó Magno-, y aquella noche estábamos en el Monte de cara a las bombas. Recuerdo que le dije a un compañero 'si nos salvamos de ésta nos podemos considerar ex combatientes y armar algo que nos identifique'".

Carlos Mercante reconoce que leyó bastante sobre la guerra que él mismo protagonizó. "Siempre admiré y sentí orgullo por los que pelearon en el Longdon, fue una batalla cuerpo a cuerpo terrible. La bomba te destruye, pero uno no ve al enemigo".

En realidad, el acampe en el Longdon fue la culminación de un día repleto de emociones en el Monte. La visita al lugar donde cayó herido Carlos Mercante, rescatado por sus propios compañeros, las posiciones en las que muchos permanecieron setenta días y la aparición de objetos reconocidos por sus dueños dieron lugar a relatos inolvidables. Inclusive los integrantes de la delegación reconocieron que las historias se enriquecen y entrelazan unas con otras.

"Cerca de las 4 de la tarde se hizo de noche -señaló Terminiello-, así que cerca de las 7 estábamos comiendo el 'guiso a la Longdon' que hizo Carlos Connell. Fue una noche espectacular, hasta la temperatura nos ayudó, al menos hasta entrada la madrugada, cuando comenzó a llover".

La noche en el Monte transcurrió con muchas lágrimas, recuerdos, anécdotas, la lectura de algunas cartas y un sueño por momentos imposible de conciliar, en lo que para muchos fue volver a ingresar en una carpa luego de 25 años.

"Una de las cosas que me sorprendió -contó Bonanni- es la cantidad de bombas que notamos que cayeron justo en la zona donde nos tuvimos que replegar. Esa vez lo hicimos de noche y lo único que queríamos era salir de la lluvia de explosiones. Pero ahora nos dimos cuenta que habíamos estado en un infierno".

Por otra parte Carlos Connell y Hugo Robert coincidieron en remarcar que "las distancias las notamos mucho más grandes ahora que en aquel momento". En ese sentido Guillermo Bianchi adelantó que "durante el viaje realizamos una tarea con un GPS (buscador satelital) que en el futuro les permitirá a los que vayan ubicar sus posiciones fácilmente".

"Para este grupo la misión de volver a Malvinas está cumplida y el compromiso con los caídos está ampliamente renovado", repiten los ex combatientes. Y así lo dejaron sellado en las islas, donde colocaron las plaquetas del CECIM que rezan: "Lo sembrado entre todos es deber ser juntado. Más aún si se ha dado la vida para forjar un nacimiento; pues sólo así vivirán en el tiempo los auténticos Héroes de la Patria".