Las rarezas del mes de mayo sobre el cielo de La Plata

En el mes que acaba de concluir, distintos episodios reflejados sobre el cielo de la Ciudad llamaron la atención de miles de platenses. Se dijo sobre ellos que fueron meteoritos, meteoros, estrellas fugaces, bólidos y hasta no faltaron quienes sugirieron la presencia de ovnis. Sin embargo, desde el Observatorio del Bosque, en el balance final de todo lo ocurrido durante el mes, se descartó a la mayoría de esas interpretaciones populares, y se detalló rigurosamente a cada uno de ellos.

"El mayo que pasó -explicó el licenciado Roberto Venero, secretario de Extensión de la facultad de Astronomía de la UNLP- fue para nosotros un mes cargado de noticias que produjeron singulares revuelos en la comunidad. Y curiosamente, todas fueron noticias relacionadas con fenómenos observados en el cielo, y como siempre, tuvieron una amplia dispersión de interpretaciones, algunas atinadas y otras completamente desopilantes".

"El sábado 19 de mayo -señaló el astrónomo- pudo observarse un meteoro iluminando la madrugada. Dado la espectacularidad de su paso raudo a través del cielo y la cantidad de observadores ocasionales, el fenómeno atrajo y seguramente amenizó las charlas de muchos hogares. Todos los relatos reflejaron con gran detalle lo que, sin lugar a dudas, se trató de un meteoro, el proceso de quema y vaporización de un cuerpo rocoso proveniente del espacio interplanetario, que es sobrecalentado por la fricción durante su ingreso en la atmósfera terrestre".

"Alguna gente -destacó Venero- puso en duda esa explicación, argumentando que el destello observado en esos pocos segundos había sido demasiado brillante. Sin embargo, no es difícil imaginar que si una roca entera de varios kilogramos y compuesta muy posiblemente de hierro, se vaporiza completamente en escasos segundos, es de esperar que produzca una emisión intensa de luz. De todos modos, este evento no produjo tanta dispersión de interpretaciones como el de la aparición, en al menos dos oportunidades -el 20 y el 24 de mayo- de un cuerpo de aspecto comentario, desplazándose muy lentamente sobre el horizonte vespertino, y que fue observado por muchas personas desde inmediaciones de las localidades de Florencio Varela o de Villa Elisa".

"Tal observación -continuó- resulta muy simple de explicar. Se trata de un avión de los mal llamados "a chorro". La cola que parece de fuego es, en realidad, una nube de cristales de hielo de agua formada en el aire enfriado tras el paso del ala del avión, fenómeno que en inglés se denomina "contrail". La luz del Sol, en el atardecer, le da a la nube ese aspecto encendido, como si se tratara de una bola de fuego. En las imágenes más detalladas también es posible observar dos trazos paralelos en la cola, causados por cada una de las alas del avión. Avión que no puede verse por la distancia y el contraste aunque, con la ayuda de binoculares, seguramente podría distinguirse".

La aparente estacionareidad del objeto -explicó Venero- se debe a que, en su movimiento, se está alejando del observador, en lugar de moverse transversalmente en el cielo, lo cual haría más evidente su desplazamiento. Lo llamativo del evento es su recurrencia; todo el bullicio causado por esta observación ocurrió ya dos veces en mayo, ambos a la misma hora de la tarde y con la misma iluminación. No se observó nunca este fenómeno de noche ni a otra hora del día, sino solamente con luz solar del atardecer".

"Seguramente -añadió el astrónomo- si uno buscara la planilla de vuelos programados del aeropuerto de Ezeiza se podría hasta prever la observación de este tipo de fenómeno, favorecido en esta época por el aire frío de la tarde".

"El último evento -concluyó el licenciado Venero- ocurrió el jueves, después que en algunos medios se invitara a la gente a ver un bonito color azul en la Luna Llena, debido a que esta fase lunar es llamada Blue Moon. Pero lamentablemente, esta es una Luna Llena como cualquier otra, y su nombre "Blue Moon" se usa simplemente para indicar el fenómeno poco frecuente de que en un mismo mes haya tiempo suficiente como para que se produzcan dos Lunas Llenas. Sin dudas, mayo fue un mes de cielos confundidos, de murmullos desconfiados y miradas elevadas a un firmamento dudoso, que provocó discusiones hogareñas y comentarios desbordados. Tras tantos episodios, ahora el cielo, de una manera u otra, seguramente retomará una vez más su verdadero protagonismo de belleza profunda y cristalina".