Un informe oficial confirma la degradación ambiental

"El arroyo, en determinados tramos, está muerto. Ya no tiene vida". La sentencia es tan impactante como la cantidad de evidencia científica que la acompaña. Y pertenece al director provincial de Preservación de la Biodiversidad, Alejandro Malpartida, responsable de un duro informe oficial de más de 250 páginas sobre el estado del arroyo El Gato que confirma lo que ya revelaron otros trabajos similares: que el curso viene soportando a diario alteraciones por la actividad del hombre que generan un gravísimo problema ambiental.

El informe, al que EL DIA tuvo acceso, analiza de forma pormenorizada toda la actividad que se desarrolla en el ámbito de influencia del arroyo y su impacto sobre el curso. "Recabamos información sobre industrias, sobre lavaderos de autos, sobre estaciones de servicio que generan residuos especiales y sobre otros pequeños emprendimientos", señala Malpartida.

"En total -detalla-, contabilizamos unas 200 actividades a lo largo de los 25 kilómetros de extensión, 23 de las cuales son industriales, pero también otras que generan impacto, como un hospital, el penal, los supermercados, que de alguna manera u otra producen residuos que van a parar al arroyo".

El estudio -titulado "Sistema de Gestión Ambiental Territorial para la Cuenca del Arroyo El Gato"- puntualiza que el comportamiento del curso se aleja de lo convencional debido a una serie de actividades humanas que se están llevando a cabo y que generan consecuencias negativas.

Entre otras, menciona la integración de cuencas, es decir, la canalización de los cursos de agua derivando uno hacia otro, como se hizo con el arroyo Pérez. Esta técnica, se asegura, genera un desequilibrio. Además, se nombra la construcción de caminos perpendiculares a la pendiente regional, las obras de pavimentación y compactación de calles, el levantamiento de puentes de diseño inadecuado y la ocupación de planicie de inundación, "debida a la falta de un control adecuado por parte del Estado".

QUIENES CONTAMINAN EL AGUA

Al momento de analizar los diversos tipos de contaminación que sufre el arroyo, el estudio menciona con especial énfasis la que refiere al agua y señala que "la falta de una planificación adecuada del recurso trae como consecuencia procesos de contaminación y, por ende, la limitación del aprovechamiento".

"Las principales causas de la contaminación del agua -detalla el estudio- son los vuelcos residuales (industriales o cloacales), el vuelco de residuos sólidos sobre los márgenes y curso principal y los fertilizantes y plaguicidas".

Los vertidos cloacales o industriales sin tener una adecuada evaluación de la carga "contaminante" que poseen "ha logrado que el cuerpo receptor se vea imposibilitado de revertir naturalmente la situación de 'estrés' que provocan", se afirma.

Pero el informe no se queda en el simple análisis. Además, detalla puntualmente quiénes son los que "aportan" día a día para la contaminación. En ese apartado, apunta que El Gato soporta vertidos de efluentes cloacales insuficientemente tratados o sin tratar provenientes de las plantas de Olmos y Ringuelet, de los hospitales subzonales, de los establecimientos penitenciarios y de las plantas potabilizadoras de Olmos y Ensenada.

Además, menciona los vertidos de efluentes líquidos industriales tratados o sin tratar, los desagües pluviales con residuos sólidos, las conexiones clandestinas de cloacas, los vuelcos no industriales que hacen las estaciones de servicio y los talleres y los residuos sólidos que son tirados directamente al curso o que son arrastrados desde los basurales por la lluvia.

Finalmente, menciona a los agroquímicos utilizados en áreas rurales provenientes de la cuenca superior y los líquidos residuales lixiviados provenientes del relleno sanitario de la CEAMSE en Ensenada.