La muerte de Gonzalo Acro abre la puerta a más violencia

Martín Gonzalo Acro, el sindicado como barrabrava de River que fue baleado el martes a la noche a la salida de un gimnasio de Villa Urquiza, murió finalmente ayer tras agonizar durante 24 horas en el hospital Pirovano, lo que abre la posibilidad cierta de un acrecentamiento de la violencia en el enfrentamiento de los dos sectores de la barra Millonaria.

Acro, de 29 años, ex empleado de River, ya se hallaba en gravísimo estado internado en ese centro asistencial, tras haber recibido dos balazos en la cabeza que le provocaron pérdida de masa encefálica y muerte cerebral. El cuerpo de «Gonzalito», como se lo conocía en el seno de la barra Millonaria, fue llevado ayer a la mañana a la morgue judicial para practicarle la autopsia.

La muerte de Acro fue confirmada oficialmente por el jefe de Terapia Intensiva del hospital Pirovano, doctor Mario Visiglia, quien dijo que el joven sufrió a las 7.20 un paro cardiorrespiratorio como consecuencia de las heridas recibidas. Con el correr de las horas su estado fue empeorando hasta ayer a la mañana, cuando finalmente murió.

Lo que sucederá a partir de ahora en River es impredecible. Desde ya, nadie piensa que esta fue la última escalada de violencia en los enfrentamientos entre ambos grupos de la barra, sino más bien todo lo contrario. Acro no era un simple «pinche» en la barra, sino que está señalado como el número dos en jerarquía de la fracción liderada por Adrián Rousseau. Desde ya, las sospechas recaen en el otro grupo de la barra, la que comanda Alan Schlenker. La palabra «venganza» sobrevuela el club como un fantasma.

En River reina el temor por lo que pueda suceder. De todas formas, los entendidos en el tema dicen que difícilmente el domingo vaya a haber algún incidente en el estadio, en ocasión del partido entre River y Newell's. Cuentan que, como van a estar todos muy vigilados -habrá un incremento en las medidas de seguridad-, y como además está todavía muy caliente el asesinato de Gonzalo, el desquite no va a tener como escenario ni el Monumental -donde además los principales caudillos de la barra tienen prohibido ingresar por el derecho de admisión- ni en sus inmediaciones. Pero nadie duda de que la lucha por el dinero y el poder continuará.

Recordemos los hechos. Acro, su novia y su amigo Osvaldo Matera, que fue baleado aunque su estado no revistió gravedad, fueron emboscados la noche del martes último por tres hombres armados cuando salían de un gimnasio de la calle Pedro Ignacio Rivera al 5100, de Villa Urquiza. Acro y Matera se escaparon y al llegar a la esquina de Cullen y Bauness fueron atacados a tiros desde una camioneta en movimiento frente al colegio católico Hermanas Dominicas de la Anunciata y a dos cuadras de la estación de trenes de Villa Urquiza, dijeron los voceros. Según las fuentes, Acro recibió tres balazos, mientras que Matera sufrió una sola herida de bala en la espalda. Los agresores escaparon aparentemente apoyados por otros cómplices que se movilizaban en un segundo vehículo, un Fiat Duna bordó.

Acro ingresó al hospital con dos balas en el cráneo y otra en el muslo y en estado de coma a raíz de pérdida de masa encefálica. Según los investigadores, el joven integraba el grupo que lidera Adrián Rosseau, el cual está enfrentado al que encabezan los hermanos Alan y William Schlenker.

YA HAY TESTIMONIOS

La Justicia ya contaría con algunas declaraciones testimoniales, entre ellas la del propio Matera y la de dos vecinos que fueron testigos presenciales del hecho, uno a 30 metros y otro a unos 70. Los tres coincidieron en que los hombres que dispararon se bajaron de una camioneta blanca y lo hicieron a quemarropa, para luego darse a la fuga junto con el otro vehículo que le sirvió de apoyatura.

Los testimonios también apuntaron que, por lo que pudo observarse, quienes descendieron de la camioneta bajaron directamente para matar a Acro, sin tener en cuenta a su amigo Matera, pese a que a éste le rozó una bala en el brazo y la espalda.

Fuentes judiciales no descartaron que la Fiscalía en lo Correccional de Saavedra vuelva a solicitar la detención de los principales líderes de la barrabrava de River, lo que en su momento fue denegado por el juez Samudio, que entiende en la causa de los incidentes en los quinchos de River, allá por febrero de 2007. En este caso, la fiscalía podría esgrimir la necesidad de una medida preventiva. De todas formas y pese a las investigaciones, por ahora en la Justicia no se manejan elementos concretos que puedan llevar al hallazgo del asesino.

En tanto, la Policía Federal secuestró ayer a la mañana una camioneta de color blanco similar a la utilizada por los atacantes que balearon a este hincha, por lo que ahora intentan determinar si realmente es el rodado desde el cual dispararon contra el muchacho.