El drama de los padres alejados de sus hijos

En los días previos, ansiosos, asocian la fecha con la esperanza. Pero a medida que las horas avanzan y cada intento de comunicarse con sus hijos tropieza con evasivas o con el silencio, esa esperanza se desvanece. Quedan, en su lugar, la impotencia y la angustia. Es una historia conocida para aquellos padres no convivientes cuyo vínculo con sus hijos está obstruido, generalmente por sus ex parejas que conviven con los menores. Y que se potencia con cada fecha significativa: cumpleaños, fiestas de fin de año, vacaciones. Y por supuesto, el Día del Niño.

En la agrupación Padres Hoy (www.padreshoy.org), un grupo que nuclea a padres impedidos de ver a sus hijos y por el que desde el año 2006 hasta la fecha pasaron más de un millar de platenses, ya no se sorprenden cuando los días previos a un Día del Niño el número de consultas aumenta al mismo ritmo que las asistencias a las reuniones de autoayuda, esas que habitualmente nuclean a unas 25 personas.

"Es porque la situación de no poder ver a tu hijo es muy angustiante siempre. Y esa angustia se potencia en determinadas fechas, como ésta", dice Diego Luna, secretario de la entidad.

Pero aquello que se hace más difícil de sobrellevar en estas fechas especiales suele ser un problema crónico, que tiene sus picos y sus mesetas, pero que se caracteriza por someter al padre no conviviente, imposibilitado de ver a sus hijos, a una rutina desgastante capaz de afectar seriamente su salud, su vida cotidiana y su situación económica.

En Padres Hoy saben de historias desgarradoras de quienes, una vez roto el vínculo con su pareja, pierden el contacto con sus chicos hasta el extremo de no saber dónde están viviendo, ni si están bien, ni si los volverán a ver.

"La dimensión del dolor que produce esto sólo la entienden quienes lo viven y es por eso que el intercambio de experiencias en el grupo de contención es útil y fortalece mucho a los padres que atraviesan esta situación", opina Silvia Villalba, vicepresidente de la entidad donde, aunque el 70% de los que llegan son hombres, también hay madres, abuelas y otros familiares alejados de los chicos.

Allí son numerosos los casos escuchados en los que el padre impedido logra restablecer el vínculo para después perderlo otra vez a partir de la reincidencia de la ex pareja en la obstrucción.

Según Diego Halle, presidente de la entidad, el problema radica en la falta de respuestas de fondo por parte de la sociedad y de las instituciones frente al problema, que convierte a los padres impedidos en los protagonistas de una pesadilla interminable.

PREJUICIOS Y TABUES

Para el diputado nacional Carlos Raimundi, quien junto a los integrantes de Padres Hoy motoriza una serie de proyectos de ley vinculados a la problemática, en el fondo del fenómeno palpitan factores culturales y prejuicios presentes en la sociedad, que se expresan también a través de las instituciones que deberían dar respuesta, como la Justicia.

"La consecuencia es que el padre impedido, al llevar su problema a los tribunales de familia, se encuentra con estructuras deshumanizadas e incapaces de ofrecerle una solución", dice Raimundi.

¿Cuáles son los prejuicios que operan en lo social y llegan a las instituciones? Uno de ellos es considerar que lo que se dirime en estos conflictos es una cuestión de género.

"Uno de los problemas centrales es que la familia ha cambiado, pero los conceptos con los que se manejan la sociedad y las instituciones no. La legislación relacionada con el matrimonio y el divorcio que tenemos responde a paradigmas en desuso. En ese marco, la Justicia pone en estos casos por delante el problema de los adultos, cuando debería centrarse en el derecho del niño a crecer con sus dos padres", dice Raimundi.

Desde Padres Hoy se destaca que instrumentos recientes, como la ley nacional 26061 o la provincial 13298, ayudan a cambiar esta perspectiva al considerar al niño sujeto de derecho, pero entienden que "falta que esas herramientas se conviertan en operativas".

Para Raimundi, en tanto, "es necesario dotar a la justicia de recursos para afrontar estos casos con una concepción superior a la de un expediente. De esa manera se podrían agilizar los mecanismos de notificación para que se aceleren los plazos y jerarquizar a auxiliares como los asesores de menores que hoy llegan a las breves audiencias sin conocer la realidad del chico al que están entrevistando".

Los padres impedidos destacan la experiencia de algunos países europeos donde conceptos como el de "visita" han caído en desuso al ritmo de los cambios registrados en la familia y aparecieron otros, como el de "igualdad de oportunidades en la tenencia de los hijos" o "tenencia compartida".

"Uno visita lo que le es ajeno, no a un hijo. Es por este tipo de conceptos que hoy la Justicia actúa como muralla en los matrimonios desavenidos y no como lazo", opina Raimundi.

Pero las críticas de los padres impedidos no apuntan sólo a la Justicia, sino también a otras instituciones, como la escuela, que "debería favorecer el contacto de ambos padres con los hijos, aunque hoy en algunos casos lo dificultan, por ejemplo, impidiendo asistir a un acto escolar a un padre no conviviente sin que medie una orden judicial que lo justifique", según explicó Luna.

EFECTOS EN EL CHICO Y PROPUESTAS

La angustia no es el único sentimiento que gana a los padres impedidos de ver a sus hijos. También aparece, en distintos momentos, la resignación y la bronca.

"Hay padres que buscan respuesta en la judicialización del tema, pero eso no siempre es conveniente. Nosotros explicamos que es bueno poner por delante al interés del chico, su capacidad de expresarse. A veces hasta insistir demasiado es negativo, porque el conflicto empeora y eso necesariamente impacta en la vida del menor. Es por eso que muchas veces es conveniente asumir el rol de padre-faro, que acompaña y guía a la distancia, manteniendo siempre una presencia", dice Diego Halle.

Una de las preocupaciones que aparecen a menudo en las reuniones de Padres Hoy tienen que ver con los efectos de estas situaciones en la psiquis de los menores. Se teme, básicamente, que el chico adopte, como un mecanismo de defensa, el discurso del padre que obstruye el vínculo con el otro.

Es por eso que desde la entidad se hace hincapié en la necesidad de que en estos casos actúen equipos interdisciplinarios capaces de hacer un seguimiento de los chicos e indagar en sus ideas y deseos más allá de los discursos adquiridos.

También les preocupa la huella que la ausencia de uno de los padres puede imprimir en la identidad en formación del menor.

Entre los proyectos de ley que Raimundi y Padres Hoy impulsan para dar respuesta a ésta, que se considera una problemática creciente, se cuentan la de crear un Programa Nacional para la prevención de Sustracción de Menores y su Restitución; sancionar al padre o madre que sin autorización del otro mude de domicilio u oculte a un menor con el objeto de impedir el contacto con el otro progenitor y crear un registro de obstructores de vínculo.

Las iniciativas incluyen también promover que las escuelas faciliten el contacto de padres no convivientes con sus hijos salvo que mediara una sentencia judicial en contrario, garantizando a la vez la participación de ambos padres en actos escolares, reuniones de padres y otros eventos escolares.