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Tapa |LA PROVINCIA

Rapto y brutal agresión a una testigo protegida

Fue a la salida de la Municipalidad. La amenazaron, golpearon y tajearon. Ha declarado en el "Juicio por la Verdad"

28 de Septiembre de 2007 | 00:00
Una testigo y querellante de casos que se investigan en el Juicio por la Verdad que lleva adelante la justicia federal platense denunció ayer que fue secuestrada en una zona céntrica de la Ciudad, golpeada, sometida a torturas y amenazada, para luego ser abandonada en las inmediaciones de una comisaría berissense.

La denuncia fue formulada en la comisaría 4ª de Berisso por Felisa Marilaf, una ex detenida durante la última dictadura y esposa de Alfredo Iglesias, un trabajador platense desaparecido en 1977, también víctima de la represión ilegal.

Marilaf, quien actualmente trabaja en la Municipalidad de La Plata, donde cumple funciones políticas según señaló en su denuncia, había sufrido otros ataques en los últimos meses, por lo que ingresó al programa de protección de testigos y cuenta con una custodia permanente de la Policía Federal y un aparato de rastreo, también permanente, para poder ser ubicada en caso de emergencia.

Ambos sistemas fallaron ayer, tanto en el momento en que la mujer fue secuestrada como durante las casi dos horas en que estuvo en poder de los captores, según indicaron fuentes de la investigación del caso.

La mujer denunció que aproximadamente a las 11,45 salió de la Municipalidad, por la puerta de calle 12, junto con "un compañero de política", Manuel Salazar, con quien había estado reunida en el palacio comunal, y se dirigió con él hasta 12 y 54, "con el fin de comprar un paquete de pastillas". Y señaló que estaba en ese momento sin custodia, ya que el policía que la cuida había quedado, esperando que ella terminara de trabajar, en el playón de calle 11.

En esas circunstancias, cuando estaba parada sobre calle 12, casi 54, Marilaf fue abordada por dos individuos que la obligaron a subir a un automóvil, en una maniobra que, por haberse realizado en una hora -cerca del mediodía- y un lugar de mucho tránsito, tanto vehicular como de peatones, reflejó la aparente certeza de impunidad con que actuaron los atacantes.

Los secuestradores la obligaron a recostarse en el piso del vehículo entre los asientos, mientras le decían "qué documentación tenés de Etchecolatz"; "te vimos en la marcha de López, por qué fuiste; llevabas una pancarta", entre otras preguntas y "recriminaciones", según denunció la mujer.

Marilaf relató luego en la comisaría de Berisso que estuvo alrededor de una hora dentro del auto con esos hombres, quienes en un momento dado le exigieron que les entregara el rastreador del servicio de protección a testigos. Y que finalmente los desconocidos la bajaron en un descampado, la obligaron a sacarse los pantalones, las botas y la campera, le aplicaron "dos golpes de puño en la cabeza", mientras uno de ellos la apuntaba con un arma, le ataron las piernas con un pañuelo y una bufanda, y le provocaron lesiones en los brazos y las piernas con un elemento cortante que la mujer no pudo identificar.

Mientras la golpeaban, los atacantes le profirieron además amenazas de muerte. Finalmente, los individuos la dejaron allí -en la zona de 60 y 129-, diciéndole que no llamara a la Policía, razón por la cual la mujer esperó una media hora antes de llamar con su celular a personal del centro de monitoreo de testigos.

Marilaf fue llevada primero al hospital de Berisso y luego a la comisaría 4ª de esa ciudad, de donde se retiró a las 18, custodiada por personal policial y sin formular declaraciones.

La titular de la Comisión de Ex Detenidos-Desaparecidos y testigo en procesos contra ex represores, Nilda Eloy, quien fue hasta esa dependencia policial para interiorizarse de lo sucedido, dijo que lo ocurrido con Marilaf "es porque no quieren entender la diferencia entre ser custodiado y ser protegido", señaló que la custodia asignada a Marilaf le habría sido cambiada en varias oportunidades y que por eso "ella casi ni le conocía la cara al policía que debía cuidarla".

Felisa Marilaf ingresó al programa de protección de testigos luego de haber denunciado que el 11 de junio pasado, cuando caminaba por las calles 14 y 51, fue interceptada por dos hombres que la obligaron a ascender a un automóvil donde la golpearon y amenazaron de muerte para liberarla luego en 53 y 21.

En tanto, el pasado 4 de julio Marilaf denunció que desconocidos ingresaron a su casa y destrozaron documentación vinculada a la desaparición de su esposo y a su propio secuestro, ocurrido en 1978.

Vale señalar que anteayer la casa del médico pediatra Néstor Siri -acusado por organizaciones de derechos humanos por presunta complicidad con la dictadura-, en nuestra ciudad, fue baleada por desconocidos que dejaron panfletos amenazantes firmados por un presunto "Comando Julio López".

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