Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Revista Domingo |INTERES GENERAL

Recuerdos personales con Marlene Dietrich

Recuerdos personales con Marlene Dietrich

Recuerdos personales con Marlene Dietrich

25 de Noviembre de 2007 | 00:00
Por Alberto Delmar (1)

Cuando el miércoles 12 de agosto de 1959 vimos entrar con pasos cortos y rápidos de geisha y, como si flotase en el aire, a Marlene Dietrich sobre el escenario del Gran Cine Teatro Opera de la capitalina Avenida Corrientes, creí que se acababa todo lo demás, porque aunque había presenciado grandes espectáculos en Buenos Aires, París y Londres, era la primera vez que me impresionaba así una diva tan extraordinaria, increíblemente seductora, de límpidos ojos azules, mirada de alcoba y sonrisa ambigua. No es exageración escribir que Marlene era y es una de las más deslumbrantes estrellas de la historia del cine una imagen singular que refulge en el universo erótico, al punto que encarnó a la mujer fatal y distante para competir con la Garbo y que durante más de 50 años las mujeres fueron juzgadas en comparación con el modelo Dietrich, pero esta célebre actriz y cantante fue una aristócrata con esa profesión y en esencia una personalidad.

Jamás sospeché durante la esplendorosa función en la que cantó con voz de electroimán inspiradas canciones de Hollander para "El ángel azul", "Morocco", y otras célebres películas suyas, que por gentileza de mi entrañable amigo Francisco Lococo, de la empresa del Opera, estaría sentado después del espectáculo frente a frente con ella mientras me tomaba, afectuosamente, las dos manos y no permitiría interrupción alguna de colaboradores y amigos, pues le interesó el comentario que le hice del libro "Historia de un médico", obra del colega húngaro, amigo de Marlene, Janos Plesch, con relatos sobre ella, que la actriz, buena lectora de Shakespeare, Goethe, Byron, Höldering, Lagerlof y otros que ella desconocía.

Fui presentado "neurólogo y escritor" y me hizo preguntas sobre trastorno bipolar, ciclotimia que sufría Tami Matul, institutriz de la hija, querida cual integrante de la familia Sieber Dietrich. Luego me interrogó de qué temas literarios escribía, respondí que finalizaba, entonces, el manuscrito de mi biografía de Oscar Wilde, sin imaginar aún que ese texto lo revisaría con Borges, y con el autor de "El Aleph" dialogaría públicamente sobre Wilde y que el libro se iba a publicar con dos exitosas ediciones en Madrid. Marlene contó que admiraba a Wilde, más todavía por su trato personal con Bernard Shaw, amigo y defensor de Wilde, pues ella hizo el papel de Hypathia en la comedia de Shaw "Misalliance" y sugirió que en el futuro yo escribiese sobre ella para lo cual pidió una tarjeta con mi domicilio, no las tenia ahí pero le entregué una hoja de recetario con el dato requerido. Por su educación europea, correspondió dándome un tarjetón donde escribió una especial dedicatoria junto a su dirección particular en la elegante Park Avenue de Nueva York. Me dio un inolvidable beso y partió para cumplir en su hotel un compromiso de prensa.

Meses después por las productoras Paramount y Universal, me envió una cronología de su trayectoria y excelentes fotos, algunas dedicadas, entre ellas, una de pie en su jeep de la Segunda Guerra Mundial donde colaboró en la United Services Organization (USO) del ejército norteamericano para entretenimiento y asistencia moral del los combatientes, cerca de los frentes de batalla sufriendo privaciones y terribles peligros sin quejarse nunca.

En las Ardenas (Bélgica) rodeado su grupo por los alemanes fue rescatada por el general Gavin y sus paracaidistas, salvándose de que la violaran, torturaran y asesinaran, pues rechazó tentadoras ofertas de Goebbels para filmar en Alemania, razón por la cual la llamaron "traidora vendida a los judíos de Hollywood". Los nazis la odiaban. Francia la condecoró con la Legión de Honor, Estados Unidos con la Medalla de la Libertad, e Israel por su lucha antifascista.

En un reciente diálogo público sobre Marlene que tuvimos en el Ateneo "Arte y Medicina" de la Sociedad Argentina de Escritores (Sede Central) mi interlocutor, Ezequiel Guerrero, me preguntó cómo definiría a Marlene en expresiones literarias respondí con un fragmento del Evangelio de San Lucas: "Nadie enciende una vela y la oculta, sino, que la pone sobre un candelero para que los que entran vean su resplendor" (11,33)


(1) El autor por "sus méritos literarios" y por unanimidad de votos, es Socio Honorario de la Sociedad Argentina de Escritores

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$120/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2250

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$160/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3450

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$120.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2250.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla