Cómo bajar los riesgos cuando se sale a la ruta

Las imágenes todavía están en la memoria de todos. El Peugeot 206 a un costado de la ruta 2 deformado como si un gigante dañino se hubiera puesto a jugar con su chasis hasta dejarlo irreconocible. A pocos metros, un aspecto similar delataba a un Volkswagen Fox que había sido partícipe también del terrible accidente, el más grave que se produjo en nuestra región en lo que va del año.

El choque, que ocurrió el martes pasado a la altura del kilómetro 71 de la autovía 2, dejó un resultado escalofriante: la pareja que viajaba en el 206 falleció en el acto, y de los cuatro ocupantes del Fox, tres corrieron la misma suerte. El único sobreviviente fue el conductor del segundo auto, que quedó hospitalizado en grave estado.

Aunque no se tiene certeza de cómo se produjo el accidente, se sabe que los dos autos impactaron de frente cuando el Peugeot 206, que iba hacia la Costa, se cruzó de carril atravesando el cantero central de ocho metros de ancho que divide ambas manos.

¿Por qué lo hizo? Nadie parece saberlo. Los investigadores desecharon, de movida, el factor climático: la ruta estaba en buen estado, el pavimento estaba seco, el cielo estaba despejado. Así, todo parece indicar que el accidente se produjo por algún tipo de error mecánico o alguna circunstancia de manejo.

Qué fue lo que pasó exactamente, cuáles fueron los motivos del accidente, qué desencadenó el choque y por qué se produjo son cuestiones que, quizás, nadie podrá responder. Los días pasaron, y el accidente fue desapareciendo lentamente de los medios. Otros choques, otras muertes y otros automóviles destruidos a un costado de la ruta lo reemplazaron.

En los primeros nueve días del año, en las rutas argentinas se apagaron 57 vidas, contando las cinco de la ruta 2, que murieron en accidentes de tránsito protagonizados por colectivos, camiones, motos y, fundamentalmente, automóviles que trasladaban a familias o amigos a algún destino de vacaciones. En el mismo plazo hubo 89 heridos, muchos de ellos de gravedad.

La estadística causa alarma, porque se suma a otros números que se manejan en torno al tema y que ubican a nuestro país entre los más golpeados por este problema. Según la Asociación Civil Luchemos por la Vida, Argentina es desde hace muchas décadas uno de los países con las tasas de morbimortalidad más altas, con 22 muertes por día en accidentes de tránsito.

Con esos números sobre la mesa, el gobierno bonaerense ha decidido en la última semana prorrogar la emergencia vial que ya había sido decretada en la Provincia por la anterior gestión y anunció que avanzará con una "modernización del sistema de tránsito".

Las medidas, con todo, no parecen suficientes para atacar el problema. En ese marco, especialistas en temas viales y del sistema de tránsito aportan una serie de claves a tener en cuenta con un solo objetivo: reducir riesgos a la hora de salir a la ruta.

Si bien no hay, coinciden todos, "recetas mágicas" a la hora de plantear la cuestión, sí pueden tenerse en cuenta algunos consejos para atender a la hora de salir a la ruta, tanto en el aspecto mecánico como de preparativos y precauciones para los conductores.

FALLAS HUMANAS

"Lo primero que hay que subrayar con fuerza es que la enorme mayoría de los accidentes ocurren por fallas humanas". Quien habla es Alberto Gasparini, capacitador de la Asociación Civil Luchemos por la Vida, una de las organizaciones no gubernamentales más antiguas de las que se crearon en el país en torno al tema del tránsito y la seguridad vial.

La estadística es elocuente: de cada diez accidentes que ocurren en rutas y caminos argentinos, 8,5 tienen su origen en fallas humanas, entre 5 y 6 por mal estado de los autos, otro tanto por el mal estado de las rutas y entre 2 y 3 por motivos meteorológicos.

"Entonces -dice Gasparini_ hay que apuntar a lo que está pasando con los conductores. Los accidentes de gran impacto, por ejemplo, suceden con autos de muy buena calidad y en rutas en muy buen estado. Esto corrobora que las fallas humanas son las grandes responsables. Y básicamente tienen que ver con dos cosas: incumplimiento de la ley de tránsito y exceso de velocidad".

La primera causa a atender a la hora de pensar en disminuir riesgos para uno mismo y para los demás es el aspecto de la velocidad, que está presente en una enorme cantidad de casos. "Si bien mucha gente cuando se le habla de exceso de velocidad piensa en un auto andando a 200 kilómetros por hora, hay que entender que una calle que tiene como velocidad máxima los 40 kilómetros, circular a 50 ya es excederse", resume Gasparini.

La segunda causa a atender, señalan desde la organización, es el consumo de bebidas alcohólicas. En este punto, todo el énfasis que se pueda poner es poco: cuando se va a salir a la ruta, lo recomendable es no beber ni una sola gota de alcohol, más allá de que la ley tenga una tolerancia mínima.

Otro de los factores cruciales es el tema del descanso. "En esta época, mucha gente sale el viernes a la tarde de su trabajo y quiere llegar en pocas horas al destino de vacaciones. Y hay que entender que después de una jornada laboral hay una fatiga acumulada que puede ser peligrosa", subraya Gasparini.

CONTROLAR LOS EXCESOS

Para Eduardo Lavecchia, presidente de la Mesa Ejecutiva del Cosetran (Comité para la Seguridad del Tránsito), la clave para bajar riesgos a la hora de conducir radica, fundamentalmente, en reducir los excesos.

¿Qué tipo de excesos? "El exceso de velocidad, el exceso de cansancio, el exceso de alcohol, drogas o medicamentos, el exceso de confianza y el exceso de negligencia", enumera.

En el primero de los puntos, Lavecchia propone, como norma general, reemplazar las unidades de medida y en vez de hablar en términos de kilómetros por hora acostumbrarse a hacerlo en metros por segundo. "Sirve para interpretar mejor la sensación de velocidad. Un ejemplo: ir a 120 kilómetros por hora es igual que ir a 33 metros por segundo, que parece mucho más rápido".

En el segundo caso, lo que se señala es claro y repetido. El cansancio está considerado una de las principales causas de accidentes solitarios o de altísima gravedad.

En cuanto al exceso de alcohol, drogas o medicamentos, Lavecchia señala que los efectos de este consumo se manifiestan fundamentalmente en los sentidos y reflejos, y éstos a través de una notable reducción de los ángulos de visión. "Además, se deteriora la noción de distancia", apunta.

Exceso de confianza es, agrega, lo que manifiestan tener los jóvenes y los profesionales del volante, que son dos de los grupos protagonistas de mayor cantidad de accidentes graves. Y que se expresa en diferentes actitudes: no conservar las distancias pertinentes, por ejemplo, o no encender las luces de día o en horas de penumbra, conducir tomando café o mate o estar distraídos mirando el paisaje o conversando.

Finalmente, el especialista llama la atención sobre el exceso de negligencia. "La más dramática actitud es efectuar sobrepasos en ámbitos no adecuados o sin la certeza de visualizar convenientemente quién viene o qué tenemos al frente", apunta Lavecchia, que también menciona "girar sobre la propia vía, cruzar un paso ferroviario con barreras bajas o una encrucijada con luz roja, hacer sobrepasos sobre las banquinas y circular a gran velocidad cuando no hay visibilidad, ya sea por humo, polvo, niebla o lluvia".

PROPUESTAS Y CONSEJOS

"El accidente es un imprevisto", apunta Alberto Gasparini, de Luchemos por la Vida. "Pero es un imprevisto que sucede cuando el conductor se expone a una condición alta de riesgo", agrega.

¿Cuáles son las principales condiciones de riesgo? En principio, un punto a tener en cuenta es el de la cuota de estrés que puede tener el conductor antes de manejar, que puede predisponerlo a sufrir un accidente. "A veces uno tiene una discusión o un disgusto y tiene la guardia baja. Eso crea peligro", dice Gasparini.

Otro punto que no suele tenerse muy en cuenta es el del consumo de medicamentos permitidos o recetados que pueden generar somnolencia o distracción a la hora de conducir. "Y hay que atender especialmente el tema del descanso mientras se maneja. Cada dos horas habría que parar, tomar un vaso de agua, caminar un poco y distraerse. Eso sería lo ideal", resume.