Adultos al volante y una original idea en La Plata

Distintos carteles preventivos, algunos para cumplir con las normas y otros derivados de la iniciativa personal, circulan en los automóviles de la Ciudad. "Principiante", anuncian aquellos que están colocados en coches conducidos por los que recién empiezan a manejar; "Bebé a bordo", dicen las calcos de vehículos que transportan menores. Una profesional platense pegó en la luneta trasera de su O km uno más llamativo: "Adulto mayor al volante".

A Sara Iajnuk se le ocurrió la idea hace un par de meses, cuando retiró de una concesionaria un flamante compacto. Nadie más lejos que ella de los prejuicios: Sara, además de haber atravesado en diciembre último la barrera de los 70 es médica geriátrica, con cargos en las sociedades de la especialidad tanto en el nivel local como en el nacional, docente universitaria y una acérrima defensora de los derechos de "los viejos" -como esta mujer se refiere a los integrantes de la tercera edad-. Es, además, a esta altura de su vida, una "profesional del volante", con varias décadas de experiencia en la conducción de vehículos.

Esta médica dedicada a la atención de la salud de los adultos mayores se cansó, según asegura, del trato que le propinaban en las calles los automovilistas jóvenes, y esa actitud, que considera "generalizada", la impulsó a tomar la determinación. "Nos miran con mala cara porque vamos despacio y enseguida asocian esa conducta a la vejez; además, les da bronca que andemos en autos nuevos y potentes a baja velocidad. Creen que solamente ellos deberían tenerlos, cuando en realidad nosotros somos quienes trabajamos toda la vida y ahora podemos comprar un buen coche", señala.

Desde que colocó el cartel, el resto de los conductores la miran con curiosidad. "Se adelantan para ver mi cara y cuán vieja soy", comenta en medio de la risa que le provoca la situación. Como admite que "a nuestra edad disminuye la visión y tenemos menos reflejos" cree que en ese sentido la advertencia es muy útil. "De este modo el otro sabe que soy mayor; se cuida un poco más y no exige tanto. Es una prevención parecida a la que llevan los principiantes", compara.

La médica sabe que una vez que se conozca, su iniciativa puede despertar polémicas. "No me importa -dice desafiante-. Para mí ésta es una buena forma de prevenir accidentes y de que se nos tenga más respeto a los adultos mayores. Seguramente habrá distintas opiniones y eso me parece bien. Será un sano debate".

Las estadísticas están de su lado. El parque automotor platense se agranda y con él crece la cantidad de personas mayores de 65 que pasan sin inconvenientes las revisaciones médicas de Control Urbano y renuevan sus licencias. También aumenta -y en mayor medida- el número de hombres y mujeres que siguen pisando el acelerador sin problemas pasados los 70 años y más. En 2007, por caso, en las oficinas de 20 y 50 se les dio el visto bueno a 1.997 vecinos de entre 65 y 71 años y a 3.781 que habían superado los 72 años.

Los datos de los últimos días muestran que la tendencia es creciente. Desde el 11 de diciembre de 2007 al 15 de enero de 2008 se tramitó un total de 5.965 licencias (entre las 1.640 originales; 4.305 renovaciones; 354 ampliaciones de categoría; 557 duplicados; y 107 reemplazos). Alrededor del 25 por ciento de esas gestiones fueron efectuadas por mayores de 64 años, según se informa desde Control Urbano.

Otra especialista en geriatría aportó su punto de vista. Según entiende la médica Margarita Murgieri, "cierto es que el envejecimiento acarrea algunos menoscabos sensoriales y motrices, pero también es cierto que la persona mayor es más prudente a la hora de conducir". La master en gerontología social sostiene que es la revisación médica la que determina la aptitud para manejar. "Un examen adecuado valorará ciudadosamente el estado mental, sensorial, neuromuscular, la funcionalidad y la capacidad de integrar todo esto en situación", añade.

El titular de Control Urbano, Juan Malpeli, quien observa con alguna sorpresa el fenómeno de los adultos mayores que se acercan a renovar sus carnés de conducir, coincide con la experta. En esa línea, subraya: "la gente grande comete menos infracciones y hay menos accidentes bajo su responsabilidad". Por eso, para el funcionario municipal la portación de un cartel que advierta que la conducción del vehículo está a cargo de un integrante de la tercera edad "no es necesaria". Según opina, "alcanza con que haya pasado el examen".