Cuentos infantiles para comprender obras de arte

A través de cuentos infantiles, niños de entre 4 y 12 años se acercan y comprenden obras de Fernando Fader, Benito Quinquela Martín y Pio Collivadino, en el ciclo "Viajes y viajeros" que se lleva a cabo en el Museo Nacional Bellas Artes.

La encargada de este proyecto, Mercedes Pugliese, comentó que "se nos ocurrió este título porque buscábamos los cruces del lenguaje. De qué manera hablar del arte a partir de la palabra y de qué manera hablar de la palabra a partir del arte".

"Cuando se arma un texto oral hay mucho de proyección. Ese es el eje que se busca para que el espectador pueda completar la escena. Se busca que la literatura pueda proyectar imágenes y que el chico pueda construir a partir de las mismas", señaló la docente y narradora.

Los relatos se tomaron de obras clásicas: "Gulliver", de Jonathan Swift, o el cuento "El porquerizo", de Andersen, que se adaptan a la oralidad y resultan ideales para acompañar el recorrido de las obras", ejemplificó Pugliese.

"La idea era tomar artistas argentinos para armar un viaje imaginario, pero también invitarlos a participar literalmente de los itinerarios de los pintores 'viajeros' como el caso de León Palliere, que vino a nuestro país a mediados del 1800 como también el caso de Darwin", comentó.

"Palliere vino a retratar las costumbres argentinas. Pintó gauchos, chinas y todo lo relacionado con la vida de campo que tanto llama la atención a los extranjeros", explicó Pugliese y dijo que "lo genial de estas obras es que uno puede ver a través de esa mirada primigenia detalles que aún siendo locales nosotros no advertimos".

"La comida de los cerdos", de Fader; "La hora del almuerzo", de Collivadino, e "Idilio criollo", de Palliere, son algunas las obras que los chicos podrán apreciar y comentar durante el recorrido que se podrá visitar el próximo sábado a partir de las 16.

LA FASCINACION DEL CUENTO

"Lo que más les atrae a los chicos es el tema del relato. La fascinación del cuento. Es como si se detuviera el tiempo. Reflexionan sobre el texto y su relación con las obras que observan en el museo", especificó la encargada de la iniciativa.

"Hay dos momentos cruciales durante la actividad - distinguió Pugliese- uno es la cuestión del tiempo narrativo de las obras, siempre les genera atracción el pasado, la historia; y la otra es la manera en la que los artistas plásticos pintaban estos viajes".

"Ese es el momento donde comienzan a participar y por medio de distintas técnicas realizadas con las manos, comienzan a comprender las obras observadas", afirmó la narradora.

"Llega un punto en el recorrido en el que los chicos se ponen a imitar los personajes retratados en las obras. Adoptan distintas poses para poder reproducir las pinturas y es ahí cuando se inicia un ping-pong de preguntas y respuestas".

La sala de Arte Precolombino, ambientada con luces tenues, con los participantes sentados en el suelo, conecta a los chicos con los tejidos andinos y el árbol de algodón del Período Chancay, expuestas en ese lugar.

"Terminamos la visita en esta sala donde hay obras como 'El árbol de la vida' que tiene que ver con un viaje metafórico, que gira alrededor de la idea de un recorrido personal al final del cual acabamos convertidos en pájaros", apuntó la responsable del ciclo.

La sala tiene obras de arte, que estuvieron escondidas durante siglos, que invitan al silencio y a lo no dicho. Como despedida del recorrido se "teje" una historia con el grupo. Un relato inventado que cada visitante se llevará como recuerdo y sello único de su mirada de las obras.

Las actividades próximas se realizarán el 5 y el 19 de abril, a las 16 en avenida del Libertador 1473.