Lousteau con el titular del Banco Mundial, Roberto Zoellick. Persisten los rumores sobre el futuro del ministro
13 de Abril de 2008 | 00:00
Lejos de los medios, con discreción y en ámbitos reservados, la dirigencia argentina ha comenzado a interrogarse sobre el futuro del gobierno de Cristina Kirchner. ¿Hacia donde irá? ¿Profundizará el actual modelo, o intentará girar hacia un sistema de gestión más abierto, tal como prometió durante la campaña presidencial? En los negocios, la duda se expresa de una manera más directa: ¿Mirará a Lula o a Chávez?
¿Vuelta de tuerca hacia el "chavismo" con mayor intervención, o cambio en busca de una salida más ortodoxa a la encrucijada económica? Se trata de un nuevo debate, otro más que abrió el conflicto del Gobierno con el campo, que expresa los temores más profundos de los sectores empresarios y políticos que desprecian el modelo económico e institucional de Chávez, y las simpatías que genera el líder venezolano en otras capas de la sociedad y el kirchnerismo.
La situación económica dista de ser dramática, pero la crisis con el campo puso en tensión a todo el mundo de los negocios; el índice de precios dado a publicidad por el INDEC agregó otro elemento de irritación, en especial por la consabida alza de los alimentos y la sensación térmica de la sociedad de que la inflación real está más que triplicando el valor oficial: una estimación de varios centros de estudios respetados ubica la tasa de inflación del primer trimestre del año en 8%.
Las andanzas del titular de Comercio, Guillermo Moreno, también enrarecen el clima: suspendió por cuenta propia las exportaciones de carne, hubo trabas a las ventas externas de maíz, y las de trigo se mantuvieron suspendidas -quizás- como muestra de desagrado oficial por la forma en que el campo decidió levantar el paro. Habría habido igualmente amenazas de Moreno a grupos de grandes productores. En síntesis, y dejando de lado el estilo amenazador de Moreno, se trata de decisiones oficiales que apuntan en la dirección de incrementar los controles para mantener en "caja" a la economía.
En situaciones de crisis y de alzas de precios que se aceleran, la sociedad reclama medidas al Gobierno. Se trata de una reacción entendible, más aún en los sectores de menores ingresos. Sin embargo, la experiencia indica que una mayor intervención estatal, más controles de precios o amenazas de aplicar leyes como la de desabastecimiento, no hacen más que acelerar y agudizar los problemas. Las economías modernas necesitan regulaciones fuertes; es decir, de normas o reglas de aplicación obligatoria y con rango de ley que facilitan la competencia, la supresión de prácticas monopólicas o especulativas. La Argentina se ha alejado de esos ejemplos y ha avanzado en la dirección contraria.
Pero volviendo sobre la inflación, el Gobierno sigue sin definir una política clara para frenar el alza de precios y la presidente Cristina Kirchner sin resolver a que funcionario le da el control de la economía. Entre las versiones que circularon la última semana -ninguna confirmada- figuran un posible desplazamiento del Jefe de Gabinete Alberto Fernández, y por añadidura, la salida del ministro Martín Lousteau, y el ascenso de Guillermo Moreno. También se mencionó el regreso del ex gobernador Felipe Sola a la cartera de Agricultura. En el medio, se habló de proyectos económicos de todo tipo, entre ellos, la regulación de un dólar para el campo, para la compra de insumos, más barato que el actual. Es bastante probable que la mayor parte de estas versiones no sean más que eso, o apenas algunas ideas tiradas al pasar sin sustento alguno. Sin embargo, le provocan un daño al Gobierno, y al clima de negocios.
La proliferación de versiones tiene que ver -quizás- con otra sensación que existe en amplios sectores empresarios y de la política (incluso, entre los seguidores del kirchnerismo): que el modelo de gestión de la economía está agotado y que ahora para enfrentar los problemas de inflación, de restricción de energía o los rebotes de la crisis externa y falta de financiamiento, Cristina Kirchner tendrá que echar mano a otro libreto. ¿Cuál? Nadie sabe. Pero inducen que no podrá postergar mucho tiempo más una definición. Los tiempos locales y externos son cada vez más cortos. En España, Rodríguez Zapatero y en Brasil, Lula Da Silva, anunciaron planes oficiales para enfrentar la crisis. Otros países de la región están tomando medidas. ¿Cuánto más tardará la Argentina?
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