Pasajeros del Sarmiento padecen la inseguridad

Las demoras de entre 4 y 5 minutos que en horas pico tienen en los días hábiles los servicios del Ferrocarril Sarmiento y las colas que los usuarios deben hacer en los momentos de mayor concurrencia debido a la escasez de boleterías, no son hoy los únicos problemas que afectan a esa concesión de la empresa TBA, ya que la inseguridad suele ser "pasajera" asidua en vagones y andenes.

Pasajeros habituales de la líneas que cubre un vital servicio en la línea del Oeste del Gran Buenos Aires y que vincula en el área metropolitana las estaciones de Once y Moreno, aseguran que los arrebatos y robos "son cosa de todos los días" e las horas de mayor afluencia de público.

Daniel Fernández, un usuario que desde hace ocho años viene reclamando ante la CNRT y la empresa las mejoras que el servicio merece, aseveró que "arriba de los trenes la inseguridad sigue siendo moneda corriente" sin que la presencia policial destacada en los andenes pueda poner control a ese flagelo.

Causa del servicio

Los robos dentro del tren y en los andenes se repiten en las horas pico como una resultante de la mala calidad del servicio, según la consideración de Fernández, para quien "el arrebato arriba o abajo del tren seguirá existiendo mientras viajemos en las condiciones que se viaja".

El modus operandi de los delincuentes que hacen su agosto en las horas en que viaja más gente consiste en pararse cerca de la puerta de un vagón atestado, elegir a la presa y cuando el tren llega a la estación asestar el golpe y perderse a la carrera por el andén.

En otras oportunidades es el anden repleto por alguna demora o cancelación lo que da la oportunidad al ladrón, sin que los policías destacados de la Federal puedan poner freno a la situación, porque muchas veces -apuntó Fernández- "están junto al personal ferroviario controlando en la zona de molinetes".

Puertas abiertas

Pero ese no es el único aspecto de la inseguridad que vivencian los pasajeros del Sarmiento que reconocen a las de Once, Flores, Liniers y Morón como las estaciones predilectas de los punguistas y arrebatadores. Fernández también afirmó que "el 80 por ciento de los trenes se ponen en marcha con las puertas de los vagones abiertas, lo que supuestamente no debiera ocurrir".

Esa situación, la de las puertas, es padecida por los viajeros que abordan trenes en estación Once y suma otra cuenta más al rosario de quejas y reclamos de usuarios que reconocen que aun cuando cambiaron algunas cosas en la prestación, viajar en los servicios de la línea lejos está de resultar un placer.

"Es cierto que han variado muchas cosa pero se viaja igual de mal, hay inseguridad y los horarios que se cumplen son muy pocos" disparó Fernández, para quien las demoras de 4 ó 5 minutos en los trenes en hora pico forman parte del sufrido día a día de los usuarios de la línea ferroviaria del Oeste.