Los gallegos y la censura

El lío se armó en la última Feria del Libro, cuando un grupo de gallegos y de descendientes de gallegos manifestaron en el stand de Sudamericana para protestar contra el libro "Súper chistes de gallegos", de Pepe Muleiro (seudónimo de Ricardo Parrota) por considerar que la obra era vejatoria y discriminatoria. Era unos cincuenta, con gaitas y todo. Luego llegó la denuncia formal en el INADI, presentada por el ciudadano español Gastón Quiroga, y el apoyo a esa denuncia por parte de los diputados del Bloque Nacionalista Gallego ya que estimaron que esa publicación contiene "una imagen descaradamente vejatoria del pueblo gallego". Seguidamente, de visita en nuestro país, el titular de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño, se entrevistó con el vicepresidente argentino, Julio Cobos, quien le aseguró a Touriño que el gobierno argentino pedirá el retiro de ese libro que muchos emigrantes consideran discriminatorio. La polémica ya estaba en marcha. ¿Censura? ¿Un texto de contenido discriminatorio? ¿Acciones que limitan la libertad de expresión? Pepe Muleiro salió al cruce de las polémicas explicando que "los judíos hacen sus propios chistes sobre los campos de concentración, los franceses se ríen de los belgas, los uruguayos de los argentinos. Un chiste es un chiste, punto. No hay intención de ofender a nadie". También se defendió de los agravios: "yo hago chistes de todo tipo, no sólo de gallegos, y vendí más de dos millones de ejemplares de mis libros. Ponerse a defender chistes a esta altura es inútil".