After Office

La paleta del sandwich

- ¡Qué flaquita que estás, Chicha! Contanos tu secreto...

- Ningún secreto. Aprovecho la malaria. No como y camino. A mí el desabastecimiento y la escasez de combustibles me vienen al pelete.

- ¿Vos decís que la crisis nos favorece?

- ¡Porsu, Celia! Hay que verles el lado positivo a las cosas. Nos quieren flaquitos y atléticos. Con decirte que mandé a calafatear la bici, que la tenía arrumbada y oxidada, y ahora pedaleo a todas partes.

- Pasamos de epicúreos a espartanos de un plumazo. No comparto tu optimismo.

- Podríamos estar peor. Ponele que hubiéramos nacido en Zambia.

- No podés comparar. Hay millones de lugares en los que la gente nace y crece privada de todo, porque ni la geografía ni las condiciones histórico-sociales los ayudan, y no conocen otra cosa. En cambio aquí.

- Ya sé lo que vas a decir: aquí están dadas todas las condiciones, y por malas administraciones, corrupción, miopía, intolerancia y estrechez mental, nos hemos ido cayendo al tacho, sin prisa y sin pausa.

- Pero es por nuestro bien, chicas. Nos forjan el espíritu, la templanza; estimulan el ahorro, nos alientan para que agudicemos el ingenio, para que descubramos nuevas estrategias de supervivencia.

- Ah, ¿será por eso que Macri contrató de asesor a un sobreviviente de la tragedia de los Andes?

- Mientras no nos comamos entre nosotros.

- A mí me parece que el discurso oficial es demasiado simplista. No todos los que hoy salen a la calle a cacerolear o a tocar bocina son gorilas golpistas o latifundistas oligarcas.

- No. La gente está harta de que le afanen, de tener que hacer cola en un hospital a las 4 de la matina para que -con suerte- le den un turno de aquí a 3 meses, de que las escuelas públicas se caigan a pedazos.

- Pero la ventaja de que no tengan calefacción es que no te agarra el cambio brusco de temperatura al salir. Hace más frío adentro que afuera. En el fondo, te aclimatan gratis para ir a esquiar en las vacaciones de invierno.

- ¿Esquiar? A menos que vuelva a nevar por estos lares, y hagamos culipatín en el Parque Pereyra, dudo que nos dé el bolsillo.

- ¿Qué importa no poder ir a Las Leñas, al Caribe, o al veranito europeo? Esa es otra oportunidad que nos regala esta crisis para gozar de los pequeños placeres domésticos y redescubrir la ciudad: el Bosque, el Zoológico, el Museo.

- ¡Me tenés harta con esa cantinela, Chicha! No te creo nada. Te auto lavaste el cerebro para no reventar de la bronca. Tanta paz, amor y resignación me empalagan. Sacate la careta, querés.

- Dejala. Cada uno se las rebusca como puede para digerir la realidad.

- Además, amigas, ahora todas hablamos de monocultivo, del rinde por hectárea, de la tecnología agropecuaria, del tambo, de retenciones, de redistribución de la riqueza. Estamos hechas unas expertas.

- Mentira. Hablamos sin saber de qué hablamos. Yo a veces me siento como en un partido de tenis, siguiendo la pelotita de un lado al otro. Mera espectadora de un juego del que ni siquiera conozco las reglas, y cuyo abultado premio se lo queda otro. El jamón del sandwich.

- Ojalá fuera jamón. Paleta de segunda, y gracias. Chin, chin!
airinbianchi@yahoo.com.ar