La lupa sobre el trabajo que no alcanza para nada

La imagen asombra a los mismos parisinos, hasta tal punto, que gana espacio en los principales diarios de Francia: alude a asalariados que duermen en su coche ante la imposibilidad de pagar un alquiler, aunque trabajen. El sociólogo Robert Castel la menciona para ilustrar un fenómeno en pleno proceso: el de los cambios que registra el mundo del trabajo, cada vez más precarizado, y que -con diferencia de grado- se observan en todo el escenario globalizado poniendo en jaque a los sistemas de protección social tradicionales y exigiendo respuestas para proteger a un creciente número de pobladores que quedan fuera de ellos y en situación de extrema vulnerabilidad.

Esos cambios fueron el eje de una disertación ofrecida ayer en La Plata por Castel, que es director de estudios de la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de París y autor de "La Metamorfosis de la Cuestión Social", un libro editado a mediados de los '90 que introdujo conceptos hoy definitivamente instalados, como el de precarización laboral.

Castel, en diálogo con EL DIA, se refirió a la situación de los jóvenes, uno de los colectivos más vulnerables en el nuevo escenario laboral y a la necesidad de "pensar una mejor distribución del trabajo" que los favorezca, al tiempo que destacó la importancia de la formación en la inserción de los que recién se incorporan al mercado laboral. Y frente a la situación de los jóvenes pesimistas frente a su futuro -un estudio oficial difundido esta semana reveló que el 35% de los chicos que no estudia ni trabaja en el Conurbano cree que en cinco años estará "muerto o excluido"- indicó que "es difícil imaginar un futuro sin un mínimo de estabilidad".

Castel hizo especial hincapié en que las actuales transformaciones en el mundo del trabajo y el debilitamiento de las protecciones sociales que se basaban en él se enmarcan en "un pasaje desde el capitalismo industrial y sus formas de regulación a un nuevo capitalismo, esta vez financiero y globalizado, caracterizado por la precarización del trabajo y la paralela fragilización de las protecciones sociales y un crecimiento del número de personas que quedan afuera de esos sistemas fuertes de protección social".

Según el especialista, paralelamente se produjo un proceso de decolectivización y reindividualización del mundo del trabajo, que rompe con el sistema de solidaridad entre profesionales, quienes pasan a competir unos con otros. En este marco, los soportes colectivos se desmoronan y la sociedad se transforma, cada vez más, en una sociedad de individuos. Y se produce una paradoja, según la cual, la situación de precariedad laboral, en muchos casos, se hace permanente. De allí que el especialista pusiera el acento en la necesidad de dar nuevas respuestas a los sectores que quedaron desprotegidos, superadoras de la asistencia mínima que se instrumenta actualmente en muchos países y que contemplen la situación de los trabajadores precarizados cuando no están empleados. El sociólogo disertó en el marco de la presentación del libro "El Estado y la reconfiguración de la protección social. Asuntos pendientes", coordinado por Marta Novick y Guillermo Pérez Soto. Del encuentro participaron el ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo y el titular de la cátedra Unesco sobre las manifestaciones actuales de la cuestión social, Guillermo Pérez Sosto.