A Camba le faltó decisión para alcanzar la victoria

Cambaceres se fue masticando bronca porque no supo cómo quebrar a El Porvenir, un equipo limitado técnicamente, que llegó a Ensenada con una sola consigna: no perder. Si bien hizo un gran trabajo en lo colectivo (fundamentalmente en el primer capítulo), el empate es un resultado que no dice demasiado.

El arranque del partido encontró a un Cambaceres decidido a llevarse los tres puntos. Jugando la pelota a un toque y con un ritmo vertiginoso, el Rojo fue mostrando sus cartas ante un rival que se paró con planto mezquino (4-4-1-1), y que no ofreció absolutamente nada.

Con el ida y vuelta permanente de los volantes (muy buen trabajo de Luciano Ceccato y también de Nahuel Benavente), y el aporte de los dos puntas (Sebastián Jaime y Ezequiel Yaniz), Cambaceres se hizo amo y señor del cotejo. Y como el efecto dominó, las situaciones empezaron a caer solas.

Primero (a los 3), un tiro libre de Benavente que se fue cerca del ángulo derecho de Perafán; luego (a los 8), un bombazo de Facundo Muñoz que terminó yéndose por encima del horizontal; y a los 10, un cabezazo de Nahuel Benavente que acarició el palo izquierdo. Cambaceres fue haciendo grandes méritos para ganar el partido, pero le faltó la estocada final.

El Porvenir, que sólo dependía de las corridas de Mosquera, jamás inquieto a Lacerre. Por eso, el primer tiempo fue un verdadero monólogo del Rojo, que de a poco, fue convirtiendo a Martín Perafán (ex Gimnasia y San Carlos) en la gran figura de la tarde.

En el complemento, el nivel futbolístico del dueño de casa decayó sensiblemente. Sin embargo, el dominio de la pelota y de las situaciones de peligro en el arco de enfrente siguieron estando en su poder.

A los 12, tal vez en la jugada más clara que pudo haber torcido la historia en favor de Cambaceres, terminó rebotando en las piernas de Perafán. Jugada de Manes por izquierda; habilitación para Yaniz, quien entre los dos centrales, consigue rematar, pero la pelota es devuelta por el uno del Porve.

Los minutos se fueron consumiendo de a poco y la desesperación por no poder quebrar el cero se apoderó del equipo. El empate, quizás, es demasiado castigo para un Camba que siempre fue al frente y que buscó sumar de a tres.