El hijo de Palito Ortega reveló detalles de pasado estremecedor

El hijo de Palito Ortega no se anduvo con indirectas ni medias palabras y llamando a las cosas por su nombre hizo escandalosas confesiones a una revista musical.

“Tomaba de todo, anfetaminas, cocaína, free base con bicarbonato, LSD”, fue tan sólo una de las crudas confesiones que realizó Luis Ortega a la publicación Rolling Stone.

“A los 15 años llegué a Buenos Aires y (se refiere a su llegada desde Miami, cuando su padre asumió la gobernación de la provincia de Tucumán) descubrí las drogas, la gran ciudad y el cine. En esa época tomaba de todo: anfetaminas, cocaína, free base con bicarbonato. Pero la droga que más me impactó fue el LSD”, señaló.

A continuación en su descarnada confesión agregó: “Para mí el LSD era la presencia de Dios en la Tierra. Lo he tomado en mi casa, para ir a comer con mis viejos y para charlar con el psicólogo e ir a la escuela. Tomé cartones y también gotas, empapábamos los caramelos Mogol con ácido y los íbamos comiendo”.

Consultado sobre cuánto tiempo fue un drogadicto, Luis Ortega señaló: “Tomé ácido tres o cuatro años intensamente, también conseguía heroína por esos años, me la traía un amigo marinero al que le pedía opio”.

Dejando ver por primera vez en su vida una faceta hasta ahora desconocida de los principios de su adolescencia, Luis también confesó su preferencia por las prostitutas durante esos años.

Amar a las prostitutas

Al respecto comentó: “Me relacioné con prostitutas antes que con mujeres comunes. Yo las amaba. En Tucumán cog... por siete o diez pesos por día así que cog... todos los días. Todavía está ese burdel, las chicas estaban mirando la tele, vos elegías una y te la llevabas arriba...”.

En la revista Rolling Stone de este mes Luis confesó al periodista Enrique Symns que a los quince años se dio cuenta de que, como no usaba preservativo, podía tener cualquier cosa. Y tuvo que enfrentarse con horror a un análisis de HIV y otras enfermedades venéreas.

Los ácidos pegan mal

Sobre esta cuestión contó: “Me agarró un ataque de pánico. Había estado con docenas de prostitutas. Nunca reparé en la ropa (sic), para mí esos encuentros eran amor”.

Respecto a las drogas, la diversión también llegó a su fin pronto: “La primera piña fuerte me la di cuando los ácidos empezaron a pegarme mal. Fue el terror”.

Trascartón, en tren de confesiones apuntó: “Fue como un shock de miedo, nunca más tomé (...). Cuando dejé la heroína vomité mucho, no una sola vez, todos los días, pero no la extraño. Para mí no fue nada reveladora y no se compara con el LSD”.

Fans de una revista rockera

Estas confesiones de Luis fueron obtenidas por Symns gracias al fanatismo que manifestó Ortega por él muchas veces antes de conseguir un encuentro.

“Yo sé que nunca me vas a dar bola, que pensás que soy un bo... pero sos un tipo al que necesito conocer”, le había dicho Luis hacía algunos años. Finalmente se conocieron y al parecer la entrevista para Rolling Stone rindió.