Advierten que la vacuna no basta para evitar el cáncer de útero

La vacuna no alcanza para prevenir el cáncer de útero ya que sólo protege contra dos de los quince virus que lo provocan, advirtió ayer el Ministerio de Salud de la Nación.
Asimismo, la cartera recomendó el Papanicolau (Pap) como el principal método para detectar alteraciones de las células del cuello uterino y poder tratarlas, antes de que evolucionen hacia un cáncer letal.

Sin mencionarlo, el Ministerio de Salud salió así al cruce de una publicidad televisiva de LALCEC, en la que Araceli González y su hija recomiendan la vacuna.

Lo padecen 3 mil mujeres al año

En la Argentina, cada año, 3.000 mujeres padecen cáncer de cuello uterino y la mitad muere por esta enfermedad, causada principalmente por algunos tipos de virus del papiloma humano (HPV), que es transmitido a través de las relaciones sexuales.

Aunque en la mayoría de los casos el virus se cura de manera espontánea, si la infección persiste, puede producir lesiones que con los años pueden transformarse en un cáncer.

Del centenar de tipos del virus papiloma que existen, unos 15 son cancerígenos, pero la vacuna contra el HPV sólo previene la infección por los virus 16 y 18.

Si bien es cierto que los virus 16 y 18 son responsables del 60 al 70% de los tumores de cuello de útero, no significa que la vacuna recomendada produzca una inmunidad total.

Otro de los inconvenientes es que la vacuna alcanza su máxima protección cuando es aplicada antes del primer contacto sexual, idealmente entre los 9 y los 13 años.

De allí que la publicidad patrocinada por la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (LALCEC) y protagonizada por Araceli González y su hija, ponga el acento en procurar la vacunación temprana de las adolescentes.

Un tercer problema es su alto costo, que ha impedido la aplicación masiva de la vacuna en muchos países.

Actualmente, el Ministerio de Salud la Nación trabaja conjuntamente con organizaciones internacionales y países de la región, para lograr la accesibilidad y la equidad en la utilización masiva de la vacuna contra el HPV, pero insiste en que el Pap sigue siendo el mejor método.

“Es importante que las mujeres sepan que el Pap continúa siendo el principal método de detección y prevención”, dijo la doctora Silvina Arrossi, coordinadora del Programa Nacional de Prevención del Cáncer Cérvicouterino e investigadora del Conicet.

“Las mujeres deben hacerse regularmente un Papanicolau entre los 35 y los 64 años, sobre todo si nunca se lo han hecho o hace más de tres años que no se lo hacen”, recomendó Arrossi.

Tras dos Pap anuales con resultado negativo, se recomienda un Pap cada tres años como prevención.

Aunque según la publicidad el cáncer de útero “nos puede tocar a todas”, lo cierto es que afecta principalmente a las mujeres pobres, porque no acceden a la detección temprana de las lesiones y a un efectivo tratamiento.

La mortalidad

En Argentina, las provincias del Noroeste y Noreste son las que presentan más alta mortalidad por esta enfermedad, y es por esto que el Ministerio de Salud implementó un programa que en su primera etapa cubrirá cinco prioritarias para aplicar el Pap: Jujuy, Misiones, Formosa, Chaco y Salta.

En este marco, los ministerios de Salud de la Nación y de Jujuy firmaron un convenio para transferir a esta provincia los recursos necesarios para completar el equipamiento de los laboratorios y servicios de tratamiento.

También se proveerá un móvil para buscar activamente a las mujeres que viven en zonas remotas; y el equipamiento informático necesario para la instalación de un sistema de monitoreo y evaluación de las actividades del programa.

“Garantizaremos todos los recursos para prevenir el cáncer de cuello de útero en las mujeres más vulnerables”, prometió la ministra Graciela Ocaña, quien ratificó al mismo tiempo que “la vacuna contra el HPV no significa que las mujeres no deban continuar con la prevención mediante el Papanicolau.”

“Este test sigue siendo fundamental para prevenir el cáncer de cuello uterino causado por los tipos de HPV que no cubre la vacuna, y para prevenir las lesiones malignas en las mujeres sexualmente activas”, explicó.

“La mejor manera de prevenir el cáncer de cuello de útero es alentar la realización del test, que detecta alteraciones en las células del cuello uterino y permite tratarlas rápidamente antes de que evolucionen hacia un cáncer letal”, puntualizó Ocaña.