Cuando el hospital San Juan de Dios se inauguró, poco después de la fundación de La Plata, los ralos pabellones de la calle 27 entre 70 y 71 albergaban pacientes a quienes los había afectado severamente la lepra. Aquellas personas que se iban mejorando comenzaron a ayudar al resto de los enfermos ante la falta de profesionales que los asistieran, y se convirtieron así en los primeros enfermeros empíricos. Al igual que ayer, hoy, por el problema de la falta de estos trabajadores, 24 camas de ese hospital se mantienen vacías.
Es necesario provocar que la profesión sea atractiva para lograr que haya nuevos enfermeros
De 163 lugares para internación de los que institucionalmente dispone el hospital interzonal San Juan de Dios de La Plata, sólo se utilizan 139. "Es por la falta de enfermeros", explica el director ejecutivo Martín Castilla, y agrega: "de 214 trabajadores nombrados, trabajan normalmente 128; el resto tiene carpeta o tareas pasivas".
"Esta realidad refleja la de todos los hospitales del interior de la Provincia", cuenta el director asociado Marcelo González de la institución, "el personal está colapsado y trabaja en pésimas condiciones", agrega. El profesional explica además que con el reducido número de enfermeros con el que se cuenta se trata de realizar una distribución mayor en el área de cuidados intensivos de pacientes críticos, mientras que otras áreas cuentan con el mínimo indispensable de atención. "Vamos emparchando según la zona, quitamos personal de donde sea y vamos distribuyendo como podemos", explica.
Ante la falta del reconocimiento que los trabajadores de la Salud denuncian, el San Juan de Dios, como el resto de los hospitales de la Provincia, sufre de manera alarmante el vertiginoso descenso del número de enfermeros. El nosocomio es el segundo en Cirugía Cardiovascular del país y centro de referencia provincial en Neumonología e Infectología, sin embargo la merma de los profesionales dedicados a la Enfermería está provocando la disminución en el número de camas habilitadas para recibir pacientes de todo el territorio.
"En 2001 la institución contaba con 300 enfermeros que fueron jubilándose sin reponerse las vacantes, hasta quedar 214", explica González. Este año se jubilaron 15 y el Servicio de Enfermería espera una disminución del personal similar para el año próximo.
El área de Cirugía Cardiovascular mantiene cerradas 8 camas por este motivo, manteniendo en funcionamiento solo 13 vacantes de internación. La especialidad de Unidad Coronaria también sufre este problema: dispone de 11 camas activas mientras que 13 están clausuradas por la ausencia de recursos humanos.
El departamento de Enfermería tiene en este momento 52 licencias asignadas al personal. "La mayor cantidad se debe a accidentes, como los problemas de columna", cuenta la jefa de Servicio, María del Carmen Sánchez y agrega: "Si tengo que movilizar 26 pacientes sola, es obvio que mi columna se resienta".
Respecto a los accidentes de trabajo, la enfermera comenta que lo más común son los problemas de cintura. "Una levanta pacientes, los rota, a veces se caen y los tenés que levantar sola porque como son pabellones separados no tenés ni tiempo de levantar un teléfono. Y ni te cuento si un paciente hace un paro cardiorrespiratorio, ¿qué hacés? O atendés el paciente o llamás al médico", narra y concluye: "La enfermera recurre hasta a los pacientes para que hablen por teléfono mientras ella reanima a la persona".
Según el Director Ejecutivo de la institución, "para una atención ideal del paciente es de 2 enfermeros cada 5 camas", sin embargo, en algunos servicios del hospital una sola enfermera puede estar a cargo de 23 pacientes internados. Es el caso del servicio de Neumonología, donde por la tarde y la noche es normal que un solo enfermero deba ocuparse de una sala completa.
PROBLEMA ESTRUCTURALBuenos Aires posee 9.800 enfermeros, entre auxiliares, profesionales y licenciados, para 12.000 camas de internación. El ministerio de Salud estima que el faltante es de 4.400 trabajadores para esa área, necesitados en los 77 hospitales públicos.
En la Provincia hay un enfermero cada tres médicos, estadística que debería ser a la inversa. Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la atención de un enfermero por paciente internado, en algunos hospitales bonaerenses, un enfermero puede llegar a estar a cargo de más de veinte camas en un turno.
Según pronostican estudios realizados, en diez años se habrán agotado los profesionales de esta disciplina, teniendo en cuenta que su promedio de edad en la Provincia es de 47 años y un importante número se jubila a los 50 por considerarse que practican un trabajo insalubre.
"Es necesario provocar que la profesión sea atractiva para lograr que haya nuevos enfermeros, porque la brecha generacional provocará que nos quedemos sin recursos humanos por la inminente jubilación de los que hoy trabajan y hasta que nuevos jóvenes vuelvan a formarse", anuncia el director ejecutivo del hospital Rossi, Pedro Ferrara.
La pelea de los enfermeros, desbordados por la sobrecarga de trabajo, se relaciona con aumentar las posibilidades para lograr los estudios completos, que posibilita el ingreso en la carrera médico hospitalaria y la posibilidad de ascender en el escalafón. El 95 por ciento no tiene esta posibilidad de jerarquizarse por no haber accedido a cursar la Licenciatura y esa, dicen los protagonistas, de la mano del bajo sueldo y escaso reconocimiento social, es la principal causa de la falta de vocaciones.
Desde la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina (Fatsa), alertan sobre la necesidad de aumentar la cantidad y la capacidad del personal, que se distribuye en auxiliares y profesionales, y subrayan que debe fomentarse la accesibilidad a los programas de estudio y una capacitación continua y gratuita, regulando además el ejercicio profesional.
Según los propios enfermeros, además de las dificultades para estudiar gratuitamente, el bajo sueldo es una de las causas de la baja en el interés de los jóvenes por la disciplina. Mientras un profesional recién ingresado cobra un básico de $ 1.200 mensuales, en Ciudad de Buenos Aires percibe el triple. "La mayoría prefiere irse a clínicas privadas o a la Capital Federal, porque ganan más plata que en los hospitales públicos de la Provincia", sostiene el director del San Juan de Dios Marcelo González.
PLANIFICACION Y PRESUPUESTOOficialmente se reconoció que la falta de recursos humanos en el área es prioridad, sin embargo los incentivos para estudiar Enfermería son insuficientes debido a la falta de presupuesto. En la Universidad de La Plata el ingreso a primer año de la carrera debió cerrarse por ese motivo, manteniendo solo 150 alumnos de segundo y tercer año. Por consiguiente, sea porque los establecimientos estatales cierran las admisiones o limitan el número de ingresantes, el grueso de los jóvenes que quieren dedicarse a la actividad debe pagar entre $ 100 y $ 260 mensuales en los establecimientos privados.
Si bien a través de la Escuela Superior de Sanidad de la Provincia posee convenios con diferentes universidades públicas para estudiar Enfermería de manera gratuita, existe un cupo limitado de estudiantes debido a la falta de presupuesto para afrontar la formación de esos trabajadores. "En algunos casos son los mismos municipios los que afrontan el gasto de los docentes y la Provincia les envía un coordinador que certifique la currícula", explica el subsecretario en Planificación de Salud, Sergio Del Prete.
La cartera de Salud sólo destina a la carrera de Enfermería $ 2.500.000 para que sean ejecutados en hospitales y universidades donde se lleva a cabo la enseñanza gratuita y de cupo limitado. "El Ministerio ha planteado un proyecto que consiste en entregar becas de estudio a partir de las cuales por estudiar en hospitales y realizar las prácticas se le pague a los alumnos pero, de concretarse, esto sería el año que viene", explica Del Prete, quien reconoce que el problema estructural es grave: "no solo no hay enfermeros en Buenos Aires; no los hay en Argentina ni en el resto del mundo", dice.
En la actualidad existe un promedio de 3 mil alumnos de la carrera en el área pública, teniendo en cuenta que, según la experiencia narrada por el funcionario, un 40 % desertará. "Muchos de los que estudian son adultos, que además de hacer el curso trabajan, por lo cual las dificultades hacen que terminen abandonando. Es por eso que queremos captar jóvenes", explica el responsable del área de Enfermería de la Escuela Superior de Sanidad, Oscar Bordagaray.
"Muchos enfermeros también son demandados en el exterior, con sueldos más atractivos y mejores condiciones de trabajo. Acá el sacrificio es mucho para un sueldo muy bajo y a nadie le conviene demasiado", finaliza el funcionario en referencia a la realidad de una carrera con matrícula en extinción.
Respecto a los accidentes de trabajo, la enfermera comenta que lo más común son los problemas de cintura. "Una levanta pacientes, los rota, a veces se caen y los tenés que levantar sola porque como son pabellones separados no tenés ni tiempo de levantar un teléfono. Y ni te cuento si un paciente hace un paro cardiorrespiratorio, ¿qué hacés? O atendés el paciente o llamás al médico", narra y concluye: "La enfermera recurre hasta a los pacientes para que hablen por teléfono mientras ella reanima a la persona".
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