Delivery de medicamentos son furor en la previa bolichera

Las tentaciones de la noche tienen, para los chicos de Capital y el Gran Buenos Aires, un nuevo elemento que eleva el riesgo del descontrol: la “previa” a la llegada a la disco puede sumar ahora fármacos de la más variada gama y sin ningún tipo de receta autorizante comercializados por “dealers” y deliveries que acercan los productos que mezclados con abundante alcohol potencian el singular estado bajo el cual miles de jóvenes consumidores se encaminan rumbo a la noche.

La observación acerca de la actividad paralela al fin de semana nocturno destaca dos aristas preocupantes. Una se asocia al origen delictivo de esos medicamentos provenientes de asaltos a farmacias y droguerías y que son puestos en el mercado con la misma operatoria de los punteros de drogas. La otra tiene que ver con una problemática no menos peligrosa pero ya instalada: la oferta fuera de todo control de la ciberfarmacias.

Por ambas vías la situación encierra un riesgo adicional a la desproporcionada tendencia de los adolescentes de consumir alcohol en exceso e, inclusive, mezclarlo con pastillas para alcanzar el efecto “re puesto” con el que muchos chicos alardean sin medir las consecuencias directas e indirectas para su salud.

El titular de la Asociación Antidrogas de la República Argentina (AARA), Claudio Izaguirre, aseguró a este diario que “dealers” a la usanza de los “punteros” que trafican drogas se encargan de vender a domicilio “medicamentos robados en farmacias”.

Izaguirre apuntó que el riesgo se potencia porque el mercado del medicamento “fácil y sin ningún control” al que pueden tener acceso los adolescentes se incrementa con una vía no delictiva y que tiene como principal aliada a la internet a partir de las ofertas de las también denominadas farmacias on line.

“En ambos casos los pibes pueden acceder desde viagra hasta ansiolíticos que consumen -señaló- tanto como paso previo a la ida al boliche o que se llevan a las discos para mezclarlo allí con el alcohol que toman” y del que un ejemplo clásico lo constituyen las diferentes versiones de tragos “enrochados”, la denominación que se le da a la bebida combinada con pastillas.

Medicamentos perdidos

El costado delictivo de estos fármacos clandestinamente comercializados nace, indicó Izaguirre, en los robos a farmacias y droguerías y el aporte al mercado ilegal de botines capturados por piratas del asfalto en golpes a transportes de productos de la industria farmacéutica.

Para el referente de la AARA lo que llega por esta vía a los adolescentes y jóvenes encuadra en “medicamentos perdidos” que fueron sustraídos de las farmacias o que lisa y llanamente ni pasaron por ellas, y que llegan al consumidor “por una conexión con los distribuidores habituales de drogas”. La investigación desplegada por Izaguirre en torno a los pasos de los dealers en el mercado del medicamento clandestino lo llevó a detectar casos en los que el vendedor “fracciona” el producto robado como Rohynol o Artaner para obtener de su comercialización obviamente al contado un mayor rendimiento comercial.

Puerta a puerta

Pero si esta realidad recae en la noche y sus derivaciones “por izquierda”, existe otra forma a simple vista legal por la cual los chicos, alejados del control de los padres, se abastecen de medicamentos por la compra que realizan por internet a las farmacias on line.

Si algo tienen a su favor estos productos, aclaró Izaguirre, es su calidad porque al contrario del medicamento robado, proviene de estructuras farmacéuticas de gran escala que comercializan sus productos por internet sin que exista sobre esa actividad ningún tipo de contralor oficial.

El viagra, por caso, es uno de los productos que más solicitan los chicos a estas boticas virtuales que son observadas por entidades farmacéuticas abocadas a la atención de las autoridades para que esa actividad sea regulada y evite que los ansiolíticos, por ejemplo, puedan ser comprados sin necesidad de una prescripción médica, previo a la salida rumbo el boliche, la disco o la rave.