La previa de los muñecos de fin de año

¿Qué tienen en común: "La última cena", un "Transformer", "Anubis" (Dios egipcio de los muertos), "Toy Story" y "Tom y Jerry"? A simple vista nada. Pero las historias que se esconden entre ellos son las mismas: camaradería, unión, amistad y mucho esfuerzo. Los mencionados son sólo cinco de los cientos de muñecos de fin de año que, en las primeras horas del flamante 2009, arderán y volarán en mil pedazos como símbolo de despedida del 2008. Un buen augurio para empezar de nuevo. La ceremonia se volvió un clásico. Los platenses no tardaron en ponerle sello propio. El rito se convirtió en una tradición platense que da vuelta al mundo. A sólo instantes de arder los momos, muchos suben las imágenes a la web y así, el planeta identifica a la Ciudad como la capital de los muñecos de fin de año.

Las fechas para precisar los primeros muñecos son confusas. Muchos quieren atribuirse el mérito. Algunos dicen que fue a comienzos de los cincuenta, otros a fines de los sesenta. Los archivos periodísticos mencionan que es una "costumbre platense de más de 40 años", y eso fue hace apenas un par de años. Más allá de esto, lo que importa no es desde cuándo sino todo lo que rodea. La previa. Los ritos para que no llueva, las guardias para custodiarlos, los amores temporarios, las infinitas estrategias para juntar dinero para los cohetes, eso es lo que realmente importa. Es esa previa la que esta crónica recorrerá. Una hoja de ruta plagada de madera, olor a pintura, papeles de diario, engrudo, sierras, martillos y alambres, entre otros elementos. La música de fondo, en todos los casos, suma y le da el toque de fiesta. Los protagonistas, orgullosos responden con término futboleros: "Ya se habla de la mística muñecóloga".

JUDAS, LA TRAICION

Los hermanos Víctor y Martín Sochanowicz comenzaron con la tradición del muñeco hace 25 años. Como eran jóvenes y solteros, la previa la pasaban en el jardín de la casa familiar de 77 entre 13 y 14. La madre resignaba los rosales para que desde mediados de noviembre empiecen los preparativos. "Ahora seguimos haciendo el armado en el fondo de nuestra casa de la infancia, somos más de veinte -relata Víctor-. Esta vez queríamos hacer algo impactante, cumplimos 25 años de muñecos, por eso lo de la última cena con Jesús (al cual no se lo quema) y los doce apósteles nos pareció lo mejor". Acostumbrados a ganar el premio de la FM 99,1, dicen que "en febrero decidimos qué íbamos a hacer, nos juntamos sábado por medio para ultimar detalles y desde el 12 de noviembre trabajamos de 15 a 21 hs.".

Joaquín, otro de los integrantes del grupo Gaam Drako (Grupo Artístico Autodidacta Muñequero), muestra el movimiento de Jesús y de dos de los apóstoles. "Siempre nos dicen 'dejen de robar con el agua', pero este año también habrá agua -anticipa Joaquín-. Para poder sacarlo del jardín somos diez personas". 4 mts de alto y casi 7 mts de ancho de la reproducción de la escena bíblica casi finalizada, impacta. Da lástima que se tenga que quemar. Más de 50 litros de pintura y un esfuerzo incalculable se materializa con la mirada de asombro de cada persona que lo ve terminado. Entre 7 y 10 mil pesos se invierten sólo en cohetes: "Juntamos de todos lados, revista, auspiciantes, donaciones, venta de remeras, las monedas en la esquina. Todo suma", detalla Martín. Más allá de la polémica desatada, los artistas mencionaron que "no quisimos herir susceptibilidades, es un esfuerzo grande y lo menos que se piensa es en ofender ".

TRANSFORMER

En la esquina de 28 y 70 un grupo de chicos juega a la pelota mientras una estructura en alambre y madera espera. Sólo por la cercanía con la fecha y por tratarse de una tradición se puede prever que se trata de un muñeco. "Este año empezamos un poco tarde, pero vamos a trabajar 24 horas. Habrá turnos para poder llegar al 31 -sueña Juan-. Para afrontar los primeros gastos entre todos armamos un vaquita de 70 pesos cada uno, algo es algo. Igual ya nos donaron la pintura". Hablan entre todos y respiran buena onda, "nosotros no tenemos auspiciantes, encima este año los cohetes están 50% más caros".

"Cuando lo movemos a la diagonal 74 es cuando más recaudamos, queremos moverlo en Navidad -precisa Juan-. Esperemos que no nos pase lo del 2006: se nos cayó y se rompió todo". Las edades de este grupo de amigos es variada, el más joven tiene 12 y Juan 29. Mientras algunos responden, otros empiezan a parar los primeros autos. "Los que tienen autos más viejos son los que más ayudan, los de la camionetas 4X4 no te dan ni cinco centavos", protesta uno de los más jóvenes encargado de la colecta.

ANUBIS

Los chicos de 15 y 41 decidieron quemar a "Anubis", el Dios de los muertos. "El era el encargado de guiar al espíritu de los muertos al otro mundo -explica Clemente-. Queríamos hacer algo distinto, basta de Simpson, de muñecos de Disney". Un par de colchones en lo que ellos llaman "casucha" (cuatro chapas y unos palets de madera) les permiten trabajar toda la noche, reposar un poco durante la siesta y repararse del sol. El Indio Solari, con su Susanita musicaliza los preparativos. "Por suerte los de la carnicería y rotisería son re copados, nos dan siempre comida", responden a coro.

"Un buen día de colecta es cuando juntas unos 100 pesos -explica Santiago-. El otro día pasó la brujita Verón y nos dejó 10 dólares. Es copado, como la madre vive cerca siempre nos tira unos mangos". Empezaron el 18 de diciembre y dicen que de los veinte que son, siempre trabajan los mismos: cinco. Este año no tuvieron que alquilar andamio y las herramientas las tenían de los años anteriores. "Los vecinos como estamos toda la noche están contentos, es una forma de cuidar la seguridad del barrio", indica Clemente. Ante la infaltable pregunta si llegan, inobjetables dicen: "Siempre se llega".

TOY STORY

Ellos son tercer generación de munecólogos. Empezaron sus abuelos, les siguieron sus padres y ahora es el turno de ellos. La presión la comienzan a vivir en diciembre cuando los comerciantes y vecinos del barrio preguntan: "¿Este año qué hacemos?", en plural porque el barrio de La Cumbre, íntegro, vive el muñeco de fin de año. En la tradicional esquina de 32 y 133 van a recrear una de las escenas de Toy Story: el caballo, el robot y el vaquero. "Vemos la película para poder sacar bien los detalles de cada personaje. En el patio de la familia De Piero está toda la ingeniería del muñeco. Recién el 25 de diciembre lo trasladan hasta la esquina.

Entre fotos antiguas de los primeros muñecos de sus padres y abuelos, ellos organizan todo. Una revista con auspiciantes, planos, materiales, los carteles con publicidad que rodean al muñeco, entre otras cosas que arrancan a mediados de año. "Queremos seguir la tradición, la unión del grupo. Por cuestiones personales en el año no nos vemos tan seguido. Diciembre, gracias al muñeco, es como el mes del reencuentro", confiesa Nicolás Velazco. Los chicos, que el año pasado reunieron 10 mil personas durante la quema, no paran de trabajar, tomar mates, reírse y comer galletitas. Otra buena parte del backstage de Toy Story.


TAN SOLO QUINCE AÑOS

En 17 y 53 los preparativos están a la orden del día. Con motivo de celebrar los quince años de la tradición, este año decidieron no hacer ningún monstruo. "Montamos una escenografía que intenta contar el recorrido de todos estos años", explica uno de los organizadores que prefiere no dar su nombre, sino decir que forma parte del grupo de "Los chicos de la villa 53". El trabajo comienza durante el año, en el taller de arte del barrio, en donde los alumnos aprenden a trabajar en arcilla, a hacer dibujos y planos. Todo lo aprendido se traslada al tradicional muñeco que siempre termina con las calles cortadas y en fiesta con música al aire libre.

"Llegamos como podemos, pero este año vamos a llegar. Como es algo diferente va a ser más fácil. El año pasado se nos complicó con el traslado y el movimiento de algunas partes, esperemos que este año todo salga bien", aclaran. Para poder solventar parte de los gastos, se organizó una rifa vecinal de mil números a 5 pesos. Los comercios del barrio aportan lo que se dona y además venden las rifas, "el último día es el que más se junta, muchas familias vienen a verlo antes y otros cuando lo prendemos. Lo que más rescatamos es que siempre somos uno de los más visitados".

TOM Y JERRY

En 5 y 58 se nota que hay muy buena onda. Se ríen, paran los autos y si nos le dan monedas no se enojan. Pero es tanta la energía que contagian. Sin tapujos responden que tienen una estrategia que no falla: "Mandamos a las chicas más pechugonas". Este año por finales demorados (la mayoría son estudiantes), el armado comenzó tarde. Responden que mucho el resultado de quién gana no les importa, pero que se ponen muy nerviosos cuando esperan el anuncio por la radio. Este es el décimo año que arman uno, "Tom y Jerry es lo más, a quién no le gusta -preguntan Juan y Gonzalo-. Tenemos que meterle pata porque sino no llegamos".

"Estamos más grandes -dice Juan que comenzó cuando apenas tenía 8 años-. Cada año que pasa nos divertimos más, somos más conscientes que esto es toda una ceremonia. No importa en definitiva cómo quede, aunque siempre sale bien, sabemos que el sólo hecho de reencontrarnos es lo más importante". Mientras uno de los chicos va a buscar el equipo de música, un grito descabellado de "dame una moneda o me matoooooooooo", sintetiza una crónica de historias de fin de año. Sin dudas, la amistad es lo que prevalece en cada uno de los muñecos.Toda una tradición platense.