Caso Barzábal: juzgan a policías en La Plata por "gatillo fácil"

Seis policías de nuestra ciudad serán juzgados en audiencia oral y pública por el homicidio de Darian Barzábal, un joven de 17 años que murió en 2007 al recibir un tiro en la nuca en el interior de un patrullero en Los Hornos.

La causa fue radicada en el Tribunal Oral en lo Criminal IV y tiene como imputados al sargento Santiago Regalía, al ex jefe de la comisaría tercera Eduardo Zaffino, al capitán Carlos Daniel Morales, al teniente primero Iván Martínez, al teniente Lucas Antonio Oyarzábal y al sargento Cristian Gutiérrez.

Voceros judiciales indicaron hoy que Regalía está acusado de "homicidio doblemente calificado por alevosía y su condición de funcionario", mientras que los otros cinco policías serán sometidos a juicio bajo la sospecha de haber cometido "encubrimiento agravado".

En la causa el único detenido es Regalía, ya que los demás fueron excarcelados en enero de 2007 por la Cámara Penal local.

Por esas libertades un grupo de unos 40 jóvenes atacó a pedradas y con bombas molotov la comisaría de Los Hornos, acusando a los uniformados de "gatillo fácil", e hirió a tres policías de infantería.

Fuentes del Tribunal IV -integrado por los jueces Emir Caputo Tártara, Juan Carlos Bruni (h.) y Gloria Berzosa- explicaron que el caso estará concluido antes de fin de año.

En el dictamen de elevación a juicio los fiscales penales Sergio Delucis y Laura De Gregorio explicaron que en la investigación se reunieron pruebas para presumir que el menor fue ejecutado de un tiro en la cabeza cuando era llevado esposado en un patrullero de la comisaría de los Hornos.

Una pericia, realizada en forma conjunta por Gendarmería Nacional y la Policía Científica de la bonaerense, en la que se concluyó que el disparo que terminó con la vida del menor fue realizado con el arma apoyada en la cabeza de la víctima, fue determinante para el dictado de la prisión preventiva, explicaron voceros judiciales.

La citada pericia determinó también que el joven estaba esposado cuando fue baleado en el interior del patrullero y que la trayectoria del disparo fue hacia abajo.

También se entendió que el principal imputado iba en el asiento trasero de la camioneta policial y supuestamente "coaccionaba" a Darian, que iba a su lado con su cabeza apoyada en la puerta derecha trasera del patrullero.

El menor "estaba en situación de indefensión" y se presume que era amenazado por el policía mediante la colocación del arma en la nuca "con la finalidad de que aportara datos sobre el otro autor" de un supuesto robo, se detalló en la elevación a juicio.

Con "su arma reglamentaria apoyada en el plano cutáneo de la cabeza le efectuó un disparo en su región craneal", que le causó la muerte a Darian, según se desprende de la causa penal.

También surge que el proyectil atravesó el cráneo del menor y quedó alojado en la puerta derecha trasera.

La muerte del joven ocurrió el 10 de enero de 2007, cuando el policía Luis Dorato llegó a su casa situada en las calles 68 bis y 160 de Los Hornos y los vecinos le advirtieron que había dos jóvenes dentro de la vivienda, presuntamente robando.

Según el testimonio del policía, éste alcanzó a ver a los dos jóvenes cuando escapaban de su casa, logró detener a uno de ellos, que resultó ser Darian, y pidió ayuda a la comisaría del lugar.

Así, un rato después llegó al lugar un móvil, con los sargentos Regalía y Christian Gutiérrez a bordo, quienes se llevaron al menor para trasladarlo a la comisaría de Los Hornos.

En el trayecto, un disparo efectuado con el arma de Regalía hirió al menor en la cabeza, por lo que lo llevaron para que lo atiendan a dos hospitales, pero finalmente murió.

Según la primera versión de al menos uno de los policías que iba en el patrullero, el chico no había sido esposado y dentro del móvil extrajo un arma de fuego, pero al forcejear con Regalía resultó herido por éste.

Sin embargo, esa hipótesis comenzó a resquebrajarse cuando el propio Dorato declaró que había esposado al menor y que él mismo se encargó de revisar si estaba armado y no lo estaba.

Un arma "hallada" en el patrullero pertenecía a un hombre llamado Juan Carlos Gallardo, encontrado muerto por razones naturales en su vivienda el 11 de octubre de 2006, oportunidad en que el revólver que había en la casa fue secuestrado por efectivos de la seccional de Los Hornos.

Al ser indagado, el sargento Regalía declaró que no quiso matar al detenido y que el arma se disparó accidentalmente durante un forcejeo, cuando el chico quiso "manotearle" su pistola reglamentaria.

Pero esa versión exculpatoria del sargento fue descartada en la etapa previa al juicio por la Fiscalía, que le da mayor asidero a la hipótesis del homicidio intencional, con alevosía, sumado a una maniobra de encubrimiento mediante la incorporación de pruebas falsas, explicaron voceros judiciales.