DE PUNTIN

El fútbol es, sabemos, una síntesis de las pasiones argentinas, con su forzada homogeneidad patriótica y sus miserias de pueblo inconforme. Entonces, cuando éste fenómeno social es atravesado por un fenómeno editorial, surgen libros como "De puntín. Los mejores narradores de la nueva generación escriben sobre fútbol" (Mondadori) y con selección a cargo de Diego Grillo Trubba (sociólogo, editor y redactor), ante este tipo de antologías surgen una serie de planteos inevitables:
Primero: la inclusión de unos deriva en la exclusión de otros. Por ende, ¿cuántos nuevos narradores no conocemos aún? O aún: ¿cuánto tardaremos en conocerlos, si es que algún día lo haremos? Luego, un interrogante radical: ¿es esta una nueva generación narrativa argentina, realmente, o sólo un conato, una sucesión de candidaturas a confirmar en un futuro imprevisible?
Para una pregunta tan amplia, vale la metonimia: es, sí, una proyección de la nueva producción literaria nacional, a la par que la revitalización del cuento como género en nuestro país, tan desairado por las editoriales a mano de la novela.
Lo cierto es que muchos de estos autores (21 en 250 páginas) participaron ya en otras antologías de esta colección ("Buenos Aires Escala 1/1"; "In fraganti"; "En celo"; "1 a 1"). Nacidos entre 1969 y 1986, cultivan la orientación hacia los blogs, la crítica literaria, el periodismo, la publicidad, el cruce de registros, los ciclos de lectura en vivo, las antologías y las premiaciones en concursos.
En este libro en particular, por ejemplo, Juan Incardona cruza el realismo mágico con la contaminación ambiental del Riachuelo para generar un atractivo relato de potrero titulado "El sudoeste". Alejandra Zina se mete en lo marginal en "Mazinger Z". Ariel Magnus cruza un partido por la Copa Libertadores con la historia sexual de una pareja en el carveriano "La cama no se mancha". Leandro Custo relata un partido de Play Station en "Dios aprieta Star". María Fasce mezcla sus historias de amor y cuerpo con su neutra relación con la pelota (la calavera de Shakespeare) en "Hombres que no aman el fútbol". En un hilarante "Gol de media cancha", Lucía Marroquín escribe sobre los abismos lingüísticos entre dos alumnos anglófonos, aprendices de castellano, y un profesor argentino fanático de la redonda. Agustina Arias aborda el tema del doble con "¿Para qué te voy a mentir?". El propio Grillo Trubba, un desafío de fútbol cinco surcado por las diferencias sociales y la vida propia de la clase country. Hernán Arias va a lo regional y pinta su aldea, la relación del fútbol y el cine y la TV en "René, o el daño que la televisión le hizo al fútbol".
Recomendables, sobre todo, los textos de Incardona, Magnus y Arias, Hernán.