¡Sí a las proteínas!

Hasta hace 10 años se creía que las proteínas y aminoácidos estaban involucrados en la regulación de apetito y actuaban como inhibidores cuando se comían en exceso. Hoy hay evidencias basadas en estudios científicos de que las proteínas y aminoácidos que se consumen en una dieta normal son de gran importancia para determinar la selección de alimentos como la ingesta energética total. Los estudios de Wurtan y Tempel, en 1985, corroboran su importancia y observaron que la selección de proteínas e hidratos de carbono de una persona dependen de la composición de la comida anterior, por ejemplo: si se almuerzan hidratos de carbono (pastas, pan), se deben elegir para la cena proteínas (carnes, pescados).

"En el cerebro, los aminoácidos ejercen acción precursora sobre ciertos neurotransmisores (serotonina, histamina, cateco-laminas) que inciden en la necesidad orgánica de consumir hidratos de carbono, mayor control de saciedad, acompañado con un mejoramiento en el estado de ánimo, del sistema emocional, facilitando o disminuyendo la capacidad defensiva de las enfermedades. Una alimentación rica en carnes, acompañada de un adecuado nivel de azúcares, al estimular de secreción de insulinas, es capaz de elevar la penetración de ciertos aminoácidos en el test nervioso potenciado la formación de neurotransmisores (serotoninas), la cual a mayor nivel implica mejor estado anímico", explica el doctor Norberto Russo, especialista en Nutrición.