¡Ahora va por la gloria!

MONTEVIDEO, Uruguay.- Después de 38 años, y como corolario de una actuación impecable por donde se la mire, Estudiantes, por derecho propio, y tras apelar a su incuestionable mística, se volvió a meter en una final de la Copa Libertadores de América. Y ahora, con la satisfacción del deber cumplido luego de volver a imponer supremacía ante Nacional (2-1), y en un Centenario desbordado de hinchas "tricolores" espera por un viejo conocido, Cruzeiro, o Gremio, que cierran hoy en San Pablo la otra semifinal. El primer partido se jugaría el próximo miércoles, según la Conmebol, en el Estadio Ciudad de La Plata.

Dos goles de Mauro Boselli, en el amanecer y en el cierre del complemento, terminaron por asegurar el pasaje de los albirrojos, mientras que Alexander Medina había descontando para los uruguayos, dejando sin su larga valla invicta a Mariano Andújar.

Aún con las ausencias de su capitán Juan Sebastián Verón y de Christian Cellay, ambos lesionados, el equipo pincharrata estuvo a la altura de las circunstancias y, desde lo táctico y estratégico marcó claras diferencias a su favor que luego logró trasladar al resultado.

Nacional, como en el partido de ida, volvió a mostrar una gran tibieza ofensiva, con el agravante que anoche chocó contra una defensa rival muy sólida y expeditiva.

El oficio fue clave. Como también el saber que hacer con la pelota en los pies. Ni hablar de la actitud y la confiabilidad. La coherencia fue determinante para que Estudiantes no atravesara por situaciones de apremio en el primer tiempo.

Con mucha concentración y disciplina táctica no solamente minimizó las importantes ausencias de Verón y Cellay sino que, además, le alcanzó para controlar a un equipo "tricolor" al que se le cayeron muy pocas ideas y que, al igual que en el partido de ida, mostró una alarmante tibieza ofensiva.

El equipo albirrojo, dentro de un partido de discretísimo nivel técnico, donde abundaron las imperfecciones, y por ende con escasísimas situaciones de riesgo frente a las vallas, estuvo disciplinado y en base a su solidaridad y esfuerzo pudo minimizar algunas falencias individuales.

Nacional, que se plantó con un 3-5-2, en la práctica no fue todo lo agresivo que se esperaba, pero también Estudiantes, con un planteo bien diagramado por su técnico, logró controlarlo porque estuvo bien parado en el medio y, con ello, consiguió que el local divida la pelota, y en el mano a mano los centrales Schiavi (con dudas cuando salió a los costados) y Desábato ganaron de continúo.

Las llegadas sobre los arcos fueron escasas, pero las más peligrosas de Estudiantes que, con un Gastón Fernández laborioso y un Boselli movedizo, le creaba problemas a un fondo local endeble y permeable.

En el complemento salió Nacional a quemar las naves, su técnico apeló a Lodeiro para darle a su equipo el fútbol que no le había aportado Matute Morales, sin percatarse que Estudiantes estaba agazapado y listo...

Porque a los 7', en una entrega corta de Muñoz a Coates, la Gata Fernández lo encimó bien y lo despojó del balón para meter un pase por el medio a Boselli que, ante la salida del arquero definió con un toque sutil por arriba.

El 1 a 0 obligaba a Nacional a marcar tres goles para pasar, algo imposible si se analizaba lo que hasta ese momento habían desarrollado uno y otro.

A los 20' Enzo Pérez desaprovechó una buena chance al rematar desviado contra el palo derecho, y la primera llegada seria del "bolso" se registró en la acción siguiente, en donde Andújar, con el pecho, le tapó una media vuelta a García que había entrado por Federico Domínguez.

Una chilena de Arismendi fue bien neutralizada por Andújar, y un remate de Salgueiro (relevó a la Gata), tras cartón, fue a las manos de Muñoz.

Nacional soltó amarras para ir por más y le dejó espacios para la réplica albirroja. El partido duro y luchado se hizo más abierto y de ida y vuelta. Sobre la media hora Medina recibió una pelota que llegó al área por arriba, se anticipó a Schiavi y con un remate potente al palo izquierdo vulneró la resistencia de Andújar.

El local se jugó el resto, con desesperación, y en el cierre del partido Andújar sacó largo de su valla, Salgueiro se fue solo por la izquierda y después metió al medio para Boselli que enganchó hacia su derecha ante Muñoz para luego sacar un remate de derecha al palo izquierdo, cerrando la serie como la inició, ganando.