Las mantenidas sin sueños

"Las mantenidas sin sueños" aguarda en algunos estantes de videoclubes sin mucha suerte, según ha sido toda su trayectoria. No se lo merece, en principio porque, si se la considera desde el lado del entretenimiento hegemónico, sin ser una película feliz (en más de un sentido) no deja de tener humor, algo sombrío, pero como un poco de miel para tragar lo que es bastante amargo. Esta película argentina de la hasta ahí actriz Vera Fogwill tuvo sus retrasos por inconvenientes (y hasta escándalos) de producción, y cuando al fin se estrenó en el 2007 pasó desapercibida. Hace unos días la televisión de cable la recuperó, casi en simultáneo con la circulación en devedé. Muestra un mundo de mujeres de clase media venida abajo, sobre todo después de la burbuja menemista y el estallido del 2001, con mujeres de diversas generaciones que deben afrontar solas, si es que pueden afrontar algo, lo que ha quedado de ellas y de la Argentina. La misma Vera Fogwill como protagonista o motivadora de la acción (bien puede ser actriz principal la nena que hace de su hija) presenta a las diversas promociones de mujeres abandonadas o sin hombres. Los varones han desertado. La cocaína aparece como una respuesta sin salida para la angustia y el abandono. Pese a algunas ocasionales discursividades en boca de sus personajes, el filme está bien narrado y se centra en la solidaridad femenina que, en transmisión entre abuela-madre-hija, puede resistir mientras se elabora un mundo que ha cambiado de pronto y al parecer sin ton ni son.