Preocupación de los empresarios por el conflicto en Kraft Foods

Cámaras empresarias salieron hoy a expresar su preocupación por el endurecimiento de las protestas sindicales y su temor de que el caso de la ex Terrabusi se convierta en el primer paso de una escalada y radicalización de conflictos laborales en el país.

El titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez, admitió que entre los empresarios existe "temor y preocupación" por la dureza de algunos conflictos salariales, sobre todo si se potencian como el de la ex Terrabusi.

La planta propiedad de esta firma, ubicada en la localidad bonaerense de General Pacheco, estuvo tomada por sus operarios durante 37 días y fue liberada a través de una violenta represión policial, con detenidos y heridos.

La UIA y la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) se habían adelantado a esos hechos expresando su preocupación, en una solicitada por la evolución de la toma de la planta.

A pesar de la posterior intervención de la Nación y la Provincia, el conflicto aún no tiene solución y las cámaras empresarias lo siguen atentamente, al igual que la embajada norteramericana.

“PANORAMA COMPLICADO”

Ante esta situación, Méndez sostuvo que "hay temor (entre los empresarios) porque hay realidades", y añadió en declaraciones radiales que "el panorama es muy complicado, (porque los reclamos) no parecen accidentes puntuales y casuales".

Manifestantes de izquierda que apoyan a los operarios de las ex Terrabusi escracharon el lunes a huevazos la sede porteña de la UIA, en repudio al respaldo de la central fabril a la empresa.

Tras ello, el titular de la UIA opinó que "la gente está irritadísima, las calles están cortadas, hay una tensión enorme", y abogó porque el conflicto en Kraft "se resuelva rápidamente".

El industrial del sector plástico reveló además que le planteó la preocupación de los empresarios al Gobierno y que este le respondió que "lo entiende y que tratará de resolverlo".

El escenario comenzó a complicarse cuando los conflictos excedieron las fronteras del diálogo y las manifestaciones lo expusieron en las calles del país.

Momentos de tensión aún se viven en Santa Cruz, Neuquén y Río Negro por el paro petrolero y los trabajadores del subterráneo porteño siguen amenazando con medidas de fuerza si la Justicia no les otorga la personería gremial para desvincularse de la UTA.

Mientras, numerosas fábricas en el país están tomadas por sus empleados, como es el caso de la autopartista Mahle, en Rosario, donde unos 550 operarios permanecen en el interior de la planta
desde que los dueños la cerraron en abril pasado.

TEMOR DE QUE SEA UN CASO TESTIGO

Las patronales presienten que el caso de la ex Terrabusi puede convertirse en el caso testigo, en el primer paso de una escalada y radicalización de los conflictos sindicales en el país.

Por ello, piden que el Gobierno contenga las manifestaciones y reclamos dentro del marco del diálogo, aquel que se concretó en el primer semestre del año con la crisis mundial como telón de fondo.

El titular de Políticas Sociales de la UIA, Daniel Funes de Rioja, explicó, por ejemplo, que lo que preocupa de todo conflicto laboral es cuando la metodología ya no es laboral.

En ese sentido, puntualizó que cuando se produce "ruptura del orden", por piquetes y otros actos que interfieren en los derechos de otros, "todo el sector empresarial se preocupa".

Los empresarios admiten que eligen seguir negociando con la CGT y los gremios "pesados", antes de tener que sentarse a la mesa con comisiones internas más combativas y radicalizadas.

Juan José Aranguren, presidente de la petrolera angloholandesa Shell, advirtió que el conflicto de Kraft no puede ser analizado como un caso aislado.

"Lo de Kraft es otro síntoma de la crispación que vive nuestra sociedad. Merece que todos hagamos un esfuerzo para bajar el nivel de conflicto", precisó Aranguren.