Justicia separa a nena de 7 años de su madre por ser religiosa

Por MAXIMILIANO F. MONTENEGRO

Tiene apenas 7 años, y vive una pesadilla. Es que por una polémica decisión judicial hace tres meses que está separada de su madre, a quien sólo puede ver una vez por semana, durante una hora y en una oficina judicial con custodia. El caso no presenta antecedentes, porque la medida se fundamenta exclusivamente en los "valores religiosos" de la madre, que supuestamente afectan la psicología de la niña, alejada también de su ámbito escolar.

El abogado Andrés Carvajal, quien representa a la desesperada mujer, contó en diálogo con este diario que "se trata de un caso de pura ignorancia y preconceptos infundados en relación a creencias religiosas, lo que constituye pura discriminación, sin lógica y, algo mucho más grave, sin el mínimo de humanidad".

La decisión fue tomada hace tres meses por el Tribunal de Familia Nº 1 de La Matanza, a cargo del magistrado Daniel Di Tada. Según explicó el abogado Carvajal, "la separación de la nena se llevó a cabo en la primera audiencia a la que fue llamada su madre, sin previo aviso y sin estudios ambientales concretos, como visitar el lugar donde vivía".

Medida cautelar

La dramática historia comenzó con el divorcio de los padres de Milagros. En ese sentido, el abogado expresó que "el progenitor tiene antecedentes de violencia doméstica, incluso hay escritos de la nena presentados en esta causa, donde ella misma cuenta que fue víctima de maltratos físicos".

En ese marco, como ocurre con muchas parejas que se disuelven, se llegó a una situación donde no se cumplían con los regímenes de visitas acordados judicialmente. Así, la causa tomó un novedoso rumbo cuando la mujer formó una nueva pareja, con un obispo de la Iglesia Luterana, un desprendimiento de la iglesia romana que tiene 70 millones de seguidores en todo el planeta y fuerte presencia en nuestro país.

"A partir de esta relación, el padre biológico de Milagros comenzó a presionar con supuestos abusos psicológicos, siempre relacionados a la creencia y práctica religiosa de su madre. Y presentó una medida cautelar, presente en el artículo 53 del Código Procesal, donde se requieren apenas dos testigos, que fueron justamente dos vecinos de la parroquia donde ahora vive la mujer, quienes están molestos por la gran cantidad de gente que asiste al lugar y el volumen de la música", contó el letrado.

"Alejada de su vida"

"Para probar los supuestos abusos físicos como psicológicos, bastó con presentar las declaraciones de estos vecinos, que nada pueden declarar respecto de las acusaciones por consecuencias psíquicas o físicas que padezca Milagros en torno a su presencia en un hogar creyente", dijo Carvajal, agregando que "el magistrado decidió arrancar a Milagros de su hogar, de su colegio y de su entorno familiar, poniéndola bajo la guarda de su abuela paterna".

"Mientras se continúa con este dispendio, Milagros sigue alejada de sus afectos, de sus amigos y de su vida", fundamentó el abogado en uno de los escritos, a los que tuvo acceso este diario. También recuerda que uno de los argumentos es que "la convivencia de la nena con su madre y su nueva pareja la afectan en su salud, vida de relación y en sus estudios".

Sobre esto último, Carvajal presentó a la justicia un escrito firmado por la ex maestra de la nena, de segundo grado, donde -apoyando a la madre- textualmente manifestó que "Milagros es una buena alumna, cumple diariamente con sus tareas y se nota la dedicación del hogar", sostuvo que "se la nota una nena feliz, cariñosa con sus docentes y personal de la escuela" y precisó que "está muy bien educada, impecable en su presentación.

"¿Cómo puede Milagros manifestarse como una niña feliz, encontrarse impecable, ser cumplidora, socialmente activa si en su hogar es violentada física y psicológicamente por su progenitora y su 'maligna' pareja que la somete a todo tipo de bajezas?", se preguntó el abogado Carvajal.

Un precio injusto

"Mientras tanto -indicó el letrado-, Milagros sigue alejada de su vida feliz, de sus compañeros del colegio, de la dedicación que le brinda su madre y actual pareja. Ya no baila, ni juega. Ya no tiene recreos. Le han arrebatado la vida".

Finalmente, Carvajal dijo que "es imperiosa la necesidad del retorno de la menor a su vida junto a su madre, su pareja y la totalidad del entorno", puntualizando que "Milagros no tiene que pagar el precio del desconocimiento ajeno".