Encontró 20 mil dólares dentro de un televisor y los devolvió

Cuando le sacó la tapa al viejo televisor para arreglarlo no vio nada, pero al levantarla del piso para cerrar el aparato una vez reparado encontró un paquete que le habría cambiado la vida si no hubiera aprendido de sus padres que "lo que no es de uno se devuelve". Esteban Pereyra, un platense de 31 años, casado y con dos pequeños hijos, con negocio de service de electrónica en Berisso, halló adentro de esa envoltura de arpillera varios fajos de billetes que sumaron, luego de ser contados por el técnico cuando aún no salía de su asombro, 20 mil dólares. Siguiendo la enseñanza arraigada desde su infancia llamó por teléfono al dueño del artefacto y le tuvo que repetir tres veces lo que había encontrado.

"No podía creerlo, porque yo no sabía que aquel televisor de mi abuelo, fallecido hace años, podía contener semejante suma de dinero", contó Jorge Otero, platense, vecino de la calle 59, divorciado, con tres hijos y cinco nietos, y con varias deudas que ahora van a quedar saldadas gracias a esa oculta herencia del padre de su padre que rescató del olvido un comerciante honesto quien, como destacó el dueño de los dólares, "bien podría haber compensado con eso los tres robos que tuvo en su negocio, total, ¿quién iba a reclamarle algo?".

Segundo Otero, el abuelo de Jorge, murió hace cuatro años, cuando tenía 93. "Jamás supe que ese dinero estaba ahí, en un televisor que no encendía y que si no hubiera sido por esta recesión yo lo hubiera tirado. Lo mandé a arreglar porque no tengo dónde ver televisión", confió el afortunado heredero que trabaja en la construcción y que, según relató, antes de este increíble hallazgo estaba con la soga al cuello por las deudas que había adquirido de obras que empezaron pero que le estaba costando mucho concluir. "Tengo la sensación de que mi abuelo de alguna manera me envió a que mande el televisor a lo de Esteban", añadió ya más emocionado que contento.

A Otero no le va a quedar mucho resto de estos billetes. Además de pagar lo que debe le dará una recompensa a Pereyra que aunque no quiso confesar de cuánto dinero dijo que "será más de lo que corresponde" porque cree que el gesto bien vale una buena retribución. "El no quiere recibir nada, pero a mí me haría mal que no lo aceptara. Y creo que merece un porcentaje mayor del que habitualmente se estila", comentó.

Pereyra, vale remarcarlo, aprendió el oficio de service de aparatos de uso doméstico de su padre y de su tío abuelo ("yo gateaba entre televisores", recordó). Hoy da pelea como muchos comerciantes. Atiende dos locales, uno en Berisso y otro en La Plata; vive con Verónica, su mujer, su hija de 3 años y su hijo de 10 meses en una casa de esta ciudad. Las tres propiedades son alquiladas. Conduce un utilitario por el que le faltan pagar 18 cuotas.

En el bar aledaño al negocio de reparación de televisores y equipos de audio, en Montevideo y 8, los hombres que sólo se conocían de una lejana relación comerciante-cliente festejaban anoche con un fernet un hecho que le cambió la vida ambos. Porque mientras debatían de cuánto iba a ser la retribución que Otero va a darle a Pereyra por la honradez del gesto y esperaban juntos que por la tele del bar un noticiero emitiera la nota sobre la historia que protagonizaron sus celulares competían en una sinfonía de tonos que anunciaban llamados y mensajes de texto. Pereyra recibía felicitaciones de los conocidos y expresiones de orgullo de sus vínculos más allegados mientras que Otero no paraba de atender los "mangueos" de conocidos que vieron en los 20 mil dólares una pequeña fortuna.