Un marxista heterodoxo

Toda reedición de un clásico siempre es bienvenida y ese es el caso de la publicación de "7 ensayos de interpretación de la realidad peruana" de José Carlos Mariátegui, de la 'Biblioteca del Pensamiento' de la editora Capital Intelectual de Buenos Aires. Hasta allí todo bien, ya que los 7 ensayos están impecablemente editados. Sin embargo, el prólogo intitulado "Los 7 ensayos de Mariátegui: hito fundacional del marxismo latinoamericano" de Atilio A. Boron, catedrático de la UBA, merece algunos comentarios.

Es enteramente cierto, como afirma Boron, que los 7 ensayos son "un texto que, pese a que fue escrito hace poco más de ochenta años, aporta un luminoso análisis de las grandes tendencias que marcaron la historia del Perú desde la Conquista, el Virreinato y la República, llegando con sus luces hasta finales de la década de 1920". Y, como también afirma el prologuista, "cuando Mariátegui habla sobre el Perú también lo está haciendo de Latinoamérica, pues los problemas que con tanta agudeza examina su obra reaparecen, con algunas ligeras variaciones, en otros países de la región".

Tampoco merece reproche alguno el comentario de Boron en el sentido de que las interpretaciones e ideas heterodoxas de Mariátegui colisionaron con el férreo verticalismo ortodoxo de Moscú que, desde la captura del poder de Stalin, había hecho aún más brutal, si cabe el término, su oposición a cualquier disidencia intelectual, pasándose a la sumisión obsecuente e incondicional de todos los partidos comunistas del mundo a Moscú. Como bien dice Boron, Mariátegui fundó el Partido Socialista Peruano y La Confederación General de Trabajadores del Perú, pero al poco tiempo, luego de su muerte (ocurrida el 16 de abril de 1930), los herederos traicionaron su legado y cambiaron el nombre a Partido Comunista del Perú y se sometieron a los dictados del Kremlin, con lo que liquidaron la posibilidad de un desarrollo autónomo de partidos o movimientos marxistas en Latinoamérica. Y, demás está decirlo, eliminó cualquier posibilidad para un desarrollo de un pensamiento y un partido marxistas auténticamente peruano y -por qué no-, latinoamericano.

Boron también menciona que en 1928 Mariátegui y Haya de la Torre, que habían caminado juntos políticamente hablando, se distanciaron totalmente por la "progresiva radicalización del pensamiento y acción de Mariátegui" (se supone en su pensamiento marxista). Sin embargo, es pertinente aclarar que este rompimiento se debió a que Mariátegui no coincidió con Haya de la Torre en la creación de un partido político en el Perú que tuviera como base lo que este último llamó un Frente Unico de Trabajadores Manuales e Intelectuales, prefiriendo más bien un frente clasista. Esta interpretación de Haya de la Torre haría que el futuro Partido Aprista Peruano -sección peruana de un movimiento continental de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA)-, aglutinara a las masas populares y a la incipiente clase media incorporándolas por primera vez a la política en la historia peruana, lo que, evidentemente, causó conmoción en la entonces poderosa oligarquía y demás fuerzas conservadoras. El Partido Comunista Peruano, convertido en obsecuente cumplidor de los dictados de Moscú, se apropió de la figura de Mariátegui, pero perdió a las masas trabajadoras y a la clase media frente al APRA.

NINGUNA CAPITULACION

En el citado prólogo se afirma también que el presidente Alan García capitula completamente del ideario original del APRA que Boron remite, acertadamente, a la obra de Haya de la Torre "El Antiimperialismo y el APRA", escrito en 1928 y publicado por primera vez en Chile en 1936, ya que el APRA y sus principales líderes estaban proscritos en el Perú. Pero Boron se equivoca, no se trata de ninguna capitulación por parte de García. Es el propio Haya de la Torre quien con lo ocurrido en la escena internacional luego de la II Guerra Mundial replantea su pensamiento político en sus obras "A dónde va Indoamérica", "¿Después de la guerra qué?" y, muy especialmente, en "Treinta años de aprismo", entre otros escritos, ya que, como es dable, ningún pensamiento puede mantenerse inalterable si la realidad en la que fue concebido, cambia.

Finalmente, cerrando su prólogo, Boron afirma que "...los ensayos mariateguianos, plasmados precisamente cuando el pensamiento marxista naufragaba en el mundo europeo como producto del estalinismo y la reacción fascista, inspiraron, décadas después, el pensamiento y la acción de hombres como Fidel Castro y Ernesto 'Che' Guevara. Si este hubiera sido su solo mérito, Mariátegui se habría asegurado un prominente lugar en la historia del socialismo...". Si aceptamos esta afirmación, flaco favor se le hace al pensamiento de Mariátegui a la luz de lo ocurrido en la isla luego de varias décadas y, en la que, por supuesto, no caben pensadores heterodoxos como el gran pensador peruano.

Los "7 ensayos de de interpretación de la realidad peruana", gozaron durante varias décadas de un merecido impacto político e ideológico. Hoy es una obra valiosa para reflexionar sobre una etapa superada en la historia del Perú. De hecho, el país que Mariátegui interpretó no es el mismo y la escena internacional tampoco.


(*) Ex cónsul del Perú en La Plata y actual cónsul general del Perú en Buenos Aires