La universidad

El año que quedó sin consejo superior

"La Universidad debe dar respuestas superadoras. No puede tomar decisiones sobre discursos ajenos". Con estas palabras, autoridades de la UNLP argumentaron la moción oficial sobre los fondos que recibe la casa de altos estudios de la minera Alumbrera, consistente en rechazarlos hasta que se expida una comisión de expertos. Ahora bien, ¿qué discurso propio se terminará construyendo sin debate?

Se va 2009 y la Universidad cierra el año con apenas dos sesiones del consejo superior, su máximo órgano de cogobierno. Quedará como el año de la falta de debate; de la ausencia de sesiones. Si en el plano de la gestión hubo avances -más allá de que se pueda o no estar de acuerdo con ciertas decisiones-, en el político hubo vacío y contradicciones.

Desde el rectorado se puso mucho celo a la hora de citar el estatuto en el caso del nuevo curso de ingreso a Medicina. Es cierto que el proyecto de esa facultad invoca una figura inexistente, la del "aspirante alumno", por lo que se le pidió que lo ajuste al artículo 20 para que quede en claro que los ingresantes serán alumnos regulares.

No obstante, nunca se puso el mismo empeño en respetar el artículo 58, que dice que el consejo superior debe reunirse "al menos" una vez al mes en sesión ordinaria.

"Les propusimos reunirnos en Humanidades, pero se negaron", aseguró un consejero superior estudiantil de Exactas. Y agregó: "cuando hubo que reelegir al presidente se trasladaron 300 kilómetros. Ahora no quisieron correrse veinte metros. Además, se sabía que ésto iba a suceder", dijo, en referencia al grupúsculo de militantes de la Fulp que impidió la entrada al rectorado.

CONTRADICCIONES

Pasando al plano estudiantil, mientras el consejero de Exactas y el de Naturales -ambos de agrupaciones de izquierda- querían entrar a debatir su propia moción sobre los fondos de la Alumbrera, basándose en el "abc" de la política -"si los demás consejeros escuchan otra posición y se da el debate, quizás cambien de opinión", dijeron-, los dirigentes de la Fulp -de grupos de ultraizquierda- afirmaron que no querían debatir porque iban "a perder la votación". Insostenible.

Los estudiantes de Medicina -también de izquierda- habían preparado un proyecto propio sobre el curso de ingreso. Y querían entrar a discutirlo. Tampoco pudieron.

Los consejeros estudiantiles del peronismo fueron a votar por escrito. No apoyaron el dictamen sobre el ingreso a Medicina "porque los estudiantes del centro (de esa facultad), que lo impulsaron, no fueron a sufragar, y nosotros los acompañamos a ellos". No obstante, sí votaron la moción del rectorado sobre la Alumbrera, y no la de sus pares de Exactas y Naturales "porque cuestionaba al actual gobierno nacional en relación a la ley de minería". Olvidaron algo: esos estudiantes tampoco fueron a votar.

En tanto, los representantes de Franja Morada votaron por refrenda todos los temas del orden del día. Tan lejos de la Fulp como del resto de las agrupaciones estudiantiles.

El 2010 se avecina con grandes desafíos. El rectorado deberá atenerse al estatuto siempre, y no sólo en algunos temas. Las agrupaciones estudiantiles que quieren hacer propuestas y debatirlas, deberían plantearse por qué tampoco hay debate en su propia entidad gremial, gobernada por un grupo que conduce 4 de los 17 centros. "Otros tendrán que entender que los estudiantes no los votan para hacer piquetes, sino para representarlos dentro del sistema", comentó en estos días un atento observador del panorama universitario.