Camba impuso autoridad y pudo cantar victoria

Tuvieron que pasar cuatro partidos para que Cambaceres volviera festejar en el campeonato. Si bien el 1-0 sobre Leandro Alem fue demasiado mezquino, el triunfo del elenco de Ensenada terminó siendo merecido e inobjetable, porque de los dos equipos fue el que siempre propuso y el que buscó permanentemente quedarse con los tres puntos.

De arranque, nomás, Camba mostró sus verdaderas intenciones. Se plantó de manera inteligente. Se adueñó de la pelota y de la mitad de la cancha a voluntad, y además, convirtió en figura a Santillán, arquero del Lechero.

Ya a los 11, Camba anunció con un remate cruzado de Yaniz. Y después (16) Jones y Ladogana armaron una gran jugada, que terminó con un disparo de éste último que Santillán mandó al córner.

El Rojo era un aluvión. Fue por afuera, por el medio y hasta soltó a los laterales para que se incorporaran al ataque. A los 23, el gol llegó por decantación. Ladogana remató, le pelota que rebotó en el arquero visitante y Jones, que apareció sin marca, definió como los que saben.

NO PUDO LIQUIDARLO

En la parte complementaria, Camba siguió mostrando su capacidad para borrar (literalmente hablando) a un Alem mezquino, dubitativo e impreciso, que dependió mucho de lo que podía hacer su figura emblemática: el Lobo Cordone (ex Vélez).

Pero el equipo de Zuccarelli, en su afán de quebrar la racha, no le dio respiro. Atacó permanentemente y hasta pudo ampliar la brecha, aunque en los metros finales, los delanteros fallaron en la definición.

Ya a los 2 minutos, el local volvió a tener una clara, cuando sobre la línea, la defensa de Alem desbarató el intento.

Más allá de las intenciones de uno y otro, Camba también supo tener inteligencia. Sobre todo, cuando sus ataques no pudieron cristalizarse en el arco de enfrente. La posesión de la pelota pasó por Casanova, Catriel y Jones, y a partir de allí, salieron las jugadas que pusieron en aprietos a una defensa errática, que dio muchas ventajas.

Los minutos fueron pasando y Camba no podía cerrar el resultado, a pesar de que las oportunidades se fueron dando una y otra vez.

En líneas generales, el equipo de Ensenada terminó por abrochar una victoria que se cotiza en oro. Los tres puntos quedaron en casa y la tranquilidad vuelve a reinar en el campamento del Rojo.