Camba volvió a perder y continúa en caída libre

Tarde caliente en Ensenada. Tras la derrota ante Berazategui por 2-0, los hinchas estallaron de bronca, y despidieron con silbidos e insultos a los jugadores y también a Martín Zuccarelli, que a pesar de la campaña y de los resultados que no lo acompañan, seguiría en el cargo.

"No tengo en mis planes renunciar. Tengo el respaldo de la dirigencia. Mañana (por hoy) estaré en la Escuela Naval para volver a entrenar pensando en el próximo partido", dijo ayer el entrenador del Rojo, luego del traspié.

No obstante, y yendo a lo futbolístico, Cambaceres volvió a decepcionar ante su público. Jugó, quizás, uno de sus peores partidos del torneo, y resignó una nueva chance de empezar a enderezar el rumbo, cuestión que se convirtió en los últimos tiempos en un verdadero karma.

El gol de Gustavo Pastor, a los 2 minutos de juego, fue un verdadero mazazo para el Rojo, que jamás pudo recomponer su imagen. Anímicamente quedó destrozado, pues sintió el efecto del tempranero gol. Insinuó alguna que otra reacción, pero no alcanzó ni siquiera como para meterle presión a Berazategui, un equipo ordenado y sólido en todas sus líneas.

Cambaceres volvió a exhibir muchos problemas en defensa, y también en el ataque. Los cinco goles que lleva convertidos en 15 fechas (es la delantera de menor eficacia en la categoría) es un claro reflejo de la anemia ofensiva que sufre el equipo y que viene padeciendo desde que comenzó el campeonato.

Dentro de este contexto que preocupa y mucho, se salvaron del incendio Adrián Jones y Daniel Catriel, ambos por la entrega y voluntad, y también Arias Navarro, que una vez más, evitó una derrota mucho más abultada.

Berazategui, después del gol de Gustavo Pastor, manejó la pelota a su antojo y hasta pudo haber liquidado el pleito mucho antes, pero el trabajo del arquero del Rojo se lo evitó.

En el complemento, se esperó la reacción del Cambaceres, pero no fue así. Volvió a jugar mal y a equivocar los los caminos, y esto, facilitó el trabajo de la visita, que siempre mostró argumentos y variantes para lastimar.

La única de Camba se produjo a los 23, cuando a instancias del juez de línea, Cristian Benítez, el árbitro, invalidó un gol de Maxi Benítez, por un empujón previo al salto.

Después, vendría el golazo de Alessandria y la bronca de los hinchas, que despidieron a los jugadores y cuerpo técnico con insultos y la siguieron al final con algunos incidentes que no pasaron a mayores.