Un año sin Sandro

"No quiero que me lloren cuando me vaya a la eternidad" cantaba Sandro en "Una Muchacha y una Guitarra", uno de sus éxitos. Pero la realidad mostró una cara diferente. Cuando el 4 de enero de 2010 y después de una larga lucha contra una enfermedad cruel y persistente, Roberto Sánchez murió en el hospital Italiano de Mendoza, más de 20.000 seguidores se movilizaron hasta el Congreso para darle el último adiós en una manifestación conmovedora. Pocas horas después sus seguidoras de siempre, "las nenas", cantaban una emotiva versión de "Rosa, Rosa" en las puertas de la casa de Banfield y un mes más tarde llegaban al cementerio de Longchamps donde permanecen los restos del cantante, para volver a homenajearlo.

La muerte de Sandro cerraba una dolorosa historia que había mantenido en vilo a sus seguidores desde once años atrás, cuando al cantante le diagnosticaron un enfisema pulmonar producto de su adicción al tabaco.

Ese diagnóstico inició una dura lucha que el gitano dio hasta ese enero del 2010 en que aparecieron los órganos necesarios para que se le practicara un doble trasplante, de pulmones y corazón. Según los médicos, era el único camino para que Sandro recuperara su deteriorada salud. Tras 45 días de internación después de realizada esa operación, Sandro dejó de existir como consecuencia de un shock séptico.

A poco de cumplirse un año del deceso del cantante, su mujer, Olga Garaventa, envió una carta a los medios esta semana diciendo que "quiere llorar su recuerdo sola y en paz".

"El que termina ha sido un año durísimo para mi. No sólo por la ausencia del ser que más amé y amaré en lo que me resta de vida sino porque no he logrado estar a solas con la paz que mi corazón necesita", sostuvo.

A lo largo de su carrera, Sandro se convirtió en uno de los grandes de la música popular argentina, vendiendo más de 8.000.000 de copias de los 52 discos que grabó y cautivando a sus fanáticos desde 16 películas que lo consolidaron como un galán insoslayable de la época.

EL ROCK Y VALENTIN ALSINA

Había nacido en 1945 en el seno de una familia trabajadora y era el único hijo de Vicente Sánchez e Irma Nydia Ocampo. De su abuelo, que era húngaro, heredó la tradición gitana que le valió el apodo de Gitano.

Cursó los estudios primarios en la escuela República del Brasil y se inscribió en el Colegio Nacional Mariano Moreno para conformar a sus padres, aunque no se mostró interesado por sus estudios de bachiller y pronto dejó la escuela para hacer trabajos de reparto en su barrio de Valentín Alsina, partido de Lanús, donde dio sus primeros pasos como cantante.

El epicentro de la movida que derivaría en la fundación de "Los de Fuego", el grupo en el que Sandro se popularizaría como cantante de rock`n`roll, fue el Bar de Pancho, ubicado en ese barrio, un local frecuentado por Héctor Centurión, Miguel Vázquez, Armando Quiroga, Carlos Ojeda, que integrarían aquel proyecto pionero del rock vernáculo.

Pero las andanzas de Sandro como músico se habían iniciado aún antes, junto a su amigo Enrique Irigoytía, con quien aprendió guitarra e integró sus primeros conjuntos. Al indagar en los inicios de su carrera algunos se remontan a los 13 años, cuando un joven Sandro que ya había abandonado la escuela participó a pedido de una preceptora de los actos del día de la Independencia haciendo una imitación de Elvis Presley sobre un disco. Pero el disco se rayó y, con buenos reflejos, Sandro comenzó a cantar, cosechando una ovación que lo animó a seguir por la misma senda.

Los primeros pasos de Sandro en el mundo del espectáculo fueron dados como guitarrista y segunda voz de Los de Fuego, donde el cantante era Héctor Centurión. Pero al poco tiempo Centurión perdió la voz y el rol de cantante fue ocupado por Sandro, que probó suerte en CBS con dos discos solistas, los que tuvieron poca repercusión. Más tarde grabó un EP llamado "Al Calor de Sandro y los de Fuego" y en 1964 el grupo comenzó una serie de actuaciones en el popular programa televisivo Sábados Circulares, que conducía Pipo Mancera y que representó la consagración.

SANDRO DE AMERICA

Los álbumes rockeros de Sandro, grabados junto a Los de Fuego hasta 1965 y más tarde junto a The Black Combo y otras formaciones, se extendieron hasta 1967, cuando la sociedad con Oscar Anderle comienza a orientar la carrera del Gitano hacia la música melódica.

El giro de Sandro logró marcar un estilo inconfundible, fusionando la balada romántica con poses y ritmos de rock, con una fuerte carga sexual, heredera de las formas de Elvis Presley, pero que alcanzó en Sandro una identidad personal. Esa actitud convirtió en un clásico de sus recitales a la presencia de las fanáticas, a las que él denominaba "sus nenas", las que tomaron la costumbre de arrojar ropa interior al escenario durante los shows.

De la mano de ese fenómeno y de su triunfo en el Festival Buenos Aires de la Canción con la balada "Quiero Llenarme de Ti", Sandro tuvo un nuevo salto de popularidad, que lo convirtió en un galán y en un símbolo sexual de popularidad arrasadora.

Este estilo se consolidó a lo largo de la década del `70, durante la cual Sandro consolidó una producción de 35 discos y 12 películas que lo proyectaron como una estrella en toda latinoamérica y dejaron en la historia títulos tales como "Rosa, Rosa" (considerado el tema más vendido de toda su carrera) o la película "Muchacho".

Con esos y otros trabajos recorrió todos los países de América Latina y el Caribe y se convirtió, en 1970, en el primer artistas latino en actuar en el Madison Square Garden, de Nueva York, en dos recitales que convocaron a más de 250.000 espectadores.

REIVINDICADO

Desde fines de los `80 Sandro fue reivindicado por un movimiento de rock nacional que al principio no lo tuvo en cuenta. Charly García, Pedro Aznar y León Gieco se contaron entre los artistas de ese género que invitaron al Gitano a participar en sus grabaciones y hasta se grabó un disco de homenaje en el que participaron artistas como Divididos o la Bersuit.

En 1998 los médicos le diagnosticaron un enfisema pulmonar crónico, que repercutiría negativamente en su salud hasta su muerte. Pese a eso, Sandro siguió presentándose en vivo, a veces con asistencia respiratoria, y sus recitales fueron siempre convocantes y se convertían en acontecimientos para el mundo del espectáculo local.

Mientras tanto la enfermedad avanzaba al punto de condicionarle seriamente la vida de todos los días. Así se le diagnosticó como única solución un trasplante de pulmones y corazón considerado de alta complejidad. Y se inició la espera de un donante difícil de conseguir.

El 20 de noviembre de 2009 y luego de 8 meses de internación, un joven de 22 años de edad resultó el donante de dos pulmones y un corazón compatibles para que Sandro fuera trasplantado.

La operación, que entusiasmó y movilizó hasta Mendoza a buena parte de "las nenas" con sus demostraciones de apoyo y afecto, resultó exitosa y en las primeras horas la respuesta del organismo de Sandro al trasplante fue favorable.

Cuando los pronósticos comenzaban a ser optimistas y Sandro había recuperado la conciencia, el 11 de diciembre de 2009 Sandro se vio afectado por un virus intrahospitalario que obligó a efectuarle una traqueotomía.

Desde entonces el estado del cantante no dejó de ser crítico y finalmente dejó de existir a las 20 40 del 4 de enero de 2010, cuando se transformó definitivamente en leyenda.