El reto de convertirse en jefe propio

Aunque convencido de haber dado con una idea que podía ser para él un medio de vida -la de ofrecerle al comercio electrónico una nueva herramienta de marketing-, Ramiro Tolosa se dio cuenta en 2009 de que estaba lejos de poder materializarla. El problema era sobre todo su falta de experiencia. Y es que aún con un título de ingeniero, un máster en negocios internacionales y una trayectoria laboral en comercialización de software, tuvo que admitir que no tenía idea de cómo se arranca un emprendimiento desde cero.

Su caso, lejos de ser excepcional, constituye más bien la norma entre quienes buscan transformarse en sus propios jefes a partir de un proyecto. "Las ideas abundan; lo que faltan son emprendedores. Y los emprendedores no son necesariamente buenos empresarios", sostienen en Emtec, la incubadora de emprendimientos innovadores creada por la Confederación Económica de la Provincia y el Ministerio de la Producción para enfrentar esa realidad.

Cada año decenas de personas, con o sin proyectos previos, se acercan a Emtec con la misma ambición: convertirse en emprendedores y obtener las herramientas para que sus emprendimientos personales lleguen a ser un medio de vida. Cada año egresan de sus aulas cerca de diez empresas listas para competir en el mercado del diseño industrial, el software, la electrónica, la industria creativa y el sector agroalimentario.

Lo que sucede en el medio es un proceso de formación tan poco común como transformador. "La experiencia de Emtec me hizo ver que mi carrera, a pesar de todo lo que me dio, me había formado para ser un buen empleado; no un emprendedor. Antes vivía pensando en qué empresas tirar mi currículum; ahora lo que me preocupa es cómo generar con ellas nuevos negocios, afirma Ramiro Tolosa a punto de lanzar al mercado su firma Business Hunter.

ESPIRITU EMPRENDEDOR

Cuando se le pregunta a quienes aspiran a convertir una idea en un negocio cuál es la mayor dificultad que vislumbran: la mayoría de ellos suele hablar de plata. Los responsables de Emtec sostienen en cambio que "capital inicial se consigue". Pero aclaran muy bien que "eso implica prepararse para que esa idea llegue a ser realmente una empresa que funcione".

En qué consiste esa preparación es algo que depende del punto del que se parte. A Emtec se acercan tanto personas con ideas innovadoras ya definidas como otras que desean iniciar un emprendimiento pero no saben bien qué forma darle. A estas últimas lo que les ofrece Emtec es un curso gratuito de un año para la formación de emprendedores.

"Lo que se busca en esa primera fase es cultivar el espíritu emprendedor, algo que cualquiera puede descubrir en sí mismo y no se aprende en ningún manual, ya que no se trata de una técnica sino de una forma de pararse frente a la realidad que nos rodea. Es así que la formación pasa por desarrollar habilidades para detectar prácticas anómalas en el entorno y buscarle soluciones. De esa actitud surgen las ideas que luego pueden dar lugar a un emprendimiento", explica Guillermo Morales, el director de Emtec.

Pero lo cierto es que esa formación constituye apenas el punto de partida de lo que distingue a Emtec: su incubadora de emprendimientos. Allí no sólo se le brinda a los emprendedores conocimientos para el armado de equipos de trabajo, análisis de mercado, estrategias de comercialización y gestión de capital -entre otras tantas cuestiones sin las cuales es probable que el más prometedor de los proyectos fracase-; sino sobre todo apoyo para facilitarles su inserción en el mercado.

"Como nuestro objetivo no es sólo formar empresas sólidas sino facilitarles también su operatoria, les ofrecemos nuestro capital relacional, nuestros contactos y nuestro aval. Para una empresa que recién empieza no es lo mismo salir en busca de clientes o inversores sola que con el respaldo de haber egresado de Emtec", explica Morales al señalar el camino por el cual muchos de esos emprendedores terminan resolviendo lo que creían al principio su mayor dificultad: conseguir el capital inicial.

DESESTABILIZAR EL PRESENTE

Si bien gratuito, el apoyo que ofrece Emtec para la incubación de emprendimientos no es de acceso irrestricto: exige que los proyectos sean previamente aprobados, para lo cual se evalúa tanto su carácter innovador como su potencialidad comercial. Pero además, impone como un requisito ineludible que detrás de esos proyectos haya un equipo de trabajo.

Tal requerimiento tiene que ver con una realidad del mercado de inversores de riesgo, del cual surge hoy el capital para un alto porcentaje de los emprendimientos innovadores. "Los inversores de riesgo profesionales no le ponen plata a un emprendedor solo por más que sea Maradona en lo suyo. Buscan más bien equipos que jueguen en primera. Y, de hecho, prefieren en general equipos A con ideas B, que ideas A con equipos B", explica el director de Emtec.

Es por eso que la Incubadora pone especial énfasis en la formación de roles dentro de los equipos que trabajan alrededor de cada emprendimiento. Y exige de antemano, al evaluar los proyectos, que éstos se apoyen en un grupo interdisciplinario. "Por experiencia, sabemos que son los que mejor funcionan", afirma Morales.

El trabajo de equipo en el desarrollo de emprendimientos innovadores plantea sin embargo un obstáculo que no es ajeno a cualquier otra actividad: la dificultad de sostener el compromiso de todos los integrantes a través del largo, y por momentos incierto, camino de transformar una idea en una empresa.

Conscientes de tal dificultad -causa de que muchos proyectos se caigan-, en Emtec hablan de la importancia de "desestructurar el presente". "Todo emprendimiento vive en el futuro y la única forma de construir futuro para él es desarmar el presente, resignando tiempo con la familia, los amigos o la novia. De otra forma es imposible madurarlo porque exige mucha dedicación", señala Guillermo Morales.

El hecho es que para quienes están dispuestos a entregar esa dedicación, la Incubadora de Emtec ofrece hoy una interesante perspectiva: más de la mitad de los emprendedores adoptados por ella llega a convertir sus proyectos en un medio de vida.
que yo venía utilizando intuitivamente y de manera bastante desorganizada", reconoce.