Desde el Bosque, cuatro geofísicas platenses toman el pulso del mundo

En el medio del Bosque, el aparato se mueve y entrega unas señales que serían inentendibles para cualquiera. Pero ellas, las expertas, miran los datos y deducen casi instantáneamente que un terremoto se produjo en algún lugar del mundo. Así, tomándole el pulso a la Tierra y registrando cada movimiento, por pequeño que sea, trabajan las geofísicas del Departamento de Sismología del Observatorio platense.

El lugar, que se ha ido actualizando tecnológicamente a lo largo del tiempo, tiene el privilegio de haber sido uno de los primeros en todo el mundo en contar con un sismógrafo, que es el equipo que se utiliza para medir distintas características de los terremotos, como la intensidad y su frecuencia.

"Los sismógrafos comenzaron a utilizarse en el mundo cerca del 1900 y acá ya se empezó a planificar la compra de uno en 1907, cuando ni siquiera se sabía que esta era una región sin actividad sísmica", cuenta Nora Sabbione, doctora en geofísica y jefa del Departamento.

Junto a ella, trabajan también otras tres mujeres, que comparten lo que denominan como un privilegio: formar parte de la única estación sismológica del país -y una de las pocas del mundo- que envían sistemáticamente información a los principales centros de referencia mundiales desde 1923.

"A veces no le damos tanta importancia a la tradición que tiene el Observatorio de La Plata, pero cuando vamos a congresos internacionales y destacan que se enviaron datos desde acá durante tantos años nos agarra una mezcla de orgullo y emoción", asegura Gabriela Badi, otra de las integrantes del grupo.

Con el paso del tiempo y con mucha información recolectada en todo el mundo, la ciencia fue alejando los temores de que La Plata pudiera sufrir un terremoto. Sin embargo, las observaciones realizadas en el Bosque nunca mermaron su valor por las características de los fenómenos sísmicos, capaces de sentirse a miles de kilómetros de distancia de su epicentro. Así, por ejemplo, los últimos terremotos de Chile o Nueva Zelanda también tuvieron su registro platense, que fue enviado a múltiples centros de investigación para que esa información se compare con la de otras estaciones del mundo.

Pero, además, las geofísicas también investigan en diversas áreas, como la manera en que se expanden las ondas de los sismos y su relación con las características del suelo. "Estoy trabajando en una investigación de las ondas superficiales, que son las más destructivas. Se trata de conocer la corteza en diferentes zonas de la Argentina, algo que también se puede aplicar a diversos proyectos", explica María Laura Rosa.

La cuarta integrante del grupo de geofísicas, Carolina Buffoni, se encuentra haciendo un doctorado en España. A su regreso, se reencontrará con sus compañeras, esas mujeres que le toman el pulso a la Tierra en el medio del Bosque.