Piden obras para evitar que vuelva a salir "agua marrón"

La Defensoría del Pueblo bonaerense pidió a ABSA que "diseñe un plan de inversiones" para solucionar los problemas de baja presión en La Plata, y que implemente mecanismos para informar por anticipado qué obras pueden generar efectos indeseados como el "agua marrón".

El dictamen de la oficina del ómbudsman provincial tiene que ver con su investigación de los hechos que ocurrieron a inicios de octubre pasado, cuando literalmente media ciudad vio salir de las canillas, durante varias horas, un líquido turbio y cargado de sedimentos. El episodio se reiteró el primer día de abril de este año, en la zona comprendida entre 24, 31, 54 y 72.

Si bien Aguas Bonaerenses informó que los problemas fueron consecuencia de tareas realizadas con el objetivo de mejorar la presión del suministro, el aluvión de reclamos vecinales llevó a la Defensoría a intervenir de oficio, solicitando informes tanto a la empresa que potabiliza y distribuye el agua como ente regulador del servicio, OCABA (Organismo de Control de Aguas de Buenos Aires).

"Se tomaron cartas en el asunto porque está vinculado con la prestación de un servicio público que en particular reviste carácter vital y esencial para la población" explicó el defensor Carlos Bonicatto: "y una de las cualidades que ese servicio debe conservar es el aspecto incoloro del agua, cosa que no ocurrió".

"El marco regulatorio establece claramente recaudos para que los usuarios reciban una información adecuada y veraz, en tiempo oportuno, acerca de las condiciones y alternativas de la prestación", subrayó Bonicatto: "esto engloba los eventuales efectos colaterales que puedan resultar de trabajos encarados por ABSA".

Con una longitud total de 1.450 kilómetros, la red de distribución de agua potable local conserva casi un tercio de cañerías de hierro fundido -con conexiones domiciliarias de plomo- emplazadas principalmente en las áreas centrales del casco histórico. Según ABSA, estos 460.000 metros de piezas cuya antigüedad supera el siglo están afectados por incrustaciones que generan pérdidas significativas en la capacidad de conducción del fluido.

Desde la gerencia de Operaciones, Calidad e Ingeniería de ABSA se admitió que las maniobras del 4 de octubre tuvieron como consecuencia "no deseada e inesperada" el aumento de turbiedad. Y se puntualizó que la inversión requerida para reemplazar los metros existentes de cañerías de hierro fundido asciende a los $400 millones.

"APTA PARA EL CONSUMO"

El 1º de abril pasado fue uno de los días en que el "agua marrón" invadió la ciudad. Ante las denuncias, técnicos del laboratorio de Ingeniería Sanitaria (LIS), perteneciente al departamento de Hidráulica de la facultad de Ingeniería, tomaron muestras en varias cocinas.

De esos análisis surgieron dos datos complementarios y a la vez contrapuestos: si bien el agua no reunía todas las condiciones formales para ser considerada potable -por su coloración intensamente amarronada-, era apta para el consumo humano.

"Las muestras presentaron alto contenido de hierro, en porcentajes que no revestían peligro de daños para la salud" precisaron los expertos del LIS, y una turbiedad fuera de los parámetros".

De todos modos, OCABA ordenó a ABSA compensar a todos los usuarios abastecidos con agua del Río de la Plata -potabilizada en la planta puntalarense 'Donato Gerardi'- con el descuento íntegro del día 4 de octubre de 2010, resolución sobre la que pende un recurso de apelación presentado por la empresa.

460.000

Según ABSA, estos 460.000 metros de piezas cuya antigüedad supera el siglo están afectados por incrustaciones que generan pérdidas significativas en la capacidad de conducción del fluido.