Dramático relato de los argentinos que rescataron al andinista español

Se trata de Damián Benegas y Matías "Matoco" Erroz, del grupo Argentino que conquistó el Everest, de 8.848 metros de altitud -el 21 de mayo último- y se disponía a subir el Lhotse, de 8.516, y el Nuptse, a 7.861, para así ser el primero en llegar a las tres cimas de la "Herradura de Khumbu" en una sola expedición.

Ambos contaron a la prensa pormenores del rescate, en un hotel del centro porteño, donde Benegas no pudo contener las lágrimas al recordar "la mirada de ese señor cuando me dice `quiero vivir, quiero vivir`, y nosotros logramos que viviera", en referencia a Lolo, sobrenombre del escalador abandonado.

Esta actitud solidaria frustró la expedición original, ya que luego no pudieron concretar el ascenso a los otros dos picos de la Herradura, lo que dijeron que quedará para el año próximo.

Benegas, uno de "los mellizos" -como los conocen a él y su hermano Willie, también miembro de la expedición a la Herradura de Khumbu"- contó que hicieron cumbre en el Everest el 21 y cuando bajaban para subir las otras cumbres al día siguiente, supieron por radio de lo ocurrido con el grupo español.

"Nos enteramos que, de los siete, cuatro bajaron al Campo 4, dos estaban desaparecidos y había uno que no logró bajar de la cima, y suponíamos que no sobrevivió, por lo que decidimos ir primero a buscar a los desaparecidos y luego a rescatar el cuerpo para identificarlo e informar a su familia", relato.

El Mellizo explicó que estaban a 8.000 metros, lo que implicaba "bajar a 7.400 metros y volver a subir a los 8.000 por el cuerpo, lo que significaba un esfuerzo enorme después de haber llegado a la cumbre".

Primero encontraron a la pareja, con el hombre con ceguera y congelamiento de segundo y tercer grado en manos y pies, en tanto la mujer presentaba congelamiento de primer grado en los dedos.

"Se iban a morir de frío, pero se negaban a aceptar ayuda -comentó Benegas- hasta que los convencimos y se fueron con un escalador iraní, que no tenía nada que ver con el grupo que los abandonó y se quedó con ellos, mientras nosotros subíamos a buscar el cuerpo que había quedado cerca de la cumbre".

Luego relató que "cuando divisamos el cuerpo y nos disponíamos a trasladarlo, lo que iba a ser fácil tratándose de un cadáver, hubo algo, no sé, algo instintivo que me llevó a llamarlo por su nombre para constatar, y cuando grité `Lolo`, el cuerpo se movió, estaba vivo".

Allí entramos en un estrés muy grande y nos preguntábamos `¿qué hacemos ahora?, porque más difícil que escalar el Everest es bajar a una persona, ya que estaba en un lugar complicado que nos exponía a una caída a nosotros".

Entonces mencionó "las tremendas ganas de vivir que tenía ese señor, Lolo, que nos repetía que quería vivir y se arrastraba y nos pedía que lo bajáramos porque quería vivir".

Matoco precisó que "estábamos a 8.000 metros, lo que es muy alto, por lo que usábamos oxígeno, porque si no es la muerte segura, y en nueve durísimas horas lo bajamos al Campo 4, donde nos esperaban dos sherpas".

Ambos cuestionaron los procedimientos del grupo español, tanto por haber abandonado a un miembro del equipo aún con vida, lo mismo que por utilizar teléfonos satelitales en lugar de radios, lo que les impedía enterarse de las comunicaciones de rescate, y por no llevar equipos de oxígeno.

En ese sentido, Matoco, dijo que en España consideran que si se usa oxígeno la escalada no tiene valor, porque sobre lo deportivo o lo solidario priorizan la competencia, y hay gente que "no tiene medios, no tiene los códigos de montaña y empuja más de lo que puede y suceden estas cosas".

También aclararon que no es la primera vez que postergan la subida a los tres picos de la Herradura de Khumbu por rescatar montañistas, ya que el año anterior lo suspendieron por salvar a un inglés y en 2009 por un irlandés